miércoles, 25 de febrero de 2009

DORI PARRA DE ORELLANA

Juan Páez Ávila

Con la muerte de Dori Parra de Orellana hay que despedir a uno de los grandes valores de la democracia venezolana, quien desde muy joven levantó banderas de lucha por la igualdad de los derechos ciudadanos del hombre y la mujer, y fue ejemplo de dignidad humana, de coraje cívico y de inquebrantable vocación de servicio público a favor de los sectores populares.
En el combate por la igualdad de los derechos de la mujer no sólo enarboló banderas teóricas, muy legítimas e imprescindibles, sino que fue paradigma en la participación política por la conquista de esos derechos. Con su ejemplo, colocada a la vanguardia de la mujer larense, proyectó su imagen a todo el país, que le mereció el reconocimiento de la Mujer de Venezuela en el momento más resaltante de su carrera política. Cuando eran muy pocas las mujeres que se atrevían, porque en cierto modo era una atrevimiento, un desafío a los prejuicios y una tradición machista en la conducción de la política a escala nacional, Dori Parra dio un paso al frente. Se hizo respetar como mujer sin dejar de amar la vida y a su pareja, a su marido, el Dr. Fortunato Orellana, para la época en yo la conocí. Se hizo respetar y reconocer como dirigente política, por hombres y mujeres que apreciaban en ella un don especial para el liderazgo sin estridencia, pero con la jerarquía de la persona que ha acumulado un historial de lucha por las libertades públicas en su país.
La dignidad humana con que Dori Parra de Orellana asumió el rol que ella misma se impuso para contribuir a restaurar la democracia en Venezuela, fue otro ejemplo que superó todas las expectativas de amigos y adversarios -porque ella no tuvo enemigos- al convertirse en el epicentro, cuando yo era estudiante en el liceo “Lisandro Alvarado”, de la resistencia a la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez. El coraje cívico para desafiar a una dictadura militar, demostrado de manera invariable en los años duros de una tiranía, incorporó a otras mujeres y a muchos hombres a estar a su lado, comprometidos como ella algunos, y colaboradores con su lucha otros.
Una vez recuperada la democracia en Venezuela Dori Parra emergió como una de las personalidades más respetadas por los larenses y reconocida por la dirección nacional de su Partido de entonces, Acción Democrática, en el ejercicio de gobierno. Por sus méritos fue concejal y Presidenta del otrora Concejo Municipal, legisladora, diputada y senadora el Congreso de la República y Gobernadora del Estado Lara. El poder no la alejó de su pueblo ni la corrompió. Siguió siendo la mujer sencilla, trabajadora, vinculada estrechamente a los más humildes que la procuraban en busca de alguna ayuda, de algún respaldo. Todos encontraron en Dori Parra una inquebrantable vocación de servicio, con las limitaciones del tiempo histórico, pero con la voluntad de una mujer que vivió para servirle a su pueblo. Paz a sus restos.

3 comentarios:

  1. Formidable artículo. excelente interpretación. Mil felicitaciones.
    Con admiración
    LAPP

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  2. Formidable artículo. excelente interpretación. Mil felicitaciones.
    Con admiración
    LAPP

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  3. Es interesante recalcar aquí que en su tesonera lucha en pro de los derechos políticos, sociales y demás aspecto inherentes al ciudadano sin ningún tipo de discriminación, doña Dori no tuvo competidor. En estos de anarquía bajo este régimen militarista castro-comunista. que falta por lo menos en cuanto al tránsito, la aplicación de su famoso Decreto 14, que antes que sancionar, más bien buscaba aleccionar al conductor en cuanto al respeto de los derechos ciudadanos

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