miércoles, 25 de febrero de 2009

LIDERAZGO FUTURO

Juan Páez Ávila

La dimensión humanista que le dieron los jóvenes estudiantes a sus luchas contra la Enmienda a la Constitución, no sólo trasciende el momento de bochorno y subdesarrollo que Hugo Chávez y el autoritarismo le han impuesto a la sociedad venezolana, sino que también, por su coraje y su discurso sorprendente y coherente, por su profundidad de ideas y valores democráticos, garantiza que no se dejarán quitar el futuro de libertades en el cual aspiran vivir, aunque el ventajismo obsceno le haya dado la victoria al Presidente de la República el 15 de febrero pasado.
Los jóvenes que también quieren ser, con legítimos derechos, presidentes, gobernadores, alcaldes y legisladores en un futuro inmediato o de corto plazo, revelan que conocen los valores de la democracia y se preparan para constituir un nuevo liderazgo, que la rescaten definitivamente del personalismo, del militarismo y de la tendencia autoritaria del Presidente Chávez.
El significado de las luchas pacíficas impulsadas por los estudiantes apunta hacia un futuro de convivencia democrática. La anterior crítica del Comandante en Jefe a la actuación de grupos violentos que le apoyan e incluso se consideran chavistas hasta la muerte, debe ir acompañada de una actuación inmediata contra esas organizaciones para policiales y paramilitares, y a su vez rectificar el grave error de haber armado una especie de tropas de choque para defender su revolución, de una agresión que no llega ni desde el exterior ni del interior del país.
La participación masiva de millones de venezolanos en la contienda electoral del 15 de febrero, indica contundentemente que la amenaza de otro golpe de estado que obligue al Presidente otra vez a renunciar, como el famoso y trágico 11 de abril del 2001, se convierte cada día que pasa en un fantasma que, sin dejar de preocuparle, merece también una seria reflexión. El país político aprendió que ese no es el camino correcto para cambiar de gobierno, que la mayoría busca el rumbo que señalan los estudiantes con sus combates pacíficos y democráticos, no sólo porque el 11 de abril fue un retroceso para el país democrático, sino también porque el 4 de febrero del 1992 fue otro ejemplo de aventurerismo antidemocrático y de regresión histórica, que tampoco debe repetirse.
La participación de millones de electores y en particular de los jóvenes que también aspiran ser candidatos a la Presidencia de la República, gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes en el futuro, tiene como lectura inmediata que los venezolanos debemos erradicar la violencia como forma de lucha política, y disputarse el ejercicio del poder mediante elecciones transparentes y universales, para lo cual es fundamental y el Presidente Chávez desarme a sus grupos violentos, antes de que sea demasiado tarde, porque puede perder su control.
La democracia requiere, como sucede en el mundo civilizado, un desarme total de la población civil, si se quiere evitar que la espiral de la violencia continúe la matanza de miles de jóvenes en los barrios populares y liquide lo que nos queda de convivencia ciudadana.
La convocatoria del Referendo sobre la elección indefinida fue realizada violando el derecho a votar, de centenares de jóvenes que cumplieron 18 años entre una y otra elección, para evitar que el país conociera, como lo va a conocer en los próximos meses, las graves consecuencias que tendrá en nuestra economía la crisis que se extiende por todo el mundo. Chávez no podrá continuar con el gasto público desmesurado que le ha permitido dar ayudas a los más pobres del país, y regalarle a otros gobiernos del continente los excedentes de los altos precios del petróleo y dejar sin medicinas a nuestros hospitales y sin viviendas a millones de venezolanos. Seguramente la realidad lo obligará a atender las más ingentes necesidades de quienes sufrirán el impacto del alto costo de la vida, que siempre son los más pobres, pero ahora no tendrá el dinero para hacerlo, ni podrá recuperar los miles de millones de dólares que ha regalado a los países cuyos gobernantes se aprovechan de su vanidad personal al vitorearlo como líder de América Latina.
Sí hay futuro para la juventud, que en las próximas contiendas electorales demostrará que el país puede ser gobernado por una nueva generación de hombres y mujeres jóvenes preparados para rescatar la democracia, promover el bienestar y el progreso de nuestro país. El combate cívico de los jóvenes y su disposición a continuar a la vanguardia en el escenario político del país, es el prólogo y el epílogo de una gran jornada que todos los venezolanos democráticos debemos apoyar realizar permanentemente para consolidar el sistema de libertadas públicas.

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