miércoles, 22 de abril de 2009

LOS LÍMITES DE LAS FARC

Juan Páez Ávila

Aunque todo venezolano que esté medianamente informado sabe que la guerrilla colombiana ocupa una parte del territorio de ese país limítrofe con nuestro, a nadie, y menos a alguno de los distintos jefes de Estado que hemos tenido en los últimos 50 años, incluyendo el período dictatorial del General Pérez Jiménez, se le había ocurrido admitir o establecer como límite con Venezuela por suroeste y noroeste a las FARC y el ELN. Por eso sorprendió a la mayoría de los televidentes, cuando desde la Brigada Blindada acantonada en Valencia, el Comandante Chávez, luciendo su uniforme militar, lo hiciera en tono desafiante, dando lugar a que cada quien se formule su propia hipótesis de acuerdo con el grado de información que posea, o se dedique simplemente a especular mentalmente, acerca de las razones que lo llevaron a instaurar y expresar nuevos límites de nuestro territorio, ante sus compañeros de armas.
Para quien haya seguido a través de los medios de comunicación el discurso y conozca el temperamento cambiante del Presidente de la República, no le resulta fácil deducir si lo que piensa hoy nuestro Comandante en Jefe, será lo mismo que pensará mañana y hasta cuándo lo sostendrá. Hace 2 ó 3 meses se reunió con el Presidente Uribe, inauguró con su colega colombiano el gasoducto que traerá gas a nuestro país desde Colombia, habló de la amistad y la fraternidad que los unía y de estar dando comienzo a la verdadera integración de Latinoamérica, del sueño de Simón Bolívar, que ambos jefes de Estado adelantaban. Elogios similares hizo del Presidente Uribe cuando éste lo nombró mediador de un posible canje humanitario de colombianos secuestrados por las FARC y de guerrilleros presos por el gobierno.
Del reconocimiento de esos extraordinarios méritos del Presidente de Colombia, pasó a la agresión verbal, a los insultos jamás oídos en un Jefe de Estado contra un colega suyo, cuando éste en ejercicio de un derecho soberano dio por terminada la mediación. Las relaciones diplomáticas y políticas con Colombia se han deteriorado a extremos tan peligrosos, que después de la declaración del Presidente en la que califica a las FARC y el ELN como fuerzas insurgentes y bolivarianas, pareciera que estamos al borde de una confrontación armada con el vecino y hermano país.
Y aunque el Comandante Chávez no cambie de parecer de inmediato, creo que la mayoría de los venezolanos y colombianos nos sumamos al manifiesto que encabezan Ramón J. Velásquez y Gabriel García Márquez.

LAS PRÓXIMAS ELECCIONES

Juan Páez Ávila

Nuestro país avanza hacia una nueva confrontación entre la democracia y el autoritarismo. Las próximas elecciones a celebrarse a finales de este año para elegir gobernadores, alcaldes, diputados regionales y posiblemente concejales, a quienes se les vencen sus respectivos períodos en el 2008, pero que podrían ser llamados a nuevos comicios por el CNE para evitarse un nuevo proceso electoral, constituirán la prueba de fuego definitiva para el Presidente Hugo Chávez, y posiblemente una estruendosa derrota para los candidatos del PSUV, quienes no contarán ahora con el poderoso portaviones que los encumbró en pasadas elecciones.
Después de la primera derrota que sufriera el Comandante en Jefe en las elecciones del 2 de diciembre del 2007, éste quedó inhabilitado como el gran elector de otros tiempos, y como para curarse en salud ha declarado que los candidatos oficialistas deben ser escogidos por las bases del Partido Socialista Unido, recién creado. Y un partido en el que antes de nacer surgieron tendencias enfrentadas públicamente, entre quienes se consideran verdaderos revolucionarios y los llamados “boliburgueses”, denunciados por los primeros como representantes de la derecha y de haberse enriquecido en funciones de gobierno, ya comienza a ser escenario de una batalla interna por la conquista de las candidaturas, en la que saldrán a relucir expedientes de corruptos de alto y bajo nivel.
En una sociedad muy corrompida, a los nuevos ricos al amparo de contratos y cobro de comisiones ilícitas que se han hecho de una clientela política entre los más pobres, a quienes le han matado el hambre por algunos días, se les ha reducido la esfera de influencia, porque muchos hombres y mujeres humildes han descubierto que han sido utilizados para llevar al poder a unos cuantos traficantes de los dineros del pueblo.
Y como ese pueblo humilde que arrastró el Comandante en Jefe durante 8 años tras las banderas de una revolución socialista que sirvió para elegir gobernadores y alcaldes escogidos a dedo, son hoy tanto o más pobres que antes, demostraron el 2 de diciembre que la manipulación no podrá continuar.
Las posibilidades de la oposición se acrecientan si sus dirigentes son capaces de mantener la unidad y combinar la experiencia de algunos líderes honestos con la presencia de los nuevos actores juveniles vinculados a la sociedad civil, y presentar candidatos de la mayor credibilidad posible. Después que la mayoría de los partidos políticos de la oposición firmaron un acuerdo de unidad para presentarle al electorado candidatos únicos a las gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes de carácter regional, tienen que incorporar también a la disidencia chavista representada por PODEMOS y las indiscutibles personalidades del General Baduel y Marisabel Rodríguez, quienes tuvieron una importante participación en las elecciones del 2 de diciembre de 2007.
Si el espíritu unitario del 23 de Enero de 1958 y la experiencia de las pasadas elecciones privan sobre apetencias personales y grupales, dado el bajón en las encuestas del Comandante en Jefe, la oposición podría ganar la mayoría de las gobernaciones, alcaldías, consejos legistalivos y concejos municipales del país, abriéndole perspectivas a la derrota final de Chávez.

DESAFÍO Y PROVOCACIÓN

Juan Páez Ávila

Después de más de 40 años de infructuosa y violenta búsqueda del poder mediante la lucha guerrillera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han perdido a varios de sus máximos comandantes y su capacidad ofensiva, lo cual las coloca al borde de una segura derrota, por lo que todo indica que el momento para evitar un mayor e inútil derramamiento de sangre, obliga a sus jefes actuales y a algunos organismos internacionales a transitar el camino de la negociación y la paz en la sociedad colombiana.
Confirmada por el Secretariado de las FARC la muerte de su primer Comandante, Manuel Marulanda, por razones obvias la lucha guerrillera en Colombia entra en una nueva y difícil etapa, caracterizada no sólo por lo que significa la pérdida de su máximo jefe, unificador de todas las tendencias y comandos que constituyen ese ejército irregular, que ha prolongado la violencia en el vecino país por varias décadas, sino también por la superioridad militar tecnológica que ha demostrado el ejército colombiano en sus últimos ataques a los campamentos de la guerrilla, dentro y fuera de sus fronteras, en lo que parece ser el avance de un cerco o asedio mortal que coloca a las FARC en una posición defensiva, refugiándose en la selva o traspasando los límites los separan de los países vecinos.
La discusión interna que obligatoriamente debe producirse en todos los comandos de las FARC, como sucedió en todos los frentes guerrilleros de América Latina después de la muerte del Ché Guevara en la selva boliviana, repercusión que al parecer había resistido la guerrilla colombiana, tendrá diversas consecuencias políticas, y no por cobardía producirá más deserciones que las conocidas hasta hoy, sino por evaluaciones objetivas de una nueva realidad que racionalmente los incline a buscar la paz, negociando con el gobierno de Uribe Vélez quien ha ofrecido garantías para el ejercicio libre de la política por medios legales.
El final de la violencia en Colombia podría estar más cerca de lo que piensan los más dogmáticos y fundamentalistas jefes guerrilleros, que abandonaron las principales banderas de la liberación nacional, de la construcción de una sociedad democrática con justicia social, para caer en el narcotráfico y en una guerra que viola todas los derechos humanos mediante el secuestro y asesinatos de inocentes trabajadores del campo que no se identifican con sus ideas y acciones criminales.
Y si Colombia logra entrar en una etapa de pacificación que avance inexorablemente hacia un acuerdo definitivo, que inserte a la mayoría de los actuales guerrilleros en la lucha democrática, América Latina puede evolucionar, con mayores posibilidades de éxito hacia una comunidad de naciones democráticas, que les permita superar el atraso económico, la dependencia de materias primas y la pobreza. Colombia y Venezuela también entrarían en paz y podrían actuar conjuntamente para impulsar la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)

LAS FARC Y LA PAZ EN COLOMBIA

Juan Páez Ávila

Después de más de 40 años de infructuosa y violenta búsqueda del poder mediante la lucha guerrillera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han perdido a varios de sus máximos comandantes y su capacidad ofensiva, lo cual las coloca al borde de una segura derrota, por lo que todo indica que el momento para evitar un mayor e inútil derramamiento de sangre, obliga a sus jefes actuales y a algunos organismos internacionales a transitar el camino de la negociación y la paz en la sociedad colombiana.
Confirmada por el Secretariado de las FARC la muerte de su primer Comandante, Manuel Marulanda, por razones obvias la lucha guerrillera en Colombia entra en una nueva y difícil etapa, caracterizada no sólo por lo que significa la pérdida de su máximo jefe, unificador de todas las tendencias y comandos que constituyen ese ejército irregular, que ha prolongado la violencia en el vecino país por varias décadas, sino también por la superioridad militar tecnológica que ha demostrado el ejército colombiano en sus últimos ataques a los campamentos de la guerrilla, dentro y fuera de sus fronteras, en lo que parece ser el avance de un cerco o asedio mortal que coloca a las FARC en una posición defensiva, refugiándose en la selva o traspasando los límites los separan de los países vecinos.
La discusión interna que obligatoriamente debe producirse en todos los comandos de las FARC, como sucedió en todos los frentes guerrilleros de América Latina después de la muerte del Ché Guevara en la selva boliviana, repercusión que al parecer había resistido la guerrilla colombiana, tendrá diversas consecuencias políticas, y no por cobardía producirá más deserciones que las conocidas hasta hoy, sino por evaluaciones objetivas de una nueva realidad que racionalmente los incline a buscar la paz, negociando con el gobierno de Uribe Vélez quien ha ofrecido garantías para el ejercicio libre de la política por medios legales.
El final de la violencia en Colombia podría estar más cerca de lo que piensan los más dogmáticos y fundamentalistas jefes guerrilleros, que abandonaron las principales banderas de la liberación nacional, de la construcción de una sociedad democrática con justicia social, para caer en el narcotráfico y en una guerra que viola todas los derechos humanos mediante el secuestro y asesinatos de inocentes trabajadores del campo que no se identifican con sus ideas y acciones criminales.
Y si Colombia logra entrar en una etapa de pacificación que avance inexorablemente hacia un acuerdo definitivo, que inserte a la mayoría de los actuales guerrilleros en la lucha democrática, América Latina puede evolucionar, con mayores posibilidades de éxito hacia una comunidad de naciones democráticas, que les permita superar el atraso económico, la dependencia de materias primas y la pobreza. Colombia y Venezuela también entrarían en paz y podrían actuar conjuntamente para impulsar la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)

LAS ELECCIONES REGIONALES

Juan Páez Ávila

Nuestro país avanza hacia una nueva confrontación entre la democracia y el autoritarismo. Las próximas elecciones a celebrarse a finales de este año para elegir gobernadores, alcaldes, diputados regionales y posiblemente concejales, a quienes se les vencen sus respectivos períodos en el 2008, pero que podrían ser llamados a nuevos comicios por el CNE para evitarse un nuevo proceso electoral, constituirán la prueba de fuego definitiva para el Presidente Hugo Chávez, y posiblemente una estruendosa derrota para los candidatos del PSUV, quienes no contarán ahora con el poderoso portaviones que los encumbró en pasadas elecciones.
Después de la primera derrota que sufriera el Comandante en Jefe en las elecciones del 2 de diciembre del 2007, éste quedó inhabilitado como el gran elector de otros tiempos, y como para curarse en salud ha declarado que los candidatos oficialistas deben ser escogidos por las bases del Partido Socialista Unido, recién creado. Y un partido en el que antes de nacer surgieron tendencias enfrentadas públicamente, entre quienes se consideran verdaderos revolucionarios y los llamados “boliburgueses”, denunciados por los primeros como representantes de la derecha y de haberse enriquecido en funciones de gobierno, ya comienza a ser escenario de una batalla interna por la conquista de las candidaturas, en la que saldrán a relucir expedientes de corruptos de alto y bajo nivel.
En una sociedad muy corrompida, a los nuevos ricos al amparo de contratos y cobro de comisiones ilícitas que se han hecho de una clientela política entre los más pobres, a quienes le han matado el hambre por algunos días, se les ha reducido la esfera de influencia, porque muchos hombres y mujeres humildes han descubierto que han sido utilizados para llevar al poder a unos cuantos traficantes de los dineros del pueblo.
Y como ese pueblo humilde que arrastró el Comandante en Jefe durante 8 años tras las banderas de una revolución socialista que sirvió para elegir gobernadores y alcaldes escogidos a dedo, son hoy tanto o más pobres que antes, demostraron el 2 de diciembre que la manipulación no podrá continuar.
Las posibilidades de la oposición se acrecientan si sus dirigentes son capaces de mantener la unidad y combinar la experiencia de algunos líderes honestos con la presencia de los nuevos actores juveniles vinculados a la sociedad civil, y presentar candidatos de la mayor credibilidad posible. Después que la mayoría de los partidos políticos de la oposición firmaron un acuerdo de unidad para presentarle al electorado candidatos únicos a las gobernaciones, alcaldías y cuerpos deliberantes de carácter regional, tienen que incorporar también a la disidencia chavista representada por PODEMOS y las indiscutibles personalidades del General Baduel y Marisabel Rodríguez, quienes tuvieron una importante participación en las elecciones del 2 de diciembre de 2007.
Si el espíritu unitario del 23 de Enero de 1958 y la experiencia de las pasadas elecciones privan sobre apetencias personales y grupales, dado el bajón en las encuestas del Comandante en Jefe, la oposición podría ganar la mayoría de las gobernaciones, alcaldías, consejos legistalivos y concejos municipales del país, abriéndole perspectivas a la derrota final de Chávez.

LAS ELECCIONES EN LA UCV

Juan Páez Ávila

Los resultados de las últimas elecciones para la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela, en la que la Plancha que se oponía a la Reforma Constitucional sextuplicó a la que representaba al oficialismo, no es desde luego un reflejo total de la correlación de fuerzas que existe en la sociedad venezolana de hoy, pero sí se puede entender como una ratificación de lo que indican las encuestas, también de este momento político del país, acerca del rechazo mayoritario a dicha Reforma.
Lo que sí representan una interpretación general del pensamiento de la inmensa mayoría de los venezolanos, son las declaraciones del nuevo Presidente de la FCU, Ricardo Sánchez, en las que afirma que esa Reforma perjudica tanto a chavistas como a no chavistas y expresan también la voluntad de esa colectividad de rechazo a la violencia ejecutada por los cuerpos policiales y especialmente por los grupos paramilitares creados y dirigidos desde el alto gobierno.
Por razones obvias la Reforma afecta seriamente a quienes no se adhieran al Partido Socialista Unido de Venezuela, porque pasan a ser considerados enemigos del “proceso revolucionario”, y como consecuencia de tal barbaridad serán execrados de la Administración Pública de la cual se consideran dueños y únicos beneficiarios los incondicionales del régimen autocrático; dueños del petróleo y todos los recursos naturales del país, y quienes dispondrán de la propiedad privada y de la riqueza que generan los emprendedores de cualquier empresa, grande o pequeña. Y en cuanto a los chavistas que tengan pensamiento propio y se les ocurra expresarlo públicamente o en privado, ya han comenzado a pasar por la guillotina del Tribunal Disciplinario del PSUV, sin que éste se haya constituido como Partido Político todavía; ya saben los que les espera, algo parecido a un paredón de fusilamiento político.
Y como un aporte juvenil a la cultura política de nuestra nación, el Presidente de la FCU de la UCV, Ricardo Sánchez, llama a la convivencia pacífica y al respeto entre los venezolanos que participan o aspiran a participar en la conducción del país. Y como el futuro le pertenece a la juventud, nada más sensato que invitar a un debate civilizado y a cerrarle el paso a una Reforma autoritaria de la Constitución Nacional y a una criminal violencia que amenaza con destruir la República Democrática.

LA UNIDAD Y EL 23 DE ENERO

Juan Páez Ávila

Los próximos comicios para elegir gobernadores, alcaldes y diputados a los Consejos Legislativos, después que la sociedad democrática le propinó la primera derrota a Hugo Chávez en diciembre del año pasado, se proyecta como el acontecimiento político cuyos resultados señalarán el rumbo democrático o autocrático del país, si el triunfo lo alcanza la oposición o los candidatos del gobierno.
La proliferación de partidos en la oposición como consecuencia de la casi extenuación de las grandes organizaciones políticas, Acción Democrática y Copey, que conformaban el bipartidismo en nuestro país, hasta el ascenso al poder del Presidente Hugo Chávez, ha obligado a sus dirigentes a procurar una fórmula unitaria para intentar derrotarlo, por segunda vez, el próximo 23 de noviembre en las elecciones de gobernadores, alcaldes y diputados a los Consejos Legislativos. Ante la responsabilidad histórica de detener la tendencia autoritaria del actual jefe del gobierno, que amenaza con modificar la Constitución Bolivariana para aprobar una elección indefinida, las dificultades que por razones ideológicas y de legítimas aspiraciones personales se les han presentado a los operadores políticos, tienen que superarlas por lo menos en la mayoría de los casos, para no exponerse a una derrota que abra paso al continuismo autocrático del Comandante Chávez.
Y aunque el gobierno enfrenta problemas iguales o peores debido a la prepotencia de los dirigentes del PSUV, que dejaron fuera a sus aliados de todas las postulaciones para gobernaciones y alcaldías, y han recibido como respuesta la decisión, hasta ahora firme del PPT y el PCV, de presentar sus propios candidatos en varios estados municipios, la oposición no cuenta con el presupuesto nacional puesto al servicio de los aspirantes del oficialismo. De allí el ineludible deber de los dirigentes de los partidos de la oposición de presentarle al país los mejores candidatos posibles, que no debería excluir a algunos independientes con arraigo e imagen de posible cambio en la sociedad.
La experiencia de éstas y otras elecciones regionales indica, incluyendo las encuestas realizadas en las principales ciudades, que la influencia del carisma de Hugo Chávez será menor, no sólo porque ha perdido gran parte de su conexión con los sectores populares, atendiendo necesidades de otros países para alimentar su ego y prestigio continental, que también ha disminuido, sino por la imposición a dedo de los candidatos del PSUV. Pero la experiencia también indica que el peso del Estado, con todo el ventajismo que ello significa, le ha permitido elegir a muchos ilustres desconocidos, incluso sacados de los cuarteles, lo que hace imprescindible la unidad de la oposición.
Sin embargo, las características regionales de estas elecciones enfrentará también la política de descentralización contra el centralismo del Presidente acentuado en los últimos años, que lo puede llevar a una derrota definitiva a su Proyecto continuista.

LA UNIDAD DE LA OPOSICIÓN

Juan Páez Ávila

Inspirados en la experiencia del 2 de diciembre de 2007 cuando la unidad de la oposición para enfrentar la tendencia autoritaria del actual Presidente de la República a quien se le enrostró su primera gran derrota electoral, y estimulados por el espíritu del quincuagésimo aniversario del 23 de enero de 1958, la mayoría de los partidos políticos que procuran un cambio en democracia, firmaron un primer acuerdo, que debe servir de base para escoger y presentar al electorado un solo candidato para disputarle al oficialismo las gobernaciones, alcaldías y otros cargos de elección popular el próximo mes de noviembre.
Este primer acuerdo de los partidos políticos de la oposición, para que exprese realistamente el espíritu y mandato del 2 de diciembre tiene que avanzar hacia la incorporación de la disidencia chavista y del movimiento juvenil universitario que sacudió los cimientos de la política venezolana a lo largo del año 2007, y que representan no sólo la amplitud política fundamental en estos tiempos, sino también el nuevo rostro de especial y necesaria credibilidad. De allí que guiados por el espíritu de ese primer acuerdo unitario, la convicción de que el mandado no está hecho todavía, debe pasar por la prueba más difícil de la selección de los mejores candidatos entre muchos aspirantes con legítimas o aparentes credenciales para optar a los cargos respectivos.
La disidencia chavista expresada, por ahora, por PODEMOS y las voces del General Raúl Baduel y Marisabel Rodríguez no ha sido medida por las encuestas, pero para cualquier observador o analista político que se aproxime con cierta objetivad a los resultados del 2 de diciembre, deduce fácilmente que la derrota del Comandante en Jefe para perpetuarse en el poder, no hubiera sido posible sin la presencia firme y opositora de los nuevos líderes juveniles y de quienes rompieron con el socialismo autoritario.
La reciente experiencia política es un claro indicador de que la disidencia chavista y el movimiento juvenil universitario forman parte de una nueva realidad que no se puede obviar. La mesa está servida, pero faltan algunos comensales por llegar, y otros que como la Iglesia Católica no podrán sentarse en la misma para la discusión definitiva, deben consultados.
Si se logra combinar la experiencia de algunos líderes batalladores y honestos, con el espíritu, la imagen y la presencia de una juventud que llegó para hacer historia, y los socialistas democráticos que han abandonado y abandonarán la filas de un movimiento que fue esperanza de millones de venezolanos, pero que se desvió hacia el caudillismo y el autoritarismo, caminaremos hacia un segunda victoria.

LA UNIDAD

Juan Páez Ávila

El archipiélago de pequeños grupos que hoy caracteriza a la oposición, la condena a un nuevo fracaso si no se presenta unida en las próximas elecciones para la Asamblea Nacional que se realizarán en diciembre y, sobre todo si no son capaces de reconocer los liderazgos regionales que existen en cada Estado del país, en el caso de que no sea posible realizar elecciones primarias. Y aunque este es un riesgo que corren también los grupos oficialistas, éstos cuentan con el aparato del Estado y con el carisma, todavía importante, del Presidente Chávez, que seguramente volverá a medir su capacidad de convocatoria, muy deteriorada en las elecciones municipales, pero superior a la de cualquier otro líder nacional.
Un país fragmentado por todas partes requiere un mínimo de coherencia no sólo en las elecciones parlamentarias, sino también en las políticas de Estado para enfrentar con éxito los difíciles problemas heredados y agravados por la administración bolivariana, derivada ahora en revolucionaria. A casi 7 años de gobierno del Presidente Chávez, las estadísticas tanto oficiales como las levantadas por empresas privadas, revelan que ninguna política pública que no cuente con el consenso de la nación, puede impulsar un verdadero progreso. El crecimiento de la economía nacional, por ejemplo, sobre la base del gasto público, sin duda alguna que satisface a un sector social depauperado que recibe un salario o una ayuda, porque carece de trabajo permanente y bien remunerado. Pero ello sólo es posible mantener por el tiempo que duren los altos precios del petróleo, que afortunadamente para el gobierno parece que se preservarán por algunos años, y le permitirán conservar una clientela pescada en el mundo marginal.
En estas circunstancias el proyecto político de la oposición tiene que empezar por unirse para poder entusiasmar a millones de venezolanos que han manifestado su disposición de luchar en un contexto de confluencia de liderazgos y valores programáticos para crear la plataforma que contribuya a sacar el país del deterioro económico, social y moral en que se encuentra. Y todo parece indicar que esa unidad política será por muchos años, incluyendo a sectores del chavismo y al país nacional.

LA ÚLTIMA CUMBRE

Juan Páez Ávila

La última reunión cumbre celebrada entre los países latinoamericanos y la Unión Europea, sin dejar de ser un intercambio importante de opiniones acerca de las posibilidades de mejorar el comercio y la cooperación entre los participantes, dejó muy en claro las serias dificultades, para no hablar de una crisis, que existe en esta parte del mundo. A la asimetría del comercio, especialmente en los productos agrícolas subsidiados por los países desarrollados, se agregó el conflicto político presentado por Venezuela, Cuba y Bolivia, cuyos jefes de Estado participaron en una cumbre alternativa y reafirmaron su disposición de enfrentar el capitalismo y el imperialismo como única vía para alcanzar la independencia y progreso de América Latina.
En una época en la que todavía es muy reciente y evidente el fracaso de la Unión Soviética para imponer en el mundo un socialismo autoritario, nuestro Presidente Hugo Chávez pretende asumir un liderazgo apoyado en nuestra riqueza petrolera manejada a su antojo, de acuerdo con una concepción política de su gobierno y no del Estado venezolano. Si la Unión Soviética con todo su desarrollo industrial y atómico, que en algunos rubros llegó a alcanzar a los Estados Unidos, no fue capaz de continuar la carrera armamentista en la llamada guerra de las galaxias, el Presidente Chávez no tiene ninguna posibilidad de cambiar o “salvar el mundo”, tal como lo expresado sin mayor rubor y con arrestos de gran caudillo.
Y si en Venezuela no ha podio salvar a los pobres de su miseria y exclusión, no ha podido construir más de 150 mil viviendas en 7 años de gobierno, cuando las necesidades son de 1 millón 800 mil, ni desarrollar la industria y la agricultura para darle empleo a millones sin trabajo y garantizar la alimentación de los venezolanos, su incursión en la problemática mundial será otro fracaso, con el agravante de exponer al país a correr la suerte de las naciones señaladas como terroristas, por su alianza con Irán.
Pero lo más grave es que el futuro resulta imprevisible, porque el Presidente es incapaz de consultar al país para elaborar una política de Estado. Sus decisiones personales nos han llevado a enfrentarnos hasta con Brasil.

LA SEGUNDA VICTORIA

Juan Páez Ávila

La segunda victoria de la oposición en menos de un año no logró desplazar mayoritariamente a Hugo Chávez del control del poder regional y municipal, en las pasadas elecciones, pero lo golpeó en el centro vital del corredor electoral venezolano, y le dio a la oposición la posibilidad de trazar la iniciativa en aspectos fundamentales de la política nacional, tal como lo expuso el Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma, al llamarlo al diálogo y a la cooperación para sacar a la gran Caracas del caos, en que la sumieron sus pupilos y gobernantes salientes.
Los resultados electorales, una vez proclamados en la madrugada del lunes Enrique Salas Feo, gobernador de Carabobo, César Pérez Vivas, gobernador del Táchira y Carlos Ocariz, alcalde del Municipio Sucre del Estado Miranda, la sociedad civil venezolana ratifica sus convicciones democráticas y el gobierno regional marca la pluralidad establecida en la Constitución Bolivariana de Venezuela. El presidente Chávez conserva la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, pero deberá atender el llamado del Alcalde Metropolitano y los gobernadores electos por la oposición democrática a dialogar civilizadamente para consolidar la democracia en el país.
Ha triunfado la democracia, el Presidente de la República debe seguir en el ejercicio de su cargo hasta el final del mandato constitucional en el 2012, gobernar como manda la Constitución Nacional con las nuevas autoridades regionales y municipales sin discriminación alguna, y la oposición brindar apoyo y respeto al Jefe del Estado en el marco de la misma Carta Magna.
Si se cumplen las reglas del juego democrático claramente establecido en el orden constitucional vigente, el país puede enfrentar con mayores posibilidades de éxito la grave crisis económica que lo afectará como consecuencia de la que vive el mundo, a raíz de la debacle financiera que comenzó en los Estados Unidos y que se ha extendido por todos los continentes.
La hora es de la sensatez y no del lenguaje virulento empleado por el Presidente Chávez durante la campaña electoral, ni de la retaliación por parte de los nuevos gobernantes, tal como lo expresó Antonio Ledezma, Alcalde Metropolitano electo, en su primer discurso dirigido a sus electores y al país en general. La sociedad venezolana ha dicho mediante sus votos, que no puede haber partido único ni reelección indefinida, que la oposición tiene que ser democrática y por lo tanto continuar sus luchas en un contexto de absoluta legalidad.
Y aunque faltan algunas jornadas electorales, antes de que se produzca la escogencia del nuevo Presidente de la República en 2012, el gobierno y la oposición deberían acordarse, una vez conocidos y reconocidos los resultados electorales de 2008, de hecho y derecho a trabajar conjuntamente por superar la crisis económica que se nos avecina o que ya está presente, y prepararse para elegir concejales y diputados a la Asamblea Nacional en el 2009 y 2010 respectivamente.

LA REVOLUCIÓN DEDPORTIVA

Juan Páez Ávila

La revolución deportiva anunciada por Hugo Chávez al despedir nuestra delegación que viajaría a China a participar en las Olimpíadas de 2008, resultó ser una farsa más de esta tragicomedia de disparates y promesas insensatas, que durante diez años viene montando en el país el comandante del socialismo del siglo XXI, que además de identificarse con el fracasado socialismo autoritario del siglo XX, se ha mostrado absolutamente inferior a lo que fueron la Unión Soviética y Cuba en materia deportiva.
China se preparó para ganar las Olimpíadas, trazó una política deportiva masiva y altamente eficiente durante varios años, y logró el primer lugar en medallas de oro, aunque el segundo en la sumatoria de las preseas internacionales, ganada por los Estados Unidos, su único o más importante rival de hoy y de las futuras confrontaciones.
El lamentable papel de la delegación venezolana no es responsabilidad máxima de los deportistas, quienes hicieron los esfuerzos necesarios para darle a nuestro país un triunfo significativo, de acuerdo con las proporciones de número y calidad de los participantes. En Venezuela no ha habido una política deportiva orientada a preparar y disciplinar en todos los aspectos físicos, psicológicos y humanos en general que requieren los niños y los jóvenes que muestran vocación y aptitudes para diversas ramas del deporte, más la atención a las familias pobres de donde provienen la mayoría de los deportistas. Esto significa atención médica, vivienda higiénicamente habitable, buena alimentación, empleo permanente los padres, educación para todos y entrenamiento adecuado a las últimas técnicas universales.
Y sin embargo, eso no sería suficiente sin una infraestructura deportiva dotada de todas las herramientas modernas para la práctica de los niños y jóvenes que desde temprana edad se destacan en sus actividades. Pero en un país en el que existen barrios, urbanizaciones, escuelas, liceos y universidades sin canchas deportivas, nadie puede exigirle a sus muchachos que conquisten en el mundo deportivo, impulsados por discursos nacionalistas, así provengan del Comandante en Jefe.
Con las promesas demagógicas, que siempre las ha habido, sucede lo mismo. Decir que después del triste espectáculo que escenificamos en las Olimpíadas se va atender el deporte, requiere una nueva y verdadera política deportiva, que comprenda: una altísima inversión del Estado, más lo que pueda aportar la empresa privada en infraestructuras y atención al deportista; una dirección esencialmente deportiva, no sesgada políticamente para favorecer a un partido de gobierno, sino a todo el país. Para no repetir la triste escena de nuestra única heroína, ganadora de una medalla de bronce, la larense Dalia Contreras, solicitando, al regresar, que el Comandante en Jefe le cumpla con la construcción de la casita decente que le ofreció hace 4 años, con lo quedó demostrado que no hay una política deportiva eficiente, y menos una revolución que haya cambiado en positivo el trato subalterno que se le ha dado al deporte en todos los tiempos.
Habría que comenzar a preparar de una manera integral, que comprenda empleo y vivienda para las familias, becas y asistencia médica a todos los deportistas que participaron en las Olimpíadas celebradas en China y a miles de muchachos más que se han destacado en diversas disciplinas deportivas, para que en el 2012 tengamos una mejor figuración en las que se realizarán en Londres.

LA REVOLUCIÓN DEL WHISKY

Juan Páez Ávila

Después de más de 8 años de gobierno, durante los cuales miles de venezolanos que tomaban cerveza o ron, gracias a su afiliación al proceso revolucionario no sólo dejaron de ser desempleados o empleados de modestos ingresos, sino que también resolvieron mejorar sus gustos en el consumo de bebidas alcohólicas y proteger su salud a través de un aguardiente de mejor calidad como el whisky, primero de 12 años de añejamiento, luego de 15, para terminar popularizando el de 18.
Después de más de 8 años de ejercicio ininterrumpido, salvo por algunas horas, de la Presidencia de la República por el Comandante Chávez, los aludidos han sido colocados en la disyuntiva de abandonar la costumbre, que ya en algunos puede ser una adicción, al buen whisky o poner en peligro su aceptación como militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, decretado por el Jefe del Estado para apuntalar el proceso revolucionario hacia el socialismo del siglo XXI.
Y aunque los que han logrado multiplicar sus ingresos económicos y adquirir camionetas Hummer son menos, posiblemente les sea más difícil ocultar sus nuevos hábitos al disfrute de tan poderosa y elegante máquina rodante por las viejas autopistas construidas durante la IV República, que les permite amortiguar los golpes que producen las caídas en los huecos que los ministros de la revolución no han podido tapar.
Si el Comandante en Jefe cumple con el apretón de tuercas con que ha amenazado a los aspirantes a militar el PSUV, por sus supuestas desviaciones revolucionarias al contribuir a aumentar el mayor consumo per cápita de whisky de Venezuela en el mundo, y a descapitalizar a CADIVI extrayéndole dólares para importar las más caras y vistosas camionetas que circulan por nuestras avenidas y carreteras, el Partido oficial puede quedar reducido a una militancia expuesta a ser derrotada por la de Un Nuevo Tiempo o Primero Justicia, y hasta por PODEMOS encaminado hacia la oposición. Y en cuanto a los que aspiran dirigir el PSUV, si los baja de las Hummers, puede tener dificultades para conformar una dirección revolucionaria tal como la que aspira para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI.
Y si el Presidente no cumple con lo dicho le será más cuesta arriba construir una sociedad socialista con revolucionarios adictos al whisky 18 años y capitalistas adictos a las Hummers.

LA REPÚBLICA DE GUARIMURE

Juan Páez Ávila

En la Carora de Chío Zubillaga, en la que su pensamiento todavía se proyecta en la mayoría de los jóvenes, hombres y mujeres, con alguna inquietud por la cultura, un grupo de intelectuales, soñadores, que aspiraban encontrar un “sitio de reunión de los que vienen de todas partes” se les ocurrió crear la República de Guarimure, inspirados en el significado que la lengua Axagua le asigna a esa poética palabra, y donde no sólo los caroreños sino todos los venezolanos y extranjeros que visiten la ciudad luz del maestro Zubillaga, puedan dialogar libremente sobre el acontecer cultural en el tiempo histórico de la humanidad, y en particular del siglo XXI.
Esta República de todos los lugares comienza a germinar en los Centros Literarios Casa Chío, auspiciados por la Dirección de Cultura de la Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado” (UCLA), en el Núcleo Universitario Dr. Juan Agustín de la Torre con sede en Carora, creados y dirigidos por el poeta Jesús Enrique León, quien ha logrado impulsar un movimiento cultural de proyección nacional e internacional, estimulando a centenares de jóvenes a la creación literaria mediante el método instituido por él mismo, “La Abstracción de la Palabra Poética”. Con su hermano, el también poeta y economista Armando León y la artista plástico Úrsula Rey fueron nucleando un grupo de escritores y pensadores caroreños y venezolanos en general, alrededor de una idea que les permitiera articular un conjunto de actividades en torno al hecho humanístico a escala nacional. Carora les ofrecía todos los incentivos para el diálogo creador, la confrontación de ideas universales en un ambiente de pluralidad y respeto, una tradición histórica para el estímulo al hecho cultural que los inclinó a fundar la República de Guarimure, convertida en poco tiempo en un lugar de encuentro de la inteligencia caroreña y venezolana.
En una espaciosa casa colonial la República de Guarimure abre sus puertas a todas las manifestaciones culturales de la ciudad y del país. En la Esquina del Poeta, por donde el visitante puede ingresar a la República, se encontrará con una excepcional galería, en la que se exhiben y venden obras de arte de destacados pintores de Carora y otras ciudades y regiones del país. Publicados por el Sello Editorial Guarimure puede leer en la biblioteca “Armando León” o adquirir en la librería, varios libros que reúnen una selección de importantes trabajos de los Centros de Creación Literaria de Carora.
Si quiere participar en algún debate importante, entre a la Casa de la República de Guarimure, pida la palabra, anótese en uno de los conversatorios “Pensando el Siglo XXI” y a los pocas semanas se encontrará con decenas o centenares de jóvenes dispuestos a oírlo, a aplaudirlo o confrontarlo civilizadamente. Su pensamiento, sus propuestas o proyectos del presente siglo, podrá exponerlos con absoluta libertad, en el marco de una programación que los republicanos de Guarimure organizan periódicamente para no dejar escapar el sueño de un mundo sin fronteras materiales ni espirituales, donde reine para la eternidad el pensamiento de Chío Zubillaga, el primer ciudadano de la nueva República.

LA REFORMA PERSONAL

Juan Páez Ávila

La Reforma Constitucional que elabora el Presidente de la República “de su puño y letra”, según palabras del diputado Carlos Escarrá, uno de los voceros oficiales especializado en Derecho Constitucional, no sólo tendrá el sello personal del Jefe del Estado, sino que también expresará y posiblemente acelerará la tendencia autoritaria del régimen y desde ya se convertirá en el mayor desafío a los venezolanos chavistas y no chavistas a enfrentar o aceptar la concentración de mayores poderes en el Ejecutivo Nacional. Y aunque el Presidente Chávez ejerce ya poderes personales ilimitados, el mandato a la Asamblea Nacional para que le dé el visto bueno a una reforma hecha a la medida de sus intereses personales, puede encontrar una más amplia oposición en la población que la expresada contra la no renovación de la concesión o cierre de RCTV.
A la oposición que obtuvo cerca del 40% de los votos en las últimas elecciones se le ha sumado un inesperado y vigoroso movimiento estudiantil, sin pasado y con todo el futuro por delante, que le indica al gobierno y a todos los venezolanos que no se puede imponer desde el poder una política que contraríe el sentimiento y el pensamiento democrático de una mayoría de nuestra sociedad, que incluye importantes sectores quen han venido apoyando el Presidente Chávez. Ya hay demostraciones muy claras de esto último. De allí el discurso del ex –Ministro de la Defensas, Raúl Isaías Baduel, reafirmando sus convicciones de un socialismo democrático. Y si a esta manifestación pública del General ® que encabezó la lucha en los cuarteles para restituir al Presidente en su cargo después de un golpe de Estado y una renuncia anunciada por un ministro anterior, agregamos las declaraciones y la decisión del Gobernador del Estado Sucre, Ramón Martínez, de convocar al pueblo que lo eligió para que exprese su opinión acerca de la preservación de los límites de su Estado y de la descentralización, el gobierno tendrá que enfrentar varios pronunciamientos y movilizaciones de gobernadores y alcaldes que no entienden ni admiten que el ejercicio del poder y la reelección indefinida sea exclusivamente para el Presidente.
El Gobernador Martínez expresó con mucho énfasis su convicción y democrática y revolucionaria para llamar al pueblo sucrense a una consulta sobre temas fundamentales de la política nacional y regional. Incluso dijo no estar solo e indirectamente retó al Gobernador Manuel Rosales a solicitar la opinión de sus electores y de los zulianos en general. Personalmente he recibido información de que muchos alcaldes chavistas no callarán. De allí que en los próximos días o meses la crisis política puede agudizarse para no dejar pasar impunemente una reforma contra la descentralización y otras conquistas democráticas. Juan Páez Ávila

La Reforma Constitucional que elabora el Presidente de la República “de su puño y letra”, según palabras del diputado Carlos Escarrá, uno de los voceros oficiales especializado en Derecho Constitucional, no sólo tendrá el sello personal del Jefe del Estado, sino que también expresará y posiblemente acelerará la tendencia autoritaria del régimen y desde ya se convertirá en el mayor desafío a los venezolanos chavistas y no chavistas a enfrentar o aceptar la concentración de mayores poderes en el Ejecutivo Nacional. Y aunque el Presidente Chávez ejerce ya poderes personales ilimitados, el mandato a la Asamblea Nacional para que le dé el visto bueno a una reforma hecha a la medida de sus intereses personales, puede encontrar una más amplia oposición en la población que la expresada contra la no renovación de la concesión o cierre de RCTV.
A la oposición que obtuvo cerca del 40% de los votos en las últimas elecciones se le ha sumado un inesperado y vigoroso movimiento estudiantil, sin pasado y con todo el futuro por delante, que le indica al gobierno y a todos los venezolanos que no se puede imponer desde el poder una política que contraríe el sentimiento y el pensamiento democrático de una mayoría de nuestra sociedad, que incluye importantes sectores quen han venido apoyando el Presidente Chávez. Ya hay demostraciones muy claras de esto último. De allí el discurso del ex –Ministro de la Defensas, Raúl Isaías Baduel, reafirmando sus convicciones de un socialismo democrático. Y si a esta manifestación pública del General ® que encabezó la lucha en los cuarteles para restituir al Presidente en su cargo después de un golpe de Estado y una renuncia anunciada por un ministro anterior, agregamos las declaraciones y la decisión del Gobernador del Estado Sucre, Ramón Martínez, de convocar al pueblo que lo eligió para que exprese su opinión acerca de la preservación de los límites de su Estado y de la descentralización, el gobierno tendrá que enfrentar varios pronunciamientos y movilizaciones de gobernadores y alcaldes que no entienden ni admiten que el ejercicio del poder y la reelección indefinida sea exclusivamente para el Presidente.
El Gobernador Martínez expresó con mucho énfasis su convicción y democrática y revolucionaria para llamar al pueblo sucrense a una consulta sobre temas fundamentales de la política nacional y regional. Incluso dijo no estar solo e indirectamente retó al Gobernador Manuel Rosales a solicitar la opinión de sus electores y de los zulianos en general. Personalmente he recibido información de que muchos alcaldes chavistas no callarán. De allí que en los próximos días o meses la crisis política puede agudizarse para no dejar pasar impunemente una reforma contra la descentralización y otras conquistas democráticas.

LA REFORMA MILITAR

Juan Páez Ávila

Si alguna política pública requiere el mayor consenso posible de una nación democrática, sin dejar de correr aún algunos riesgos según lo registra la historia política en América Latina, es la de definir el rol que le corresponde a la Institución Militar, creada para defender la soberanía nacional y garantizarle a los ciudadanos la paz interior, para el libre ejercicio de sus derechos constitucionales. Sobre esto se ha escrito mucho y se ha intentado crear una doctrina militar que establezca los límites de poder civil y del militar, siempre subordinando a éste a la voluntad consensuada de los ciudadanos fundadores y defensores de la República democrática. La mayoría de las constituciones latinoamericanas, si no la totalidad, e incluso del mundo democrático, han recogido el principio de la supremacía del poder civil. Y sin embargo, nuestra historia está llena de dictaduras militares, violaciones a la Constitución e intentos fallidos de golpes de Estado, lo que debería ser aleccionador para que la dirigencia política del país y en particular el Presidente de la República buscaran consenso para crear conciencia democrática en la Fuerza Armada Nacional.
La reforma que propone el Presidente de la República en esta materia puede ser un arma de doble filo, al eliminar el carácter apolítico de la Institución Militar y su papel de servicio a la nación y no al de parcialidad o personalidad política alguna, en la creencia de que al Jefe del Estado nadie osará desobedecerle o disentir de sus ideas. Convertir en dogma “Patria, socialismo o muerte” es trasladar mecánicamente la larga experiencia del régimen cubano a nuestro país, pero olvidarse del derrumbe de la Unión Soviética y de las “democracias socialistas” de Europa Oriental, sin que ningún soldado fuera a la muerte por socialismo y la patria inventada por sus gobernantes. El dogma “Patria, socialismo o muerte” puede tener una vida corta o larga, según la fuerza que adquiera la oposición civil general (chavistas y no chavistas) para derrotar la reforma propuesta por el Comandante en Jefe, e incluso de los controles que sus servicios de inteligencia puedan ejercer sobre posibles disidentes, en un país en que el propio Presidente de la República estuvo conspirando durante más de 10 años sin que lo descubrieran.
En brevísima síntesis todo parece indicar que lo más conveniente a los intereses democráticos del país es no politizar a sus Fuerzas Armadas y asignarles el rol de defender la nación y no un partido ni a una personalidad política.

LA REELECCIÓN DE LULA

Juan Páez Ávila

Aunque tiene que participar en una segunda vuelta para garantizar su triunfo en las pasadas elecciones en Brasil, los porcentajes obtenidos en la primera ronda indican que el Presidente Lula será reelecto, y los progresos sociales y económicos alcanzados en sus primeros cuatro años de gobierno tendrán continuidad y posiblemente muchos de ellos se profundizarán para bien de millones de brasileños que por siglos vivieron excluidos de los indudables avances que han hecho de Brasil la novena economía del mundo.
Su victoria, a pesar de los golpes bajos recibidos por la acción corrupta de muchos de los altos dirigentes de su propio Partido de los Trabajadores (PT), consolida su liderazgo en el interior de su país, pero lo obliga a ser más vigilante de la conducta pública de sus compañeros en funciones de gobierno, y en particular de sus parlamentarios, entre quienes se filtraron oportunistas indeseables y traficantes que esperaban el momento adecuado, la influencia en el poder, para el enriqueciendo ilícito.
El que la mayoría de la sociedad brasileña lo haya obligado a ir a una segunda vuelta, es una demostración de la madurez democrática de ese país. Lo reelige porque lo juzga honesto, no cómplice de las corruptelas de algunos de sus copartidarios, pero posiblemente exija un mayor adecentamiento de la función pública. Y es de esperar que Lula sea implacable contra los corruptos, que se apropian ilegalmente de una riqueza que le pertenece al pueblo brasileño. Superados los escollos internos, después de alcanzar un despegue económico que incorpora a millones de brasileños al trabajo permanente y a la seguridad social, también es factible esperar una presencia más activa de su liderazgo democrático en América Latina y en el mundo desarrollado, donde Brasil tiene voz y tiene peso, para hacer oír los planteamientos y aspiraciones acerca de la necesidad de construir una sociedad en la que impere la paz y el bienestar de los pueblos y las naciones.
En una economía irreversiblemente globalizada, América Latina requiere una voz respetada y respetable, inteligente y sensata, que una y no divida a las naciones, que comprenda la época que vivimos y contribuya a la solución de nuestros problemas.

LA PRÓXIMA BATALLA

Juan Páez Ávila

A pocos días de las elecciones del 23 de noviembre, en las que Hugo Chávez le levantó la mano a sus candidatos a las gobernaciones, con algunas excepciones entre las que resultó evidente la de Henry Falcón en el Estado Lara, y después de experimentar una gran derrota en las principales regiones del país, el comandante en jefe desafía la Constitución Bolivariana y ordena a sus subalternos e incondicionales a aprobar una Enmienda Constitucional para tratar de reelegirse indefinidamente en la Presidencia de la República. Sin darle tregua a los venezolanos para que disfruten de las navidades, y en particular a los partidos políticos y a la sociedad civil para que saboreen la mieles de la victoria, Chávez recorre el país levantándoles otra vez la mano a quienes salieron electos con sus votos, como para que no quede duda alguna de que el gran elector es él, el jefe supremo, el imprescindible si quieren continuar gobernando. Violando la Constitución Nacional, después que la mayoría de los venezolanos le dijo NO a su reforma constitucional para reelegirse hasta el fin de sus días, en el referendo del 2 de diciembre, llama y obligará al país a una nueva batalla electoral, con la pretensión de eternizarse en Miraflores.
Aunque el Presidente Chávez obtuvo mayoría de votos en todo el país, perdió Caracas y Miranda, Carabobo y Táchira y no pudo conquistar Zulia y Nueva Esparta, la próxima gran batalla será más social que política, nunca bélica a pesar de que la revolución esté armada, y se librará en los barrios pobres de la gran capital, donde el Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma, el Alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, y el Gobernador de Miranda, Enrique Capriles Radonsky, con menores recursos económicos, tendrán que disputar con el Alcalde el Municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien dispondrá de recursos propios y los que el Comandante le asigne, la realización de las más efectivas políticas de inclusión, de los millones de caraqueños y mirandinos, que todavía viven en la miseria.
Ledezma, Ocariz y Capriles, apoyados por los Alcaldes de Chacao, Baruta y El Hatillo, ya han comenzado a planificar conjuntamente las principales políticas para enfrentar la inseguridad, la congestión del tráfico automotor, la salud, la educación y otros graves problemas sociales que afectan a la mayoría de la población de las barriadas, para lo cual han llamado al Presidente de la República y al Alcalde Rodríguez para trabajar conjuntamente. El Comandante en Jefe no atendió al llamado y ordenó a Rodríguez impulsar las mismas políticas para convertir a Caracas en una ciudad “roja rojita”, y dio comienzo a su campaña electoral por la aprobación del próximo referendo por la reelección indefinida, dando por descontado que la Asamblea Nacional aprobará la Enmienda Constitucional requerida, para dar cumplimiento a su mandato, en las primeras sesiones del año 2009.
De allí que no es aventurado inferir, como hipótesis, que las amenazas, los insultos, las bravatas y los llamados del Jefe Único a sus batallones y escuadras a prepararse para barrer la oligarquía, a Globovisión y a los escuálidos que le sirven al imperialismo, no son otra cosa que la continuación de la lucha por perpetuarse en el poder. Las cuentas le resultan muy claras, aunque en público trate de manipularlas, para convertir su derrota en “una gran victoria socialista, revolucionaria y bolivariana”. Perdió la gran Caracas por la ineptitud de sus alcaldes impuestos por su dedo hegemónico, pero salvó la honrilla en el Municipio Libertador, por la división de la oposición y tal vez por la juventud e inexperiencia del candidato de la unidad, Stalin González, quien hizo un estelar papel al obtener más de 40% de los votos.
A la oposición sólo le queda el tiempo necesario para un breve análisis para determinar por qué se perdió en determinados estados y municipios, llamando nuevamente a la unidad de todos los demócratas que adversan a Hugo Chávez, incluso a muchos militantes del chavismo que discrepan de la reelección perpetua del comandante único, cerrándole el paso a quienes han logrado forjar su propio liderazgo. La crítica, para ser sincera, debe ir acompañada de la autocrítica, nada de prepotencias ni mezquindades. Chávez es un animal político que no permite respirar hondo al adversario, para derrotarlo todos los sectores democráticos y sus votos son necesarios, y todo indica que sí es derrotable.

LA PROTESTA ESTUDIANTIL

Juan Páez Ávila

La conmoción que han producido en la sociedad venezolana las manifestaciones pacíficas y multitudinarias de los estudiantes en Caracas y en las principales ciudades del país en defensa de libertad de expresión, no sólo se debe a la protesta contra la decisión del Presidente de la República de cerrar RCTV, con el subterfugio de no renovarle la concesión, sino también al rol protagónico que históricamente ha jugado la juventud en momentos de crisis.
La aparición de un nuevo y poderoso liderazgo juvenil puede cerrarle el paso a la tendencia totalitaria del gobierno, si logra tomar conciencia de cuál es el significado de su presencia en el escenario político del momento, cuáles son las diferentes formas de lucha que tiene que emplear para no decaer y quiénes son sus aliados en circunstancias extremadamente complejas. Los jóvenes de la Generación del 28 lograron a partir de su emergencia contestataria, darle un vuelco en pocos años a la situación política y cultural del país al trazarse claros objetivos de lucha por la sustitución de una tiranía por un sistema democrático de gobierno. Para alcanzarlo crearon partidos políticos, periódicos, movimientos gremiales, sindicatos y otros organismos sociales propios de la época para conducir el país hacia una república democrática, plural y moderna. ¡Hasta dónde lo conquistaron pertenece ya juzgarlo a la historia!
El cierre de RCTV ha sido un detonante, no para salir en defensa del imperialismo y de la oligarquía venezolana sino para sacudir de la inmovilidad a la más incontaminada y poderosa fuerza psicosocial de una sociedad, y desencadenar la protesta juvenil ante el peligro de ver cercenada su libertad de expresarse libremente y la implantación de un régimen militarista en el que sólo piensa y decide el Comandante en Jefe.
Los estudiantes han ganado una primera batalla política y posiblemente le ahorren al país una dura experiencia autocrática Le han colocado al Presidente un valladar de dignidad, coraje y sapiencia al desafiarlo a una confrontación de ideas, a un debate democrático, y oponerle una poderosa e imbatible barrera pacífica al proyecto “socialista del siglo XXI”, que con las primeras políticas tomadas por el jefe único ha quedado al descubierto como intolerante y militarista.
Y aunque muchos lo duden, ante esta vigorosa resistencia juvenil con repercusión en toda la sociedad, el Presidente puede rectificar algunas de sus políticas del plan general, o posponerlas como ha hecho con la Reforma Constitucional. Para ello es necesario que el movimiento estudiantil no sólo reciba respaldo de los sectores democráticos del país y del mundo, sino también que no se obnubile por este primer triunfo que ha revelado su potencial. Para otras batallas requiere más organización, reflexión y difusión de sus ideales democráticos y libertarios. Venezuela requiere una nueva generación de líderes formados científicamente en las universidades y éticamente en los hogares.

LA POLÍTICA DEPORTIVA

Juan Páez Ávila

La revolución deportiva anunciada por Hugo Chávez al despedir nuestra delegación que viajaría a China a participar en las Olimpíadas de 2008, resultó ser una farsa más de esta tragicomedia de disparates y promesas insensatas, que durante diez años viene montando en el país el comandante del socialismo del siglo XXI, que además de identificarse con el fracasado socialismo autoritario del siglo XX, se ha mostrado absolutamente inferior a lo que fueron la Unión Soviética y Cuba en materia deportiva.
China se preparó para ganar las Olimpíadas, trazó una política deportiva masiva y altamente eficiente durante varios años, y logró el primer lugar en medallas de oro, aunque el segundo en la sumatoria de las preseas internacionales, ganada por los Estados Unidos, su único o más importante rival de hoy y de las futuras confrontaciones.
El lamentable papel de la delegación venezolana no es responsabilidad máxima de los deportistas, quienes hicieron los esfuerzos necesarios para darle a nuestro país un triunfo significativo, de acuerdo con las proporciones de número y calidad de los participantes. En Venezuela no ha habido una política deportiva orientada a preparar y disciplinar en todos los aspectos físicos, psicológicos y humanos en general que requieren los niños y los jóvenes que muestran vocación y aptitudes para diversas ramas del deporte, más la atención a las familias pobres de donde provienen la mayoría de los deportistas. Esto significa atención médica, vivienda higiénicamente habitable, buena alimentación, empleo permanente los padres, educación para todos y entrenamiento adecuado a las últimas técnicas universales.
Y sin embargo, eso no sería suficiente sin una infraestructura deportiva dotada de todas las herramientas modernas para la práctica de los niños y jóvenes que desde temprana edad se destacan en sus actividades. Pero en un país en el que existen barrios, urbanizaciones, escuelas, liceos y universidades sin canchas deportivas, nadie puede exigirle a sus muchachos que conquisten en el mundo deportivo, impulsados por discursos nacionalistas, así provengan del Comandante en Jefe.
Con las promesas demagógicas, que siempre las ha habido, sucede lo mismo. Decir que después del triste espectáculo que escenificamos en las Olimpíadas se va atender el deporte, requiere una nueva y verdadera política deportiva, que comprenda: una altísima inversión del Estado, más lo que pueda aportar la empresa privada en infraestructuras y atención al deportista; una dirección esencialmente deportiva, no sesgada políticamente para favorecer a un partido de gobierno, sino a todo el país.
Habría que comenzar a preparar a los mismos deportistas que participaron en las Olimpíadas celebradas en China y a miles de muchachos más, para que en el 2012 tengan una mejor figuración en las que se realizarán en Londres.

miércoles, 15 de abril de 2009

LAS FARC Y LA PAZ EN COLOMBIA

Juan Páez Ávila

Después de más de 40 años de infructuosa y violenta búsqueda del poder mediante la lucha guerrillera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han perdido a varios de sus máximos comandantes y su capacidad ofensiva, lo cual las coloca al borde de una segura derrota, por lo que todo indica que el momento para evitar un mayor e inútil derramamiento de sangre, obliga a sus jefes actuales y a algunos organismos internacionales a transitar el camino de la negociación y la paz en la sociedad colombiana.
Confirmada por el Secretariado de las FARC la muerte de su primer Comandante, Manuel Marulanda, por razones obvias la lucha guerrillera en Colombia entra en una nueva y difícil etapa, caracterizada no sólo por lo que significa la pérdida de su máximo jefe, unificador de todas las tendencias y comandos que constituyen ese ejército irregular, que ha prolongado la violencia en el vecino país por varias décadas, sino también por la superioridad militar tecnológica que ha demostrado el ejército colombiano en sus últimos ataques a los campamentos de la guerrilla, dentro y fuera de sus fronteras, en lo que parece ser el avance de un cerco o asedio mortal que coloca a las FARC en una posición defensiva, refugiándose en la selva o traspasando los límites los separan de los países vecinos.
La discusión interna que obligatoriamente debe producirse en todos los comandos de las FARC, como sucedió en todos los frentes guerrilleros de América Latina después de la muerte del Ché Guevara en la selva boliviana, repercusión que al parecer había resistido la guerrilla colombiana, tendrá diversas consecuencias políticas, y no por cobardía producirá más deserciones que las conocidas hasta hoy, sino por evaluaciones objetivas de una nueva realidad que racionalmente los incline a buscar la paz, negociando con el gobierno de Uribe Vélez quien ha ofrecido garantías para el ejercicio libre de la política por medios legales.
El final de la violencia en Colombia podría estar más cerca de lo que piensan los más dogmáticos y fundamentalistas jefes guerrilleros, que abandonaron las principales banderas de la liberación nacional, de la construcción de una sociedad democrática con justicia social, para caer en el narcotráfico y en una guerra que viola todas los derechos humanos mediante el secuestro y asesinatos de inocentes trabajadores del campo que no se identifican con sus ideas y acciones criminales.
Y si Colombia logra entrar en una etapa de pacificación que avance inexorablemente hacia un acuerdo definitivo, que inserte a la mayoría de los actuales guerrilleros en la lucha democrática, América Latina puede evolucionar, con mayores posibilidades de éxito hacia una comunidad de naciones democráticas, que les permita superar el atraso económico, la dependencia de materias primas y la pobreza. Colombia y Venezuela también entrarían en paz y podrían actuar conjuntamente para impulsar la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)

LA MUERTE DE JUAN MANUEL

Juan Manuel Carmona fue un venezolano integral que vivió de pie en defensa de sus ideas y principios, tanto como médico y editor y en especial como editorialista del periódico que tocó dirigir hasta el día que encontró la muerte accidental, inesperada e inmerecida en una carretera por la que trafican vehículos sin mayores controles mecánicos por parte de las autoridades correspondientes, según la primera versión del lamentable hecho.
Su muerte enluta a una familia ejemplar en el trabajo productivo y en el servicio público a la comunidad larense y venezolana en general. Amante de la libertad, participaba en la controversia política de nuestra época, con el coraje de los grandes venezolanos que teniendo mucho qué perder, Y sólo buscan el imperio de la pluralidad democrática, de la libertad de expresión y del debate civilizado.
En una Venezuela amenazada por el autoritarismo, Juan Manuel Carmona hizo oír su voz de empresario y ciudadano democrático a escala local en los editoriales de El Impulso, a nivel nacional e internacional en el Bloque de Prensa Venezolano y en la Sociedad Interamericana de Prensa.
Su muerte también enluta a la Venezuela democrática, tanto a la que compartió sus planteamientos e ideas como a los que lo adversaron, porque se podía diferir de lo que Juan Manuel Carmona expresaba en sus editoriales, pero como decía Voltaire a propósito de uno de sus adversarios, un demócrata podía dar la vida para lo que lo siguiera haciendo.
También expresamos solidaridad y condolencia con la familia del conductor Vilmar Díaz, quien tampoco merecía morir de esa manera cruel, trágica e injustificable. Y para nuestra colega periodista Carolina Briceño que esperamos su total recuperación y su vuelta al ejercicio -según García Márquez- de la mejor profesión del mundo.

JUAN PÁEZ ÁVILA

LA MILITARIZACIÓN

Juan Páez Ávila

La política de obediencia y disciplina impuesta desde Miraflores, primero para construir mediante un decreto el Partido Socialista Unido de Venezuela y luego ordenarle a los partidos de la alianza gubernamental que se disolvieran y se integraran a la organización única oficialista, fue resistida prudentemente por los aliados del PPT, y el PCV, pero llegado el momento de escoger los candidatos a gobernadores y alcaldes, señalados en una lista desde el Palacio de Gobierno, se ha producido la mayor crisis política que en lo interno tiene que enfrentar el Presidente Chávez.
La militarización del PSUV solamente ha sido acatada por los partidarios de un régimen autocrático en el que el comandante ordena y ellos obedecen disciplinadamente, y por algunos oportunistas que le acompañan mientras pueden hacer de la política un buen negocio y enriquecerse mediante el cobro de comisiones y otras corruptelas del tráfico de influencias, algo que ha sido denunciado hasta por militantes del partido único oficialista.
La crisis presentada en varias gobernaciones y alcaldías en las que los aliados del PPT y el PCV, a los que se ha sumado el MEP, consideran tener mejores candidatos con posibilidades de ganar las elecciones, no la pueden resolver democráticamente a través del debate ideológico como lo han planteado algunos dirigentes de esos partidos políticos, porque la órdenes del Comandante en Jefe no son para discutirlas. Las aceptan o se van, lo ha dicho en varios escenarios el jefe único.
Y aunque la militarización del PSUV no la ha podido extender el Presidente de la República a los partidos aliados, sí los ha debilitado al provocar la salida de altos dirigentes de estas organizaciones políticas, promovidos a ministerios y otros importantes cargos gubernamentales o postulados a gobernaciones y alcaldías. En las próximas semanas o meses el país podrá comprobar hasta dónde llega la resistencia para defender algunos principios ideológicos que han caracterizado en la historia universal al socialismo no autocrático, no estalinista, por parte de la dirigencia del PPT, PCV y MEP que han venido apoyando al Comandante Chávez, pero exigen respeto a la pluralidad que caracteriza al socialismo democrático. También se comprobarán los límites del portaaviones que todavía pretende seguir siendo Chávez en las elecciones regionales.
El apoyo del PPT a Lenny Manuit como candidata a la gobernación del Estado Guárico es un verdadero desafío al autoritarismo, al militarismo como forma de conducir el Presidente de la República la política de alianzas y la escogencia de los candidatos a gobernaciones y alcaldías. A Chávez le queda la alternativa de romper con el PPT y perder la gobernación de ese Estado con un candidato desvinculado de la región, pero obediente y disciplinado a las órdenes de Miraflores, o revisar la política de su dedo omnipotente. Y aunque la dirección nacional del PSUV decidió romper lanzas con el PPT y estaban a la espera de llegada del Comandante en Jefe para pedirle ratifique el rompimiento, a la hora de terminar este artículo no se había producido la orden militar, indiscutible del máximo jerarca. Lo que es evidente es que la voz de mando del jefe único ya no es acatada incondicionalmente por sus aliados ni por muchos de los dirigentes y militantes del Partido que decretó, sin consultar a nadie más que a su voluntad militar, para que cumpliera sus posteriores órdenes.
Cuando ya tiene el sol por la espalda, la crisis del llamado Polo Patriótico, que trató de reconstituir el Presidente, sumada una política económica y social equivocada cuyos resultados desastrosos conoce y siente ya la mayoría de los venezolanos, lo conducirá a una segunda derrota electoral, indicativo de que no podrá gobernar más del 2012 tal como lo establece la Constitución Nacional de 1999, sin posibilidad alguna de modificarla, salvo que intente un frenesí más de locura mesiánica contra la mayoría de la población que aspira vivir en paz, y que difícilmente, a estas alturas, se dejará arrebatar la democracia.

LA INTOLERANCIA PRESIDENCIAL

Juan Páez Ávila

La reacción intolerante del Presidente Chávez ante las palabras del Cardenal Castillo Lara en la homilía durante la misa para recibir la Divina Pastora en la Catedral de Barquisimeto, en vez de desmentir con hechos la afirmación del alto prelado de Iglesia Católica de que su gobierno comienza a mostrar visos de dictadura, lo que hizo fue confirmar los temores o denuncia del ilustrísimo y ya retirado Cardenal.
La indignación del Comandante Chávez no es propia de un Jefe de Estado democrático, que está obligado a garantizarle a todos los ciudadanos el derecho a expresar libremente su pensamiento, especialmente cuando no coincide con el suyo. Y aunque el Presidente también tiene derecho a rebatir la opinión de quienes le adversan, no puede descalificarlos acusándolos de desestabilizadores, porque queda al descubierto su carencia de argumentos y su tendencia autoritaria. ¿Cómo desmentir al Cardenal Castillo Lara amenazándolo con la cárcel que es el destino de todos los desestabilizadores, y la vocación de todos los regímenes dictatoriales?
El emplazamiento a la jerarquía de la Conferencia Episcopal para que desmienta al Cardenal Castillo Lara porque expresa una opinión personal como cualquier ciudadano venezolano en ejercicio de sus derechos constitucionales, envuelve otra amenaza contra toda la Iglesia, que ha dado recientes demostraciones de estar dispuesta a dialogar y a ser puente entre gobierno y oposición para evitar una mayor polarización política.
Y si el Cardenal Castillo Lara puede ser censurado por utilizar un acto de fe cristiana de venezolanos de distintos credos políticos ¿qué decir del Alcalde de la ciudad que la llenó de pancartas con su imagen, especialmente a lo largo de la avenida por donde pasaba la manifestación religiosa, alusivas a su gestión política?
El Presidente Chávez, en su última alocución, también le dio la razón al Cardenal Castillo Lara, cuando expresó su intención -si pudiera- de fusilar a algunos corruptos, a quienes sólo debe aplicarles la ley y llevarlos a la cárcel, aunque tenga que construir muchas más.

LA INSEGURIDAD

Juan Páez Ávila

La inseguridad de las personas y los bienes se ha convertido en los últimos años, según diversas encuestas realizadas por diferentes empresas especializadas, en el problema más grave que confronta el venezolano frente al hampa desbordada y la descomposición de los cuerpos policiales.
Las medidas de alta policía anunciadas en varias oportunidades se han estrellado ante una realidad, que les resulta incontrolable, a tal extremo que el Presidente de la República solicitó públicamente la renuncia de aquellas autoridades que se sintieran incapaces de cumplir con sus respectivas funciones de proteger la vida y los bienes de los ciudadanos. Y aunque el Jefe del Estado ha debido proceder a destituir a los responsables por la incapacidad demostrada para combatir el delito, el hecho de que por primera vez se haya ocupado de este problema en sus alocuciones dominicales, revela que el país ha entrado en una espiral relativamente incontrolable y caótica.
La política de seguridad ha sido enfocada equivocadamente por los más altos funcionarios de ese ramo, al proponer la creación de una policía nacional, sin antes establecer y tratar de corregir las verdaderas causas de la proliferación de los actos criminales. Mientras existan millones de desempleados y una burocracia que no oculta su rápido y repudiable enriqueciendo ilegal; mientras no se combinen planes a corto, mediano y largo plazo para enfrentar la pobreza, se eduque para el trabajo a millones de marginales y creen las fuentes de empleo respectivas, de nada servirá una nueva policía nacional. Por lo contrario, esa policía puede ser una fuente más de corrupción, como ha quedado demostrado en la actuación de la mayoría de los cuerpos policiales.
Y si a esta descomposición policial y social agregamos la proliferación de armas en manos de delincuentes comunes y políticos, el problema se puede tornar insoluble a corto plazo, si no se aprueba una política de desarme de la población civil, que según informaciones oficiales manejan varios millones de armas, sin control efectivo de quienes por ley son los únicos que las pueden portar.

HEGEMONÍA COMUNICACIONAL

Juan Páez Ávila

La decisión del Tribunal Supremo de Justicia de declarar inadmisible el amparo constitucional solicitado por RCTV contra la negativa del Poder Ejecutivo de renovarle la concesión para seguir operando como un medio de comunicación privado e independiente, tiende a consolidar la política de hegemonía comunicacional del gobierno cuyas consecuencias políticas tendrán repercusión nacional e internacional.
La decisión del TSJ, aunque trata de justificarla jurídicamente, tendrá claros efectos políticos sin descartar que los interesados apelan a otras instancias jurídicas en el país, lo que les permitirá acudir a organismos internacionales en concordancias con acuerdos firmados por Venezuela y que son de obligatorio cumplimiento, salvo que el Gobierno del Presidente Chávez decida violarlos y retirarse de dichos organismos.
Si no hay una solución en los tribunales venezolanos el caso no se cerrará jurídica ni políticamente, porque la no renovación de la concesión a RCTV no es una simple medida administrativa de CONATEL, sino una resolución política con el evidente objetivo de lograr la hegemonía comunicacional para controlar la opinión de la sociedad venezolana y amedrentar a otros medios y a periodistas que no comparten las políticas gubernamentales. De allí que el enfrentamiento tenderá a agudizarse en los próximos días y meses, porque un importante sector de la sociedad se ve afectada con el cierre de RCTV; el 80% de los encuestados, que incluye a chavistas y no chavistas, rechazan que el gobierno le ponga un cerrojo a la más antigua planta televisora del país, con cuya programación en general se sienten identificados.
Como muchas de las políticas del Presidente de la República, la no renovación de la concesión a RCTV fue tomada en un acto militar, como para dar la sensación de que el Comandante en Jefe tiene todo el poder necesario para ordenar que se haga lo que su voluntad decide. Posiblemente no consultó, porque no tiene a quién o por subestimación a sus colaboradores, y la medida ya tiene un alto costo político al ser rechazada por un importante porcentaje de sus simpatizantes. Lo que viene no es fácil de predecir, pero si las protestas se mantienen en la calle y en los medios el costo le será mayor y la crisis política se agravará.

LA HEGEMONÍA COMUNICACIONAL

Juan Páez Ávila

La idea de Francisco de Miranda de la creación de Colombia y ejecutada por Simón Bolívar, conocida más tarde como la Gran Colombia, dividida por el caudillismo de allá y de acá del siglo XIX, y tratada en cierto modo de ser restablecida por la Comunidad Andina de Naciones en un contexto democrático moderno, ha creado nexos humanos, sociales y económicos, no obstante las diferencias políticas de los gobiernos existentes en la actualidad, que difícilmente pueden ser violentados o destruidos por una guerra estúpida y suicida provocada por el delirio destructivo de uno de sus gobernantes. Y aunque hubiese un ejército que obedeciera una orden antimirandina y antibolivariana, de agredir e invadir uno u otro territorio, los pueblos de Venezuela y de Colombia la rechazarían y la condenarían con la firmeza que generan la fraternidad histórica y los intereses comunes.
Los peligros de un conflicto armado con Colombia no sólo han producido alarma y preocupación en los círculos políticos y económicos de ambas naciones, sino también el rechazo de más del 80% de la población de nuestros países, que durante más de un siglo han vivido en paz y fraternidad. Y aunque la presencia en Bogotá del Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se puede interpretar como una amenaza o parte de un plan disuasivo contra el proyecto del Presidente Chávez de extender la revolución bolivariana al país vecino y otras naciones del subcontinente, nuestro Comandante en Jefe no puede ni debe llevar a los venezolanos a una guerra porque el Presidente Uribe lo haya relevado oficialmente de sus funciones de mediador del intercambio humanitario con las FARC.
Venezuela y Colombia tienen gobiernos distintos, diametralmente opuestos, porque los pueblos de ambas naciones los han electo mediante el voto, y entre ambas naciones han existido relaciones económicas de mutuo beneficio y de gran hermandad entre los habitantes de la frontera e incluso de toda la extensión de nuestros territorios. En muchos rubros, especialmente en alimentos, existe una economía complementaria que constituye un avance de integración regional. Incluso la existencia de las FARC, del ELN y de los paramilitares no ha sido obstáculo para que las buenas relaciones entre los gobiernos de cada día y de la población en general se preserven a lo largo de más de 40 años que Colombia se desangra en una guerra inútil y mortalmente destructiva como todas las guerras, agravada por el narcotráfico y la violación de los derechos humanos.
Tenemos que admitir como sociedad civilizada y democrática que los problemas de Colombia los resuelven los colombianos, como los nuestros le buscamos solución los venezolanos. Y aunque Colombia tiene derecho a la aliarse con los Estados Unidos para defenderse de la guerrilla y del narcotráfico, Venezuela tiene derecho a rechazar cualquier amenaza de intervención en nuestros asuntos por parte del ejército norteamericano. Y aunque es evidente que el discurso y el manejo de una chequera petrolera por parte del Presidente Chávez se han convertido en un instrumento de intervención indebida en algunos países de América Latina, su presencia en Miraflores sólo las podemos decidir los venezolanos, y por vía democrática, electoral y pacífica.
Los venezolanos, chavistas y no chavistas, debemos decirle no a la guerra, no a la intervención extranjera y pedirle al Presidente más diplomacia y menos discursos incendiarios. Democrática y civilizadamente vamos elecciones éste y el próximo año.

LA GUERRA CON COLOMBIA

Juan Páez Ávila

La idea de Francisco de Miranda de la creación de Colombia y ejecutada por Simón Bolívar, conocida más tarde como la Gran Colombia, dividida por el caudillismo de allá y de acá del siglo XIX, y tratada en cierto modo de ser restablecida por la Comunidad Andina de Naciones en un contexto democrático moderno, ha creado nexos humanos, sociales y económicos, no obstante las diferencias políticas de los gobiernos existentes en la actualidad, que difícilmente pueden ser violentados o destruidos por una guerra estúpida y suicida provocada por el delirio destructivo de uno de sus gobernantes. Y aunque hubiese un ejército que obedeciera una orden antimirandina y antibolivariana, de agredir e invadir uno u otro territorio, los pueblos de Venezuela y de Colombia la rechazarían y la condenarían con la firmeza que generan la fraternidad histórica y los intereses comunes.
Los peligros de un conflicto armado con Colombia no sólo han producido alarma y preocupación en los círculos políticos y económicos de ambas naciones, sino también el rechazo de más del 80% de la población de nuestros países, que durante más de un siglo han vivido en paz y fraternidad. Y aunque la presencia en Bogotá del Jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se puede interpretar como una amenaza o parte de un plan disuasivo contra el proyecto del Presidente Chávez de extender la revolución bolivariana al país vecino y otras naciones del subcontinente, nuestro Comandante en Jefe no puede ni debe llevar a los venezolanos a una guerra porque el Presidente Uribe lo haya relevado oficialmente de sus funciones de mediador del intercambio humanitario con las FARC.
Venezuela y Colombia tienen gobiernos distintos, diametralmente opuestos, porque los pueblos de ambas naciones los han electo mediante el voto, y entre ambas naciones han existido relaciones económicas de mutuo beneficio y de gran hermandad entre los habitantes de la frontera e incluso de toda la extensión de nuestros territorios. En muchos rubros, especialmente en alimentos, existe una economía complementaria que constituye un avance de integración regional. Incluso la existencia de las FARC, del ELN y de los paramilitares no ha sido obstáculo para que las buenas relaciones entre los gobiernos de cada día y de la población en general se preserven a lo largo de más de 40 años que Colombia se desangra en una guerra inútil y mortalmente destructiva como todas las guerras, agravada por el narcotráfico y la violación de los derechos humanos.
Tenemos que admitir como sociedad civilizada y democrática que los problemas de Colombia los resuelven los colombianos, como los nuestros le buscamos solución los venezolanos. Y aunque Colombia tiene derecho a la aliarse con los Estados Unidos para defenderse de la guerrilla y del narcotráfico, Venezuela tiene derecho a rechazar cualquier amenaza de intervención en nuestros asuntos por parte del ejército norteamericano. Y aunque es evidente que el discurso y el manejo de una chequera petrolera por parte del Presidente Chávez se han convertido en un instrumento de intervención indebida en algunos países de América Latina, su presencia en Miraflores sólo las podemos decidir los venezolanos, y por vía democrática, electoral y pacífica.
Los venezolanos, chavistas y no chavistas, debemos decirle no a la guerra, no a la intervención extranjera y pedirle al Presidente más diplomacia y menos discursos incendiarios. Democrática y civilizadamente vamos elecciones éste y el próximo año.

LA GENEERACIÓN DEL 2007-08

Juan Páez Ávila

La insurgencia del movimiento estudiantil universitario en el escenario político durante el año 2007 y su participación en las principales manifestaciones pacíficas en defensa de la libertad de expresión y de otros derechos ciudadanos en general, que culminara con el llamado a votar NO en el referendo del 2 de diciembre, con los resultados conocidos, no sólo produjo un cambio evidente en la correlación de fuerzas políticas en el país, sino que también marca el futuro de la democracia venezolana.
Y aunque sus dirigentes fundamentales han señalado con frecuencia que no serán objeto de manipulación por la vieja política que fracasó en el pasado y en el presente, por no haber resuelto los graves problemas del desempleo, de la inseguridad, de la vivienda y de la pobreza en general, tienen que consolidar ciertos valores éticos y morales que hoy ostentan como jóvenes soñadores, acertados en la escogencia de la no violencia como forma de lucha y armados de un gran coraje cívico que les ha permitido superar las primeras pruebas de la represión política.
Pero no es la represión policial o militar el único obstáculo que tendrán que enfrentar y vencer. En una sociedad muy corrompida en casi todos los aspectos de la vida política, social y económica, las tentaciones del dinero y del enriqueciendo fácil e ilegal los acecharán a lo largo de muchos años. Pero hay algo muy importante a tener en cuenta, y dos ejemplos pueden servir si no como guía absoluta, sí para la discusión. Simón Bolívar gastó parte de su fortuna en la política, y aunque algunos historiadores se lo atribuyen a su gran ambición de poder, lo cierto es que nadie ha podido condenarlo por haberse apropiado de bienes de la nación, como lo han hecho algunos bolivarianos, a lo largo de nuestra historia republicana, que han utilizado su nombre y su prestigio para encubrir sus falacias políticas. El otro, más polémico por lo reciente de su actuación que sin duda ha dejado cicatrices no totalmente curadas, es Rómulo Betancourt. No tuvo fortuna qué gastar, pero vivió como un luchador de todos los días por su vocación de servicio a la nación, un político honesto a quien han exaltado, después de una razonable rectificación, algunos historiadores que lo adversaron, y no sólo en la teoría sino también en el combate político.
La generación 2007 no puede ser soslayada con discursos displicentes y menos con pretensiones excluyentes, de quienes todavía no han admitido que fracasaron como máximos conductores de un país cada día más pobre, inseguro y éticamente corrompido por culpa de muchas de sus actuaciones u omisiones. La superación de esta crisis sólo podrá alcanzarse si los partidos políticos, en recuperación, comparten espacios con esta juventud emergente.

LA EXPULSIÓN DE VIVANCO

Juan Páez Ávila

Resulta insólito y antihistórico que en momentos en que por recomendación de la Unión Africana, Mugabe llama al diálogo y a formar gobierno a la oposición encabezada por Tsvangirai, para evitarle una guerra civil o una oleada de violencia a ese pobre país de Zimbaue, cuando por recomendación de UNASUR Evo Morales comienza a dialogar con los prefectos de la oposición para buscar una salida pacífica a esa otra pobre nación de Bolivia, el Comandante en Jefe, Hugo Chávez, ordena expulsar de nuestro territorio al Director de la Organización No Gubernamental para las Américas Human Rights Wach, José Miguel Vivanco, un político chileno de conocida trayectoria democrática que se ha dedicado a defender los Derechos Humanos, los mismos que establece la Constitución Bolivariana de Venezuela. Ante semejante despropósito uno tiene que concluir que el Presidente Chávez ha perdido la brújula y por lo tanto el rumbo que los nuevos tiempos de UNASUR y la Unión Africana le señalan a este tercer mundo en el cual estamos sumergidos, con la grave evidencia de dejar al descubierto su proyecto represivo de tendencia totalitaria.
La intolerancia del Comandante Chávez le ha dado la razón al contenido del Informe de Human Rights Wach, nada lo retrata con más exactitud de violador de los Derechos Humanos cuando no es capaz de ordenarle a uno de sus ministros que desmienta al señor Vivanco con sus argumentos de siempre, negando los señalamientos formulados en dicho Informe y por la libertad con que actúa en nuestro país del Director para las Américas de esa Organización No Gubernamental. La polémica no hubiera durado más de 2 días en los medios de comunicación y no se habría convertido en el escándalo internacional que ha provocado su expulsión.
Los vaivenes del Presidente, según las circunstancias políticas del momento, parecen indicar que el Comandante en Jefe considera que todavía tiene la chequera cargada de dólares, 5 Regiones Militares comandadas por sus respectivos Mayores Generales y las milicias bolivarianas prestas a su defensa personal, para desafiar a la conciencia democrática de los venezolanos, de América Latina y del mundo. Por ello podemos inferir que sólo un cambio en las circunstancias políticas de hoy, con una segunda derrota electoral el 23/N/08, lo lleve a pensar que UNASUR y la Unión Africana lo invitan si no es que lo obligan al diálogo civilizado.

LA ENTREVISTA CHÁVEZ-URIBE

Juan Páez Ávila


Una vez confirmada la entrevista entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez en las próximas semanas o meses, con la finalidad de mejorar las relaciones económicas y políticas entre ambos países, después de producido el llamamiento del Jefe del gobierno venezolano a las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) para que depongan las armas y se dispongan a participar en la lucha política por la vía democrática y electoral, se puede reafirmar la hipótesis de quienes planteamos la posibilidad de alcanzar un acuerdo pacífico y definitivo para superar el conflicto violento que todavía vive y sufre la sociedad colombiana, se puede convertir en un hecho de dimensiones internacionales a mediano plazo.
Las FARC se encuentran acosadas por un cerco militar adelantado por el Ejército de Colombia, a un extremo tal que las han desplazado de las zonas pobladas por campesinos y obligado a refugiarse en la selva y en algunos países fronterizos donde, hasta ahora, habían encontrado apoyo o por lo menos cierta tolerancia a cambio de no agredir a sus habitantes. Si a la invocación o convocatoria del Presidente Chávez se une la misma actitud del Presidente Correa del Ecuador, el asedio militar por parte de las Fuerzas Armadas colombianas adquiere una dimensión política subcontinental, que independientemente de los objetivos de los gobiernos de Venezuela y Ecuador, a la guerrilla se le hace casi imposible sobrevivir por mucho tiempo en las condiciones militares y políticas sobrevenidas.
La experiencia latinoamericana y particularmente la venezolana con el fracaso militar y el éxito elector de Chávez para conquistar el poder, es evidentemente el arma más convincente que tanto el presidente venezolano como el ecuatoriano, tienen en sus manos para persuadir a algunos jefes de las FARC, porque es posible que no todos se acojan en una primera instancia a la política de paz, para que cambien la forma de lucha sin renunciar a su estrategia de hacerse con el poder en Colombia.
Imposibilitados de salir de la selva hacia zonas pobladas por campesinos y menos hacia las ciudades, los guerrilleros tienen hoy la alternativa de negociar la paz o morir como el Ché Guevara, el más emblemático de los líderes de la guerra de guerrillas, solitarios y aislados. Los que persistan en una guerra inútil, sin posibilidades de victoria, sólo les queda la alternativa del narcotráfico, como forma de vida.
La entrevista de los presidentes Chávez y Uribe no podrá obviar el intercambio de opiniones acerca de las posibilidades de entrar en una etapa de negociación entre las FARC, el ELN y el gobierno colombiano, tomando en cuenta los llamamientos del presidente venezolano y del ecuatoriano Rafael Correa a la guerrilla de Colombia para que deponga las armas y sus dirigentes busquen vías pacíficas y democráticas de participación en la política de su país.
Una negociación política propiciada por los jefes de los gobiernos de Venezuela y Ecuador, que conduzca a la paz en Colombia, dejaría sin efecto el archivo que elaboraba y conservaba para la historia, el Segundo Comandante de la FARC, Raúl Reyes, abatido por el ejército colombiano en territorio ecuatoriano, cuyo contenido conoce parcial o totalmente el mundo político. La crisis que atraviesan las FARC, prácticamente desarticulada por la acción de ejército de Colombia, y la situación difícil que viven en sus respectivos países y sobre todo en el área internacional, los presidentes Chávez y Correa, al ser abiertamente descubierta su complicidad con la guerrilla, los obliga a abandonar el apoyo a la violencia como forma de lucha para buscar el poder. No parece exagerado inferir que para evitar una derrota mortal para los jefes de la FARC y un juicio en tribunales internacionales a sus aliados, éstos pueden coincidir con el Presidente Uribe, en que la paz en la región es fundamental para los colombianos, Latinoamérica y el mundo democrático.

LA DISIDENCIA

Juan Páez Ávila

La decisión del Presidente de la República de solicitarle a la Asamblea Nacional la aprobación de una Reforma Constitucional, que adecue la actual a sus intereses personales de perpetuarse en el poder por tiempo indefinido, si bien ha sido obedecida por la mayoría de los integrantes del Poder Legislativo y apoyada por otros Poderes Públicos bajo su control, ha generado una nueva disidencia interna en el llamado chavismo que lo puede conducir a la derrota.
El grupo PODEMOS registra hoy, según algunas encuestas conocidas, un 12% de apoyo popular, y si a ello se agrega el terremoto político que ha causado en las filas del chavismo el pronunciamiento del ex -Ministro de la Defensa, General Raúl Isaías Baduel en contra de esa reforma y llamando a votar NO en el Referendo Consultivo el 2 de diciembre, más los efectos que pudo haber causado la rebelión civil de la ex -Primera Dama de la República, Marisabel Rodríguez, y otras disidencias que revelan la crisis en el conglomerado chavista, el Comandante en Jefe puede enfrentar en los próximos días la profundización de un grave conflicto nacional.
En un momento político en el que el país presencia numerosas protestas de diferentes sectores sociales que manifiestan estar con el Presidente, pero denuncian ineficiencia y corrupción en los funcionarios nombrados el propio Primer Magistrado, y piden solución a múltiples promesas incumplidas en medio de trancas de vías públicas, no es exagerado concluir que el peor error político que ha cometido el Comandante en Jefe en lo que lleva al frente del gobierno, puede ser éste de intentar la confección de un traje constitucional a la medida de sus ambiciones de caudillo por la voluntad del “pueblo bolivariano y socialista”.
Y por si todo este difícil panorama político no fuera suficiente para formarse la hipótesis de que Chávez empuja al país hacia una peligrosa crisis política, de la cual aspira salir victorioso para consolidar su proyecto de socialismo del siglo XXI, sus más cercanos asesores ideológicos lo alertan sobre un resbaladizo futuro y le recomiendan negociar.
Un Jefe de Estado que cada día va quedando más solitario, perdidos algunos operadores políticos que contribuyeron a llevarlo al poder, y apartados otros por considerarlos innecesarios y posiblemente algún estorbo, depende hoy de su propia capacidad política no sólo para preservar el poder, sino también para imponer un régimen autoritario a una sociedad democrática, apegada a la Constitución Nacional aprobada por el mismo y que ordena su defensa en caso de violación a sus postulados fundamentales. Su confrontación con la nueva y la vieja disidencia puede que no sea la última que tenga que enfrentar, pero todo indica que no le será fácil superarla.

LA DICTADURA PERFECTA

Juan Páez Ávila

En el hemisferio occidental se consolida, aunque con algunos serios tropiezos que han dejado una lamentable estela de violación de los derechos humanos, el sistema democrático que desde la revolución francesa con la conquista de la libertad, justicia e igualdad, el hombre -y la mujer desde luego en esta época- se han empeñado en establecer como forma civilizada de convivencia en la sociedad. Después de la derrota del nazismo y del fascismo en Alemania e Italia y el derrumbe de la Unión Soviética, para mencionar los ejemplos de mayor repercusión mundial, la humanidad se inclina a buscar solución a sus problemas económicos y sociales en un régimen en el que la pluralidad y el respecto entre los adversarios, permita dilucidar sus diferencias en libertad.
En nuestro subcontinente latinoamericano, lo que el escritor Mario Vargas Llosa llamó la dictadura perfecta para referirse a la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México, mediante el control de los Poderes Públicos y de la sociedad en general por parte del Poder Ejecutivo, no sólo se desplomó en la nación mexicana, sino que con los recientes resultados electorales escrutados en Paraguay, también han finalizado más de 60 años de hegemonía de la Partido Colorado, con lo que queda demostrado que toda dictadura es imperfecta por lo derrotable a corto o largo plazo. Tanto la dictadura sostenida mediante la represión brutal contra quienes piensan distinto, como aquella que pretende lavarse el rostro oscuro de la violencia, exhibiendo una fachada democrática por su origen electoral, pero controlando todos los poderes y la sociedad en general sin contrapesos legales, han sido derrotadas por la voluntad libertaria del ser humano.
De allí lo que comienza a observarse y a conocerse en Cuba como un giro lento pero irreversible hacia una apertura a la convivencia en un régimen de mayores libertades económicas, con la evidente inclinación a abrir otros caminos hacia la libertad política, en la que ya comienza a oírse y a leerse la palabra de Fidel Castro como parte de una voz importante, pero no de un mandato. Y en nuestro país, si triunfa la oposición, como lo indican las encuestas, debemos prepararnos para la reconciliación de todos los venezolanos y una convivencia pacífica, civilizada, con el chavismo.