miércoles, 16 de octubre de 2013

VICTORIA Y RECONCILIACIÓN


         La sociedad democrática venezolana tiene el 8 de diciembre del presente año la extraordinaria oportunidad de propinarle una derrota a un buen número de alcaldes y concejales  ineptos y corruptos que han actuado con  servil incondicionalismo a las políticas centralistas y militaristas del fracasado socialismo del siglo XXI, que ha continuado y trata de profundizar Nicolás Maduro.
         El triunfo de la oposición en los estados  más populosos y de mayor peso político en el país, tal como sucedió en las pasadas elecciones para la Asamblea Nacional, conservaría cierto poder compensatorio, independiente y capaz de contener los desmanes políticos y económicos que viene cometiendo el cuestionado  Comandante en Jefe con la anuencia de unos Poderes Públicos controlados desde Miraflores. Si en la mayoría de las principales ciudades del país el pueblo elige alcaldes y concejales autónomos, que apoyen y contribuyan a la movilización y protesta de la sociedad democrática, se puede impedir la aplicación de la  Ley Habilitante que Maduro trata de hacer aprobar mediante  la compra inmoral del diputado 99 .
         Las disidencias en importantes sectores que apoyaron las políticas del difunto Comandante, no sólo son evidentes, sino que pueden adquirir una dinámica que los impulse  hasta el rompimiento, si tomamos en cuenta la prepotencia, la soberbia, con que actúan los incondicionales y oportunistas que rodean transitoria y circunstancialmente al  Jefe del Estado. Si la oposición y la disidencia obtuvieron 2 millones 600 mil votos  frente al desaparecido Hugo  Chávez, hoy con una oposición unida, con más experiencia política y una nueva disidencia, hay que votar, para preservar el contrapeso político en alcaldías y concejos municipales  que fortalezca la democracia social y enfrente el totalitarismo, defienda la propiedad privada al lado de la colectiva;  la seguridad jurídica y la seguridad de las personas y de los bienes.
         En síntesis, votar es un ejercicio democrático que ha servido en el mundo civilizado para consolidar sociedades plurales, respetuosas de los derechos  humanos y ciudadanos en general, y en algunos casos, como el nuestro, evitar la prolongación del autoritarismo por las décadas que  lleva en el poder  Fidel Castro, beneficiario y jefe máximo de Nicolás Maduro.
         Los demócratas no tenemos otra alternativa, debemos acumular mayor respaldo de los venezolanos oprimidos y convencer al sector abstencionista de la clase a que se incorpore a la única actividad civilizada, que es el voto,  para decidir el futuro del país. La experiencia nacional e internacional indica que los autoritarismos son derrotables, aunque transitoriamente se mantengan en el poder mediante la utilización de la fuerza. Su perdurabilidad depende del espíritu y voluntad de resistencia de los hombres y mujeres que creen en las virtudes  del imperio de la ley,  del Estado de Derecho. Cada
demócrata en su área de influencia, con su palabra sincera y convincente puede y debe tratar de  persuadir a sus amigos y a familiares acerca de que es posible derrotar el autoritarismo y encontrar medios legítimos y dignos de vivir en libertad y con mejorar su calidad de vida.
         El balance  realizado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cuyos integrantes, por razones obvias, son los más interesados en ganar y preparar las condiciones para continuar la lucha para derrotar a Maduro y a sus acólitos, debemos reconocerlo como producto de una investigación técnica y sincera, tanto por la confianza que hemos depositado en ellos, como por la experiencia y capacidad de la mayoría de los candidatos a alcaldes y a concejales escogidos en elecciones primarias.
Si no colaboramos ni votamos le estamos entregando el país a los llamados socialistas del siglo XXI, combinación del estalinismo y el fascismo.

         La victoria debe ser enfrentada con humidad y espíritu de reconciliación de todos los venezolanos, no más discriminaciones, no más odios, no más persecuciones por diferencias políticas,  con la gallardía de Henrique Capriles, que perdió y luego ganó una nueva elección, con el coraje de Antonio Ledezma, quien a pesar de que los despojaron del Presupuesto de la Alcaldía Metropolitana, preservó su legitimidad y se erigió en uno de los principales líderes del país, con la perseverancia de los miembros de la MUD, para continuar la lucha por la derrota, antes del extinto Hugo Chávez y ahora  del cuestionado Nicolás  Maduro y sus candidatos incapaces y oportunistas que intentan preservar o ganar algunas alcaldías para aumentar sus riquezas mal habidas.  

CAMPAÑA MEDIÁTICA


En la realización de cualquier elección en el mundo de hoy,  los medios de comunicación social siempre juegan un papel importante, aunque no es el único, y para algunos expertos, ni siquiera el fundamental, no obstante los avances de las redes sociales y su utilización masiva. Para lograr éxito en los resultados electorales es necesario el contacto directo de los actores o candidatos  con la ciudadanía y la credibilidad del mensaje y las factibles soluciones a los problemas de la población. 
Las denuncias del cuestionado presidente, Nicolás Maduro, acerca de una campaña mediática en su contra con motivo de las elecciones del 8 de diciembre, orientadas a deslegitimar su truculenta elección del mes de abril, tiene como finalidad crear las condiciones políticas que le permitan convertir su nueva y definitiva derrota en un nuevo triunfo
Los medios de comunicación social privados no tienen por qué hacer ninguna campaña contra su candidatura, porque basta con informar veraz y oportunamente lo que ha hecho y sobre todo lo que ha dejado de hacer de acuerdo con las atribuciones que le otorga la Constitución nacional aprobada en 1999. Empezando porque en los 14 años que estuvo al lado del difunto ex presidente Chávez nunca levantó la voz para proponer la ejecución de alguna obra importante o por lo menos reparar alguna averiada por falta de mantenimiento  El deterioro de toda la infraestructura vial construida en los últimos 50 años, es algo sobre lo cual sólo hay que preguntarle a los venezolanos que la transitan diariamente, para luego informarle a toda la nación. No es ninguna campaña mediática mostrar cómo se cae a pedazos un porcentaje importante de puentes y viaductos. No han sido mantenidos los hospitales ni las escuelas, con algunas excepciones desde luego, construidos antes del ascenso al poder de la revolución bolivariana y militarista. De allí que lo que deslegitima al gobierno del presidente Maduro es, además de su cuestionada proclamación y juramentación sin realizar la auditoría que se comprometió con Henrique Capriles y con Unasur, la incapacidad del equipo ministerial, gobernadores y alcaldes escogidos a dedo por el propio jefe del Estado para hacerlos elegir por un CNE dependiente también de Miraflores.
Ninguna campaña mediática puede cambiar la conciencia democrática de la población si no encuentra plena justificación en lo que informa. Por eso, la campaña mediática que ha realizado Nicolás Maduro durante nueve meses, a través de cadenas de radio y televisión, no ha podido convencer, según todas las encuestas publicadas -incluso las mandadas a realizar por el Gobierno-, a la mayoría de los venezolanos para que vayan a votar el 8 de diciembre por los candidatos del oficialismo, escogidos a dedo y muchos cuestionados por  sus aliados por corrputos.
De allí que el llamado de Nicolás Maduro para que los organismos públicos bajo su control, investiguen a los medios de comunicación social porque hacen propaganda de guerra cuando informan sobre la escasez de alimentos, no inclinará al electorado a votar por sus candidatos impuestos contra la voluntad de las bases de su  Partido y contra las aspiraciones de los líderes locales  que han realizado trabajo social entre la población, que conocen y sufren la escasez.
La inmediata amenaza de CONATEL contra Globovisión de abrirle un nuevo procedimiento administrativo, es una clara expresión de amedrentamiento con éste y otros medios de comunicación social por parte del Poder Ejecutivo con, la finalidad de provocar la autocensura y consolidar la hegemonía comunicacional del gobierno, porque la cadena de radio y televisión que posee apenas la oye y ve un 8% de los radioescuchas y televidentes. La campaña mediática la realiza el gobierno todos los días no sólo a través de los medios oficialistas, sino también por los medios privados mediante el abuso de las cadenas, pero como no obtiene un resultado positivo que lo registren las encuestas, porque sólo hace propaganda y no exhibe una obra importante de beneficio social, aunque diga lo contrario, su fracaso se lo endilga a los medios que informan acerca de lo que está pasando en el país, por la crisis económica, social y moral.

El fracaso de las políticas económicas y sociales del gobierno con la invasión de fincas en plena producción y las expropiaciones de industrias, forjadas por generaciones de hombres y mujeres dedicados al trabajo productivo,  que ha generado la disminución de la producción agroindustrial, no la pueden superar los jerarcas del madurismo achacándole a otros la culpa, porque a la larga  la mentira ha sido descubierta por la mayoría de los venezolanos, entre quienes se encuentran miles de chavistas, hoy ya desengañados. Frente a esta realidad, no hay campaña mediática ni represión  gubernamentales que la cambien, porque las personas que van al mercado no encuentran todos los alimentos, y los que por fortuna descubren o hallan,  son muy caros y muchos no los pueden comprar.  

LA LEY HABILITANTE


            La supuesta aprobación de una  Ley Habilitante para el cuestionado Presidente de la República, por su contenido puede constituir uno de los mayores abusos de poder cometidos por un Jefe de Gobierno contra la soberanía nacional, y una provocación a los sectores democráticos del país con la finalidad de crear un peligroso desconcierto que los puede inclinar a una reacción violenta y a olvidarse de las elecciones del 8 de diciembre, en las que el madurismo tiene asegurada una contundente derrota.
            Todo gobernante de espíritu o tendencia autocrática y personalista puede iniciar su gestión con un aparente apego a la legalidad del país que le ha  otorgado democráticamente el derecho  a ejercer  funciones de gobierno, pero en la medida en que considera que puede perder esas facultades, comienza a restringir los derechos de la oposición y generalmente termina persiguiendo hasta a quienes le apoyaron para ascender al poder, si tratan de disentir de algunas de sus decisiones unilaterales.
            El abuso en el ejercicio del poder va rompiendo las reglas que caracterizan a un régimen democrático, como se operó en los regímenes del socialismo real y del nazismo alemán. En principio se respetaron ciertas libertades, pero cuando la legislación imperante no le permitía al gobernante tomar las medidas que a su juicio único e inconsulto, creía que debía tomar para “bien del pueblo”, se fue tornando cada vez más autoritario, hasta llegar a la tiranía. La resistencia nacional no contó con la unidad interna, ni respaldo internacional porque las naciones democráticas carecían de una organización multilateral para impedirlo, hasta que se vieron obligadas a intervenir, cuando el abuso del poder traspasó las fronteras y se manifestó en la invasión a los países vecinos.
            En una época como la actual, en la que las naciones democráticas han creado organizaciones multinacionales y han hecho aprobar una legislación respetuosa de los derechos humanos y de las instituciones y poderes públicos independientes, el camino hacia la tiranía se dificulta. Pero la represión puede aumentar  incluso contra algunas  individualidades democráticas o sectores internos, disconformes con las promesas incumplidas y la represión también recae sobre ellos. Es lo que hemos presenciando a lo largo de casi 15 años de gobierno autocrático. El abuso de poder se extiende a toda disidencia.
            Frente a ese abuso, la oposición y la disidencia chavista  podrían reencontrarse en las  elecciones del 8 de diciembre  y propinarle otra de derrota definitiva al   autoritarismo madurista.
El mensaje que los voceros de la Alternativa Democrática, además de Henrique Capriles como Jefe del Comando de Campaña y Antonio Ledezma que tiene la responsabilidad de coordinar todas las Alcaldías del Área Metropolitana, todos la candidatos a Alcaldes y a Concejos Municipales, tienen la oportunidad y la obligación de acercarse a los chavistas que no se sienten representados por Nicolás Maduro, para llamarlos a la Unidad Nacional, para contribuir seriamente a sacar el país de la profunda crisis que atraviesa, y evitar, en lo posible, un colapso total de las instituciones por la incapacidad y la corrupción de los jerarcas de madurismo.
            El fracaso del régimen autocrático, centralista, que ha llevado a Nicolás Maduro a desconocer los liderazgos regionales y locales, imponiendo candidatos sin ninguna vinculación con la sociedad y sin conocimiento de sus problemas económicos y sociales de la gente de menores recursos, no sólo es un atropello a los dirigentes sociales y a la base de su Partido, sino también un abuso de poder que ha generado una mayor crisis interna, que en muchos casos se hace irreversible. De allí que los desafueros como gobernantes los extienden al seno del Partido de Gobierno, y pretenden gobernar contra la mayoría de la nación, para beneficio personal, por lo que sería una tremenda irresponsabilidad otorgarle una Ley Habilitante al cuestionado Presidente.
            Una Ley Habilitante que extienda los poderes que hoy tiene por la Constitución Nacional Bolivariana, más las facultades que él asume violando casi todo el Ordenamiento Jurídico del país, sería una complicidad con el colapso que se avecina y contribuir a hundir a toda la nación en un abismo insalvable, con consecuencias impredecibles.
            Frente al intento del madurismo de sobornar a un diputado de la oposición para logar los 99 votos que se requieren para aprobar una Ley Habilitante, la Dirección Política de la MUD y los candidatos a Alcaldes y Concejales, pueden darle una lección de dignidad y de cultura política a toda la población venezolana, persuadiendo a los disidentes del madurismo, de la importancia de coincidir para hacer más contundente la derrota que ya tienen asegurada quienes pretender recibir más poder para profundizar la represión contra todo el que discrepe de sus planes para imponer una tiranía al estilo de comunismo cubano.                  

viernes, 7 de septiembre de 2012

LA PAZ EN COLOMBIA

LA PAZ EN COLOMBIA




Juan Páez Ávila



El anuncio del Presidente Juan Manuel Santos de la exploración de una posible negociación con las FARC y el apoyo de la mayoría de los países miembros de la OEA en favor de la paz entre los colombianos, puede ser el mejor y más oportuno aporte de las democracias latinoamericanas, para poner fin a un conflicto sangriento que durante varias décadas no ha encontrado un interlocutor ni una vía adecuada para convencer a los contendientes de la necesidad de un diálogo sincero que devuelva la paz a la hermana república.

Después de más de 50 años de guerra fraticida, sin que la guerrila poder avanzar hacia la meta de tomar el poder, sino por lo contrario, haber tenido que replegarse hacia la selva fronteriza con Ecuador, Brasil y Venezuela, donde por una combinación de inteligencia y una sofisticada tecnología militar del Ejército, han perdido a sus más activos comandantes, seguramente puede tener algunos efectos en la decisión de los actuales jefes guerrilleros, de sentarse a discutir cómo enfrentar esta nueva realidad,

Para los comandantes de las FARC la continuación de una guerra que cada día reduce más su capacidad de movilización y los ha llevado a la pérdida de sus principales conductores políticos, diplomáticos y militares, depende de la evaluación que hayan hecho de sus propias fuerzas en comparación con las de enemigo. Evaluación que el Presidente Juan Manuel Santos también ha debido realizar para atreverse a dar el paso de explorar la posibilidad de un acuerdo de paz duradera y definitiva, exponiendo su prestigio y la posibilidad de reelección en 2014.

Sufrir los efectos de la superioridad operativa que han demostrado las Fuerzas Armadas y policiales de Colombia, no es para contrarrestarla con amenazas desde un programa de televisión o con un comunicado de las FARC por Internet, en el que se propagan una falsa fortaleza y un supuesto apoyo del pueblo colombiano, para seguir desafiando al gobierno del Presidente Santos y al mundo democrático que rechaza la violencia y transita caminos de convivencia civilizada, para poder resolver graves problemas sociales y económicos, que todavía confronta la humanidad.

Ahora le corresponde al gobierno colombiano, ofrecer garantías y respeto a la vida y a la participación de los guerrilleros que se acojan a una política de paz, en el engranaje institucional de la democracia. Si existe voluntad política para ampliar y preservar la democracia, este momento podría ser definitivo para un cese al fuego y dar paso a una, tal vez, larga negociación por la paz de Colombia, en la que participen y sean garantes de la misma, los países que han llamado a la cordura, a la reflexión de los contrincantes, a callar los tambores de la guerra y abrirle cauce a las banderas de la paz. No más heridos, no más perseguidos por sus ideas políticas, no más sangre ni muertos en Colombia y en toda nuestra América Hispana. La paz es el escenario para el progreso y nuestra incorporación al mundo civilizado, por lo tanto los responsables de la conducción política y el propio pueblo colombiano. Tienen que realizar todos los esfuerzos posibles para erradicar la guerra y la violencia en general, que no sólo ha cobrado centenares de miles de muertos en el país vecino, sino que también ha tratado de crear una profunda crisis en la región.

Conocida la experiencia de Juan Manuel Santos, cuando fue Ministro de la Defensa del Presidente Álvaro Uribe y de la política militar que ha puesto en práctica como Jefe del Estado colombiano, al propinarle los más duros golpes a la guerrilla, como la liquidación del máximo Jefe de las FARC, Alfonso Cano cuando ya habían comenzado las conversaciones para explorar las posibilidades de un arreglo pacífico al conflicto, pueden interpretarse como un indicador de que el actual Presidente de Colombia, no pareciera tratarse de un dirigente político torpe y menos ingenuo.

Jugarse su futuro político, muy cerca de la reelección presidencial, conociendo los antecedentes de El Caguán y de otros intentos de negociaciones con las FARC, aprovechadas por los jefes guerrilleros para recuperarse, iniciando una nueva gestión de paz en el exterior, debe ser porque tiene fundamentos válidos para no fracasar, lo cual lo convertiría en uno de los políticos más prestigiosos y sabios de Colombia, Hispanoamérica y del mundo democrático. De lo contrario estaría cavando su tumba política, por lo que hay que esperar el desenlace de las negociaciones.

HACER LAS MALETAS












HACER LAS MALETAS



Juan Páez Ávila



El expresidente de Chile Ricardo Lagos recordó en un reciente programa de un canal de TV Internacional, las palabras de otro expresidente de su país el día que perdió las elecciones y un amigo muy cercano lo encontró con las maletas sobre una mesa y le preguntó a qué se debía la premura, a lo que respondió: La Democracia es saber hacer las maletas, con lo cual aludía a su convicción de que la alternabilidad en el poder es uno de los más altos significados de la democracia.

En nuestro país, aunque la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que el gobierno es y será siempre alternativo, federal y democrático, el Presidente saliente, Hugo Chávez, y sobre todo los que han hecho de su apoyo un negocio al margen de la ley, pegan el grito al cielo y amenazan con una guerra civil cuando escuchan que existe la posibilidad de que el candidato de la Alternativa Democrática, Henrique Capriles, gane las elecciones el próximo 7 de octubre, lo que revela no les importa lo que dice la Carta Magna, porque no tienen una cultura democrática.

Para los autócratas no hay Estado de Derecho, aunque lo pregonen, porque se consideran los únicos que pueden gobernar un país, como si fueran escogidos por la providencia y no por los votos de la mayoría de la población en unos comicios transparentes y libres.

Pero como la democracia no sólo es una forma de gobierno, sino también una escuela histórica en la que se han educado muchos bárbaros y hasta reyes que se creían impuesto por Dios, han cambiado sus enfoques y han contribuido a establecer monarquías constitucionales, que se rigen por el Estado de Derecho, propio de las democracias.

La mayoría de los chavistas e incluso el propio Chávez deben comenzar a admitir que existe una clara tendencia que favorece a Henrique Capriles Radonski, y ellos tendrán todas las garantías constitucionales que establece nuestra Carta Magna. Y aunque existan y sigan existiendo importantes diferencias para conducir el país, la democracia y los demócratas no permitiremos, sin protestar, sin denunciar, que un régimen autocrático sea sustituido por otro de signos iguales o peores. Tienen que aceptar que la historia nos enseña que muchos jóvenes oligarcas, como los patricios, que encabezaron la lucha contra el régimen colonial, y que muchos mestizos siguieron a Boves y otros matones de su tiempo. Capriles proviene de una clase media alta, pero no tan alta como los grandes cacaos y dueños de minas de oro que nos dieron la independencia. El candidato de la Alternativa Democrática ha sido muy claro y tajante al exponer su programa de gobierno, y declarar que sólo es enemigo de la delincuencia y se propone gobernar para todos los venezolanos.

Y como no habrá fuerza que contenga la dinámica política y social que moviliza y sacude a todo el país, y agrupa a millones de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, alrededor de Henrique Capriles, lo que está planteado es la reconciliación de los venezolanos, no más discriminación, no más delirios de grandeza en un mundo que tiende a la consolidación de la igualdad, de las libertades públicas e instauración de regímenes respetuosos de los derechos constitucionales.

La hora es de los puentes entre hombres y mujeres conscientes de que hay un camino que conduce al progreso, al bienestar de los ciudadanos, a la convivencia civilizada que prevalece en la mayoría de las naciones del mundo occidental, no de las autocracias de los talibanes, azotadores de mujeres y formadores de oligarquías corruptas y violentas, que asesinan y saquean los erarios públicos, que en buena ley pertenecen a la mayoría de los pobladores, que lo único que conocen y todavía soportan es la pobreza extrema, la miseria humana.

La hora de la sensatez indica que Hugo Chávez debe comenzar a hacer sus maletas y dejar las bravuconerías aparte, que ya no asustan ni a sus seguidores más incondicionales de otros tiempos, como lo expresaron los trabajadores de las empresas básicas de Guayana. Debe olvidarse de que la Institución Armada va asesinar a millones de compatriotas, por la única razón de que él siga en Miraflores. Incluso es posible que ni los compadres, como les pasó a Pérez Jiménez y a Pinochet, salgan a inmolarse por la permanencia de un supuesto mecías en el poder.

lunes, 6 de agosto de 2012

CAPRILES Y LOS MILITARES

Juan Páez Ávila




El mensaje del candidato presidencial de la Alternativa Democrática, enmarcado en el texto de la Constitución Nacional Bolivariana, dirigido a los oficiales, sub oficiales, clases y soldados de la Fuerza Armada Nacional, en momentos en que Hugo Chávez se viste de militar y hace campaña electoral en los cuarteles, tiene que ser leído como un desmentido al Comandante Candidato, de que la FANB es chavista. Henrique Capriles Radonski, aspirante a Presidente de la República y por lo tanto a Comandante en de la FANB, dejó absolutamente claro cuál sería su relación con la Institución Armada, si gana las elecciones el 7 de Octubre próximo.

Ratificar que la Fuerza Armanda Bolivariana es una institución de la República, con una misión específica establecida en la Constitución Nacional vigente, de defender la soberanía nacional y estar al servicio de la nación y no de un grupo o personalidad política alguna, desconcertó al candidato presidencial Hugo Chávez, que violando la Carta Magna ha venido predicando que la FANB tiene una misión distinta, asignada por él, de ser antiimperialista, socialista y chavista.

El candidato presidencial Henrique Capriles, que viene siendo aclamado por masivas manifestaciones de venezolanos, en diferentes ciudades, grandes y pequeñas, en todo el territorio nacional, desmiente también, en la calle, los supuestos resultados de encuestadores tarifados, que sirven al mejor postor. Expertos en publicidad consideran que el objetivo de Hugo Chávez de hacer publicar encuestas en las que aparece ganando las elecciones, después de 14 años de fracaso administrativo, es crear la percepción de un falso triunfo, para intentar explorar un posible apoyo militar para consumar un fraude, por la fuerza.

De allí que Chávez ya no tiene contacto con el pueblo que antes lo recibía en barriadas, calles y avenidas de la mayoría de las ciudades del país, lo abrazaba y las mujeres lo besaban, tal como hacen hoy con su contendor Capriles Radonski en toda la geografía nacional. Las verdaderas encuestas que manda a hacer la Sala Situacional de Miraflores le indican a Chávez, que está perdido, y por eso se refugia en los cuarteles, como último recurso, tratando de convertir a la FANB en su partido político, que lo mantenga en el poder por la fuerza, violando la Constitución Nacional. Por eso reaccionó virulentamente contra el Mensaje institucional de Capriles a los militares.

Pero ni que se vista de militar activo, ostentado un grado de Comandante en Jefe, que él mismo se dio modificando la Ley Orgánica de la Fuerza Armada, violando la Constitución Nacional, su desfasado y repetitivo discurso no le devolverá el poder que obtuvo mediante los votos en 1998, en circunstancias críticas de los partidos tradicionales, que favorecieron su victoria. Después de casi 14 años de ejercicio del Poder Ejecutivo y control de los demás Poderes Públicos, Hugo Chávez ya pertenece a un pasado en el que no supo siquiera dignificar y profesionalizar a la FANB. Se dedicó a politizarla, a humillar a oficiales que no se prestaban a la adulancia, y a ascender a aquellos que sin poseer méritos profesionales, que arribaron entre los últimos de sus promociones, por el sólo hecho de identificarse con su socialismo fracasado en el mundo y con un patria o muerte, que le recomendó Fidel Castro para convertirlos en incondicionales y dejarlos traficar con los dineros públicos, y a algunos hasta con el narcotráfico.

Capriles Radonski propuso en su breve mensaje un Plan que comprende los aspectos clave, para hacer de la FANB una institución moderna, preparada en primer lugar para defender nuestras fronteras como escenario fundamental para la defensa integral del territorio nacional; fortalecer su independencia operacional; capacitarla en todos los niveles requeridos para afrontar toda amenaza a la nación; reconocer los méritos profesionales como esenciales para los ascensos militares; desempeñar un papel cardinal en el desarrollo del país; alejarla de todo culto la personalidad, propio de los regímenes totalitarios.

Para cumplir con todos y otros objetivos militares imprescindibles, la familia militar debe disfrutar de una seguridad social acorde con el rol que desempeña la Institución Armada en un país democrático y progresista, sin ser sometido ningún oficial a retaliaciones o venganzas por no repetir el pensamiento único de su Comandante en Jefe.

Todo esto es el compromiso que expresó en su Mensaje a las FANB Henrique Capriles Radonski, al que dará cumplimiento una vez que asuma la Presidencia de la República y la Comandancia en Jefe de la Institución Armada.

CAPRILES Y EL FUTURO

Juan Páez Ávila




Después de recibir el respaldo espontáneo de 2 millones de venezolanos que votaron por su nominación para ser candidato de la Alternativa Democrática, e inmediato apoyo de más de 3 millones al ser reconocido los resultados de las elecciones primarias por los otros candidatos, quienes se sumaron efusivamente para formar parte de su comando de campaña, Henrique Capriles Radonsky se encamina hacia el triunfo definitivo para ser el próximo Presidente de la República.

El voto abrumador que recibió Capriles el 12 de Febrero tiene que llenar de optimismo a los venezolanos de todos los sectores democráticos, sin exclusión alguna, la mayoría del país puede sentirse representada no sólo en su candidatura, sino también en su discurso incluyente, sencillo pero lleno de confianza por el futuro de todos los ciudadanos que quieren paz, empleo, seguridad, bienestar personal y progreso general del país, expresado en unas elecciones ejemplares para Hispanoamérica y el mundo, que busca un rumbo, un camino para consolidar la democracia.

Sin agresiones, sin amenazas, siempre mirando el futuro de progreso de todos los venezolanos, Henrique Capriles Radonsky y su victoria pasan a ser también un ejemplo para la selección todos los aspirantes a ser candidatos a dirigir los destinos públicos de la nación. Primero, hay que oír al pueblo y consultarlo, constatar en contacto con ese pueblo, como lo hizo Capriles desde la Gobernación del Estado Miranda y en sus visitas a las regiones, cómo es ese pueblo y qué busca, e interpretarlo correctamente. Segundo, ningún candidato debe ser elaborado en comités ejecutivos o cúpulas fácilmente manipulables por intereses personales o de grupos, muchas de buena fe, creyendo que representan la sabiduría política, cuando, por diversas razones, se ha perdido el pulso, la realidad de un país.

La victoria de Henrique Capriles es de todos los demócratas de Venezuela, hayan votado o no por su candidatura presidencial, tanto por su escogencia en elecciones primarias y abiertas a las que podían concurrir todos los que buscaran un camino para erradicar la violencia de los menos y el radicalismo de muchos, y en cuanto al significado y proyección nacional e internacional de la participación y protagonismo de los electores. El pueblo ha demostrado que quiere ser protagonista, participando con su voto. Un camino para erradicar el mesianismo, el personalismo.

El camino hacia el triunfo en las elecciones de octubre, por la Presidencia de la República, queda ampliamente despejado para Henrique Capriles, porque el golpe que ha recibido el adversario, Hugo Chávez, es políticamente mortal. ¿Cómo explicar y menos justificar que él se escoge a sí mismo como candidato presidencial e impone los candidatos a gobernadores y alcaldes, mientras Capriles es seleccionado por el voto de los venezolanos en elecciones primarias, lo mismo que los gobernadores y alcaldes que se presentarán en diciembre de este año y en marzo del próximo, a disputarles el poder a sus incondicionales escogidos a dedo?

A Hugo Chávez se le agotó el discurso de la confrontación, del insulto al adversario y de la demagogia a un pueblo, que cada día protesta por los engaños de que ha sido víctima. El nuevo método de escoger candidatos en elecciones primarias, entre representantes de diversos partidos y organizaciones independientes, ya se ha constituido en una nueva manera de hacer política, que llegó para quedarse.

Venezuela volverá a ser ejemplo para el mundo, no sólo por rescatar la democracia representativa, sino también por convertir a los electores en verdaderos protagonistas de la política, al convocarlos a participar en la selección de sus candidatos a la representación pública, mediante elecciones primarias abiertas a todos los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente.