martes, 19 de octubre de 2010

!POR QUÉ VOTAR!

Juan Páez Ávila

15-09-2010



La sociedad democrática venezolana tiene del 26 de septiembre presente año la extraordinaria oportunidad de propinarle una segunda derrota al autoritarismo del Comandante Chávez y a un buen número de sus candidatos a diputados, ineptos y corruptos que han actuado con un servil incondicionalismo a las políticas centralistas y militaristas del jefe único del fracasado socialismo del siglo XXI, con lo cual se puede y se debe cambiar la correlación de las fuerzas que se disputan y disputarán en el futuro inmediato de la conducción y el destino de la nación.


El triunfo de la oposición en los estados y alcaldías más populosos y de mayor peso político en el país, ha creado un poder compensatorio, independiente y capaz de contener los desmanes políticos y económicos que viene cometiendo el Comandante en Jefe y que pretende seguir ejecutando con la anuencia de unos Poderes Públicos controlados desde Miraflores. Si en la mayoría de las principales ciudades del país el pueblo elige diputados autónomos, que apoyen y contribuyan a la movilización y protesta de la sociedad democrática contra las leyes inconstitucionales que Chávez hizo aprobar por la Asamblea Nacional, pueden impedir su aplicación e incluso someterlas a referendo aprobatorio.


Sin los espejismos del “Chávez vete ya” que puede abrir caminos a un “Pinochetazo”, la sociedad democrática tiene que actuar con la clara conciencia de que Chávez es derrotable por la vía electoral y que el posible intento desconocer la victoria de la oposición, le puede costar más caro que prepararse para finalizar su mandato en 2012.


La disidencia en importantes sectores que han venido apoyando las políticas del Comandante, no sólo son evidentes, sino que pueden adquirir una dinámica que los impulse hasta el rompimiento, si tomamos en cuenta la prepotencia, la soberbia, con que actúan los incondicionales y oportunistas que rodean al Jefe del Estado. Incluso es factible que en su delirio de predestinado pueda llegar a considerar que la compañía y solidaridad que le han prestado sus candidatos, que no tienen votos, llegó a su fin y decida marchar solo, con las multitudes que lo proclamen y no le discutan.


Si la oposición y la disidencia derrotaron las aspiraciones de Chávez de perpetuarse en el poder, en el referendo del 2 de diciembre de 2007, hoy con una oposición unida, con más experiencia política y una nueva disidencia, encabezada por el Gobernador de Lara, Henri Falcón y el PPT, hay que votar: para crear un contrapeso político en la Asamblea Nacional que fortalezca la democracia social y enfrente el totalitarismo, defender la propiedad privada; restablecer la seguridad jurídica y la seguridad de las personas y de sus bienes. En síntesis, votar es un ejercicio democrático que ha servido en el mundo civilizado para consolidar sociedades plurales, respetuosas de los derechos humanos y ciudadanos en general, y en algunos casos, como el nuestro, evitar la prolongación de una pesadilla provocada por el predominio de algunos dinosaurios en los Poderes Públicos, y en el caso que no ocupa en la Asamblea Nacional.

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LA AUTOCRÍTICA DE FIDEL

Juan Páez Ávila

21-09-2010



Aunque el Comandante Fidel Castro trató de desmentir al periodista de USA que lo entre4vistó recientemente y quien se hizo acompañar de una testigo, ha quedado absolutamente claro que el todavía jefe máximo del comunismo cubano, pensó, en ese momento, solo en su país, que busca diversos mecanismos de una apertura hacia una economía mixta que atraiga la inversión extranjera, que le permita a su país salir de la postración económica y la miseria de millones de cubanos que viven en su territorio.


Para sorpresa del mundo democrático y particularmente para sus seguidores incondicionales y recalcitrantes, que todavía lo consideran el revolucionario más importante del mundo comunista, que ha sobrevivido a la hecatombe de la Unión Soviética y al giro hacia el capitalismo de China, Fidel Castro ha hecho una autocrítica pública en declaraciones a un periodista norteamericano, al reconocer que el régimen socialista que le impuso por 50 años al pueblo cubano, no sólo no es exportable, sino que tampoco le ha servido a su país, tras la búsqueda de un hombre nuevo.


Y aunque la mayoría de los analistas y dirigentes políticos expresan dudas acerca de la sinceridad del viejo caudillo caribeño, los tímidos pasos que ha venido dando su hermano Raúl, como heredero de su gobierno, parecen indicar que estamos en presencia de un cambio significativo pero gradual, que ambos, bajo su máxima dirección o tutela, conducirán hacia una economía mixta, en la que no se puede calcular el tiempo de transición hacia un mercado abierto al mundo capitalista globalizado, porque preservan con mucho rigor, sin aflojar, todavía, las riendas de la política hacia una mayor libertad y respeto a los derechos humanos.


A los pocos días de sus sorpresivas declaraciones autocríticas, sólo pueden formularse hipótesis hacia donde enrumbarán a Cuba, presionados por la comunidad democrática internacional que exige mayores avances hacia la democracia. Estamos muy distantes de las denuncias que hizo Nikita Kruschov en XX Congreso del Partido Comunista de la URSS, de los crímenes y otras barbaridades que se cometieron durante el gobierno de Stalin. La evolución en Cuba hacia la democracia puede ser inédita, lenta como la China comunista, sin descartar la pérdida del control político como le sucedió a un estadista de la excepcional inteligencia de Mijail Gorvachov.


Lo que sí puede afirmarse sin temor a exageraciones subjetivas, es que Raúl Castro, a quien se le atribuyen simpatías por el rumbo que ha tomado China, recibió un espaldarazo de su hermano mayor y mentor político, que le puede permitir acelerar las reformas, porque ambos han reconocido el fracaso del socialismo autoritario, del comunismo que importaron de la Unión Soviética.


De ser así, el Comandante Presidente, Hugo Chávez, tendrá que ponerle sordina y freno a su , delirio del socialismo del siglo XXI, después de 11 años de gobierno, durante los cuales ha destruido el aparato productivo del país, limitado las libertades públicas, sin poder crear alguna institución importante que justifique históricamente su administración pública, muy lejos del hombre nuevo que ha ofrecido generar en nuestro país.


Identificado el socialismo del siglo XXI, por Fidel Castro, como el comunismo que él le impuso a los cubanos, Hugo Chávez no puede continuar engañando a los venezolanos que creyeron en su prédica y que hoy son víctimas de la inflación, el hampa desbordada, el desempleo, la recesión económica, el militarismo y el personalismo centralizador que ha destruido todas las empresas privadas que ha estatizado, cuando los cubanos dirigidos por Raúl Castro trata que crear en su país, para superar el desastre económico, social y político que atraviesa.

ELECCIONES EN LARA

Juan Páez Ávila

En momentos en que el país y en particular el gobierno atraviesan una profunda crisis económica y social, que anticipan una peligrosa crisis política, si no hay acuerdo entre los factores determinantes de la sociedad venezolana que emerjan de los próximos comicios, estas elecciones del 26 de septiembre se constituyen en un punto de inflexión que marcará el rumbo, hacia una Asamblea Nacional equilibrada y conciliadora o hacia otro elemento de crispación.
Después de ganar todas las elecciones, con más del 60% de los votos, que se han realizado en el estado Lara desde 1998, Hugo Chávez tendrá que medir su liderazgo personal con Henri Falcón, el gobernador más votado en los últimos comicios regionales, superando en porcentaje al Comandante Presidente, hoy en franca oposición aunque con candidatos promovidos por el PPT tan desconocidos como los del PSUV, por lo que todos dependen, con algunas excepciones, de los votos que les puedan endosar Chávez o Falcón. Esta circunstancia , unida a la división de lo que fuera la primera fuerza electoral en el Estado, puede favorecer a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que presenta candidatos más vinculados a la sociedad larense y representativos de importantes sectores políticos y sindicales (Alfredo Ramos y Edgar Zambrano) empresariales y agroindustriales (Eduardo Gómez Sigala y Julio Anzola) político y educativo (Pedro Pablo Alcántara) popular y de la comunicación social (Víctor Torrealba) y gremiales (José Ignacio Guédez y Leopoldo Navas) impulsados por el milagro de la unidad perfecta de todos los partidos políticos e independientes que propician un cambio democrático.
Desde una perspectiva nacional, aunque se trata de unas elecciones regionales, en las que ni Hugo Chávez ni Henri Falcón son candidatos, analistas y dirigentes políticos observan con relevancia el enfrentamiento entre el Presidente de la República y el Gobernador del Estado, porque el resultado en las urnas de ambos gobernantes, puede determinar un golpe políticamente mortal para el Proyecto chavista o la preservación del liderazgo del Comandante en Jefe, que no admite disidencia victoriosa.
Sin embargo, la Mesa de la Unidad (MUD) además de sentirse favorecida por los división de la otrora fuerza demoledora del chavismo, avanza hacia las elecciones del 26 de septiembre fortaleciendo sus vínculos con todos los sectores sociales y afirmando la emergencia de nuevos liderazgos democráticos, que pueden darle una victoria importante a varios de sus candidatos y ponerle una fuerte barrera al proyecto Castro-chavista del Partido único, al centralismo personalista, al militarismo y a la política de liquidación del aparato productivo del país con su secuela de desempleo, inseguridad y miseria humana.
Para crear condiciones políticas, sociales y económicas y apuntalar el país hacia una sociedad de convivencia y progreso, habrá que atender los llamados del Iglesia, de los empresarios, de los trabajadores que todavía militan en sindicatos y de los partidos políticos de la Alternativa Democrática y los sectores independientes que integrados en la Mesa de la Unidad, a la reconciliación nacional, al respeto a la Constitución Bolivariana de Venezuela hoy puesta de lado por el Comandante Presidente, en síntesis, a un cambio en la manera de conducir el país como si fuera un cuartel, para darle paso al debate civilizado, a la erradicación de la violencia verbal, policial y militar y a la reconquista del poder civil.
Para crear condiciones políticas, sociales y económicas y apuntalar el país hacia una sociedad de convivencia y progreso, habrá que atender los llamados del Iglesia, de los empresarios, de los trabajadores que todavía militan en sindicatos y de los partidos políticos de la Alternativa Democrática y los sectores independientes que integrados en la Mesa de la Unidad, a la reconciliación nacional, al respeto a la Constitución Bolivariana de Venezuela hoy puesta de lado por el Comandante Presidente, en síntesis, a un cambio en la manera de conducir el país como si fuera un cuartel, para darle paso al debate civilizado, a la erradicación de la violencia verbal, policial y militar y a la reconquista del poder civil.
Los resultados de las elecciones en el Estado Lara pueden dar la pauta para el camino a seguir. Derrotado el chavismo y el liderazgo de Hugo Chávez por la Mesa de la Unidad Democrática y el liderazgo del gobernador Henri Falcón, la mesa puede quedar servida para una más profunda reflexión y un entendimiento civilizado, que para bien de todos comience a buscar políticas para ponerle coto a la violencia homicida y cuidado si suicida
La Entrevista
Jueves 13 de Noviembre de 2003 | 18
TalCual
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"Falta un periodismo que reconcilie"
Ex director de la escuela de comunicación social de la UCV, Juan Páez Avila, quien se dispone a presentar su obra Alí el viajero enlutado, cree que en este momento no hay cabida para la imparcialidad en el reporterismo venezolano
Pedro Pablo Peñaloza
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–¿Cómo evalúa al periodismo venezolano de estos tiempos?
–Tengo la convicción de que en estos momentos estamos viviendo una de las mejores etapas del ejercicio del periodismo venezolano.

Se ha elevado la conciencia del profesional del periodismo e, incluso, del editor. Al periodista se le ha obligado a asumir posiciones y opinar, y creo que eso lo ha convertido en un profesional mucho más destacado y respetable.

–No comparte la crítica sobre la falta de ética de los medios de comunicación.

–No estoy de acuerdo con eso.Todo lo contrario, el periodista es un ser que juega un papel en la sociedad y está obligado a asumir una actitud según sus ideas y pensamientos. No tiene porqué ser un eunuco. En estos momentos no se puede exigir imparcialidad. El país está absolutamente dividido, lo que obliga al periodista a estar a favor o en contra del Gobierno, no tiene alternativa.

–¿Pero es imposible declararse neutral?
–La gente no cree que en estos momentos se pueda ser neutral.

Creo que sí se puede ser objetivo parcialmente, porque la objetividad total no existe como tal; sin embargo, cuando hay una convicción democrática esto crea otras dificultades: Por ejemplo, si no asumes los extremos y te colocas en el centro, también adoptas una posición, que es igualmente válida. El país necesita en estos momentos un periodismo que llame a la reconciliación. La etapa de conflicto llegó al límite tolerable en democracia, no podemos dejar que pase a la violencia.

–¿Esa toma de posición no puede desviarse del periodismo y terminar siendo pura y simple actividad política?
–Bueno, pero en estos momentos está como obligado a eso, porque su profesión lo vincula con la sociedad y ésta espera de él una orientación, que tiene que darse. Algunas veces no es necesario opinar, sino presentar la realidad del país para que el receptor del mensaje capte lo que está pasando. En estos momentos, el periodista no puede ser aséptico, es muy difícil serlo.

–¿Dónde se consigue paz para escribir en esta Venezuela convulsionada?
–Es muy complejo.Hay que escribir en medio del conflicto. Sólo cuando las instituciones se consoliden y se fortalezca el estado de derecho, se puede hablar de paz para escribir. Ahora estamos obligados a adoptar una postura militante.

–¿Teme el advenimiento de un régimen de facto?
–No hay condiciones en el mundo para un régimen dictatorial.

Tiene que enfrentar, no sólo a los venezolanos, sino a la comunidad mundial. Igualmente, la Fuerza Armada debe respetar al Comandante en Jefe, Chávez no puede salir si no es por la vía electoral.En eso, la historia reconocerá a la institución armada, que no tiene porqué insurgir contra el Presidente.

–¿Qué recuerda de su pasantía por el Parlamento?
–Cuando estaba en el Senado se produjeron varios debates sobre la necesidad de reformar las instituciones venezolanas. Incluso, Rafael Caldera introdujo una reforma constitucional; pero, la cúpula mayoritaria de Acción Democrática la creyó innecesaria y, en cierto modo, la escamoteó y se crearon las condiciones para que llegara un hombre como Chávez. Eso no avanzó porque creían que todo estaba muy bien.

–¿Excesivamente normal?
–Algo similar pasa hoy. Los chavistas creen que todo está muy bien, que hay una revolución, que todo marcha correctamente, que vienen progresos; aunque la realidad indica que no es así, están obnubilados, atados a algo que no quieren perder, pero lo van a perder porque no han sabido darle al país el giro que necesitaba, como ocurrió en los últimos años de la era democrática.

–¿Si lo invitan a la Asamblea y le ofrecen una curul contigua a la de la diputada Iris Varela, la aceptaría?
–Ja, ja, ja. No, ya no iría al Parlamento. Estoy dedicado a la literatura, creo que mi generación puede aportar a través de su producción intelectual. Ahora, estoy empeñado en desarrollar una obra literaria y el próximo domingo 23 de noviembre, en la Galera Di Maca de Los Palos Grandes, presentaré mi libro Alí el viajero enlutado.

–¿Qué tiene Carora que ha producido escritores, músicos y pensadores de talla mundial?
–Intentaré una hipótesis.Carora se convirtió en una isla cultural en el siglo pasado, estableciendo contacto con Europa más fácilmente que con Caracas. Muchos caroreños de esa época viajaron a Francia y el gran personaje central que orientó a todos los jóvenes de ese tiempo fue Chío Zubillaga, quien vivió en París y conoció a Ortega y Gasset, a Unamuno, entre otros. Otro fenómeno fue que los muchachos buscaban un camino para igualarse al poder económico que predominó en Carora durante mucho tiempo. Para poder llegar a los niveles de la godarria caroreña había que hacer bastante dinero o desarrollar una capacidad intelectual, algo que ellos respetaban y admiraban.

–Zubillaga fue el ejemplo a seguir.

–Fue un maestro extraordinario, orientó a todo el mundo.

Aprendí a ser profesor universitario luego de que investigué y escribí la biografía de él. Estimulaba a los jóvenes que querían estudiar.Fue un personaje excepcional. Su casa era una biblioteca abierta.

–¿La historia sería distinta si el bueno de Chío hubiera nacido en Sabaneta de Barinas?
–Ja, ja, ja. Esas conjeturas son muy difíciles de manejar, pero creo que Chávez se equivocó de época y de plan.Pero no sólo Chávez, pues nos equivocamos muchos. Se equivoca doblemente él porque, aunque triunfa electoralmente, lo hace cuando ya no existe la Unión Soviética, que hubiese respaldado a cualquier gobierno revolucionario en Venezuela. No era suficiente que hubiese sido discípulo de Chío Zubillaga, creo que tiene que ver con una comprensión distinta del mundo de hoy.Venezuela no saldrá de esta crisis mientras no haya una concepción distinta, incluso, a la que nosotros quisimos aplicar en los 60.

–¿Qué hubiera hecho con los 100 mil dólares del Premio Rómulo Gallegos?
–No lo había pensado. Los hubiera invertido en una fundación que creé, llamada La otra banda, no sólo para editar libros sino para realizar actividades culturales. En estos momentos, por ejemplo, la fundación está rescatando la casa donde nació Alí Lameda en San Francisco, un pequeño pueblo de Carora.

–¿Por qué lo llaman Toronto? ¿Alguna afinidad con Luis Herrera?
–Ja, ja, ja. Debe ser por la cabeza caroreña. No hay afinidad con Luis Herrera, aunque le dio un respaldo extraordinario a la cultura. Allí está el Teresa Carreño. Me consta que contrató a Alirio Díaz para que tocara en Venezuela seis meses del año de forma gratuita para todos los venezolanos en distintas partes del país.

ENCUESTAS HOY

Juan Páez Ávila
Y aunque por acontecimientos extraordinarios en el mundo de la política, la opinión de los electores puede variar días antes y hasta en el momento de votar, la crisis económica y social que atraviesa el país, como consecuencia de políticas equivocadas aprobadas y puestas en ejecución por el gobierno, ha desengañado a millones de venezolanos, que en principio apoyaron a Hugo Chávez, y ya no creen en sus nuevas promesas, ni que decidiera cambiar esas políticas, como para que reconsideren su decisión de sufragar por la oposición. Incluso la defensa del voto, garantía ineludible para coronar la victoria, ha pasado a formar parte de la conciencia del ciudadano, dispuesto a vivir en libertad y no en la cárcel y en la miseria del comunismo cubano, hacia donde se orienta la política del Comandante Presidente.
A pocos días para celebrarse las elecciones para elegir diputados a la Asamblea Nacional, la mayoría de las encuestas señalan un posible triunfo de la oposición, aunque algunos establecen reservas en cuanto a la posibilidad de que esa victoria se refleje en el número de candidatos, debido a la reforma que hizo la mayoría del CNE para favorecer al gobierno, y porque los resultados de una encuesta nacional no reflejan la realidad de los circuitos. Admitiendo esto como válido técnicamente, lo que parece inevitable numéricamente es la derrota del oficialismo en todo el país, lo cual sería políticamente mortal para las aspiraciones de reelección de Hugo Chávez.
Todo indica que estamos frente a un cambio importante del pensamiento y voluntad del electorado ante los resultados de la administración pública de Hugo Chávez y de su equipo, señalado como el más corrupto e incapaz, salvo excepciones, que se conozca en la historia desde siglo XX venezolano, al establecer la más elemental comparación con las obras públicas realizadas y con la cantidad de millones de dólares que han ingresado al Tesoro Nacional por la renta petrolera.
Pero regresando a las opiniones acerca de los resultados de las encuestas que se refieren a la condición nacional de cada una de las realizadas, esa apreciación no favorece a los candidatos del gobierno, porque en los circuitos en su mayoría son desconocidos y hasta extraños a la región, en los que los candidatos de la Mesa de la Unidad, si tienen un mínimo de vínculo con los electores, también pueden obtener una importante victoria.
En síntesis, si bien estamos frente a una elección regional por lista y por circuitos, la influencia de la intervención del Presidente Chávez puede repercutir a favor de sus candidatos por lista, pero en los estados más importantes tendrá que medirse con la obra de los gobernadores y alcaldes de la oposición, incluso con el papel relevante, a pesar del cerco gubernamental, del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, y en particular con el gobernador de Lara, Henri Falcón, en uno de los estados donde antes de su disidencia imperaba Chávez y el chavismo.
De allí que el propio chavismo en lo interno admite la pérdida de los estados: Táchira, Miranda, Zulia, Nueva Esparta, Nueva Esparta, Distrito Capital, Carabobo, Mérida, Lara y Anzoátegui, que representa el 61% del electorado nacional, que se puede preservar hasta el 2012. Y si bien no es recomendable cantar victoria antes del 27 de este mes, lo cierto es que la oposición al gobierno de Hugo Chávez se encuentra unida, como en ningún otro momento de las múltiples veces en las que participó en elecciones, durante este ya moribundo período chavista, y mejor preparada para derrotar el ventajismo y el abuso gubernamental, y el miedo que trata de meterle a la población con sus amenazas y bravatas el Comandante Presidente, como último recurso para que la mayoría no vaya a votar.
La incapacidad de Chávez y su equipo gobernante para administrar la hacienda pública, la corrupción generalizada y especialmente montada en el saqueo de PDVSA, la inseguridad que azota a todos los venezolanos por el reinado del hampa, el militarismo y el personalismo como política centralista del Presidente, el desempleo y alto costo de la vida, la ruina de los hospitales y los salarios de hambre de médicos, maestros y profesores, y de los sectores populares y de la clase media en general, son indicadores de que el país requiere de una nueva Asamblea Nacional en 2010 y un nuevo Jefe de Estado en 2012.
El mandato constitucional de Hugo Chávez está llegando a su final por decisión de la mayoría de los venezolanos consultada en las encuestas. Más del 60% de los consultados quiere una Asamblea Nacional plural y autónoma, y más del 80% dice que no debe aspirar a otra reelección, que debe llegar hasta 2012.

TRIUNFO DEMOCRÁTICO

Juan Páez Ávila

Al convertir Hugo Chávez en plebiscito a su favor o en contra, las elecciones parlamentarias, el verdadero derrotado porque era el único protagonista, fue el hiperlíder del socialismo del siglo XXI, a quien le falló la condición de portaviones de otros tiempos. Para asombro del mundo democrático la única fotografía que llenó avenidas, calles y edificios a lo largo de todo el país fue la del Comandante en Jefe, a quien seguían en un plano secundario los candidatos a diputados del partido de gobierno.
Los resultados electorales, leídos con objetividad, constituyen un triunfo de la democracia, porque fue electa una Asamblea Nacional plural, con una mayoría relativa del PSUV electa con menos votos que la oposición, y sin las dos terceras partes del total de los diputados, lo cual la obligará a negociar para aprobar leyes orgánicas y elegir el Poder Judicial, al Contralor General de la República, al Defensor del Pueblo, al Fiscal General de la República y al Consejo Nacional Electoral. Si Chávez reconoce su deterioro, podría iniciarse una etapa de reconciliación nacional, que erradique paulatinamente los odios y la violencia verbal y de los grupos para policiales y paramilitares que cometen todo tipo de violaciones a los Derechos Humanos y a la Constitución Bolivariana de Venezuela.
El 52 % de los votos obtenidos por la oposición son un indicador de que Hugo Chávez ha perdido el respaldo mayoritario que había recibido en varias de las elecciones realizadas en las últimas dos décadas, lo cual debería obligarlo a revisar sus políticas económicas y sociales que han convertido a Venezuela en el país con mayor inflación y menor crecimiento, que se expresa en el más alto costo de la vida de América Latina y en la ruina del aparato productivo, con su secuela de desempleo o empleo disfrazado de buhonería, que significa mayor pobreza.
En materia política y social el Comandante Presidente debería reflexionar con relación a la violencia que desatan grupos armados que portan millones de armas de fuego y asesinan impunemente a centenares o miles de venezolanos mensual o anualmente, que han convertido a Caracas en una de las ciudades más violentas y peligrosas del mundo. De no hacerlo, continuará empujando el país hacia un precipicio de dimensiones colosales y por lo tanto de consecuencias desastrosas. Para corregirlo, varios especialistas han presentados planes de desarme, prevención y represión contra esos grupos armados.
Todo indica que el Presidente debería entenderse con la empresa privada para impulsar el desarrollo del país y darle trabajo fijo, con sueldos y salarios de quince y último, más prestaciones sociales, a millones de venezolanos. Si no hay entendimiento sin exclusión, las políticas del socialismo del siglo XXI llevarán el país al colapso, parecido al que sucumbieron los países comunistas durante décadas de gobierno durante el siglo XX. Afortunadamente los venezolanos han expresado con firmeza que rechazan y rechazarán el socialismo cubano, uno de los dos sobrevivientes de la catástrofe de la Unión Soviética y los regímenes totalitarios que logró imponer en Europa del Este, y reclamará y cobrará con votos en el 2012.
Sin embargo entramos en una nueva etapa de la vida política de la nación. Hugo Chávez tratará de dividir a la oposición, y ésta deberá trazar y ejecutar una política de consolidación y ampliación de la unidad. En cuanto a lo primero resulta imprescindible pasar la página victoriosa de las elecciones parlamentarias y cumplir a cabalidad con la agenda de las 100 Propuestas para legislar. Y en cuanto a lo segundo deberá tender puentes hacia los sectores independientes que no participaron en los comicios pasados, dando demostraciones de que realmente el país cambió y existe una alternativa democrática para cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional vigente, que garantiza derechos sociales e individuales que hará respetar; y algo muy especial por las dificultades que pueden ofrecer o presentar años de confrontación con el PPT. La alianza parlamentaria es fundamental para evitar desmanes del oficialismo y obligarlo a la negociación política y la reconciliación civilizada de los venezolanos. Y en los estados Amazonas y Lara deben romperse los diques del reconcomio, de los pleitos por intereses partidistas o personales, y dar comienzo a una alianza por la defensa de la descentralización, de un mejor, justo y legal situado constitucional, y por todo lo que constituya la defensa del Estado y sus habitantes, tal como lo han señalado los gobernadores Pablo Pérez, del Zulia, y César Pérez Vivas, del Táchira, tomando en cuenta las características y especificidades propias de cada región.

VARGAS LLOSA: LITERATURA Y POLÍTICA

Juan Páez Ávila

Desde que se publicaron los primeros textos literarios y a través de todo el tiempo transcurrido hasta nuestros días, la literatura y la política han desarrollado vasos comunicantes, algunas veces directos, aunque la mayor parte han estado relacionados de una manera sugerida. Incluso algunos regímenes han tratado de utilizar la literatura como instrumento para fines ideológicos, frente a lo cual se han rebelado los más auténticos y trascendentes creadores del arte literario, sin dejar de escribir sobre política, pero colocando cada actividad en el lugar que le corresponde.
El Premio Nobel de Literatura 2010 otorgado a Mario Vargas Llosa ha llenado regocijo no sólo al autor de La Ciudad y los Perros, La Casa Verde, La Guerra del Fin del Mundo y La Fiesta del Chivo, entre decenas de novelas, cuentos, ensayos, obras de teatro y una excepcional labor periodística, sino también a sus lectores en el mundo de la literatura y en particular a los amantes y luchadores por la libertad y la democracia.
El autor lo merecía y seguramente lo esperaba desde hace algunos años, por la titánica y sólida labor literaria traducida a diferentes idiomas, reconocida por críticos y disfrutada por millones de lectores en el mundo. Exitoso en su país desde sus primeras publicaciones, fue proyectado a Latinoamérica y al universo de las letras al ganar el Premio de Novela Rómulo Gallegos en 1967 cuando apenas frisaba los 30 años de edad. Defensor de la Revolución Cubana y de todos los movimientos políticos que anunciaban un cambio social y un progreso económico para bien de los pueblos subdesarrollados, rompió con Fidel Castro cuando trató de imponer el realismo socialista, detuvieron al poeta Padilla y lo obligaron a confesar en público que su obra merecía la censura de la revolución porque no defendía al régimen existente. Desde esos tiempos Vargas Llosa se convirtió en un crítico de todas las dictaduras políticas, de izquierda o de derecha, que en nombre del futuro de los oprimidos cercenan las libertades públicas.
Pero ha sido su obra literaria la que lo ha revestido de prestigio y de gloria en diversas latitudes hasta donde han llegado sus magistrales novelas y ensayos. Declarado en diversas ocasiones partidario del realismo literario, ha creado una nueva realidad que si bien refleja algunos aspectos del mundo real objeto de su observación directa o documentada, le ha permitido ganarse el respeto y la admiración de quienes privilegian la estética, la recreación de la realidad del entorno humano y la invención de una obra de ficción extraordinaria.
Según su propia visión de la literatura, su obra es una gran mentira que transmite los efectos de las más grandes verdades de la sociedad contemporánea, el rostro oculto de la realidad que percibimos, que sólo la novela puede decir y transferir a los lectores, y el novelista puede auscultar con su imaginación. Otras verdades y en algunas oportunidades las mismas que encierran sus ficciones y mentiras literarias, las ha expresado directamente a través de su labor periodística, con tanta vehemencia y pasión como la que transmiten sus grandes obras narrativas. Su labor literaria está perfectamente delimitada de la periodística, las une su prosa magistral, el estilo directo y sus geniales sugerencias.
Finalmente, el Premio Nobel consagra a un escritor ya consagrado. La obra de Vargas Llosa, antes del Nobel, ya formaba parte de la literatura universal, ubicada en un contexto global había trascendido fronteras, convertida en una verdadera escuela para sus lectores y seguidores. Después del más resonante Premio, miles o millones han comenzado a releerlo, otro tanto, más difícil de cuantificar, tendrán la oportunidad de descubrir a uno de los más grandes escritores de nuestro tiempo.