CANDIDATO Y CONDICIONES

Juan Páez Ávila

La reacción del gobierno nacional a través de destacados dirigentes del MVR oponiéndose a las condiciones electorales solicitadas por los partidos de la oposición, ajustadas a lo establecido en la Constitución Nacional y en la Ley del Sufragio para participar en las elecciones presidenciales del próximo mes de diciembre, parece ser un indicador de que no habrá acuerdo entre los actores políticos y el enfrentamiento será entre el Presidente Chávez y la abstención.
Después de la experiencia del 4 de diciembre del 2005 en la que la abstención se colocó entre el 75 y el 82% de los electores, según cifras del CNE actual o las de algunas organizaciones no gubernamentales que le hicieron seguimiento a todo el proceso electoral, ninguna manipulación mediática hará cambiar la opinión del electorado nacional.
El Proyecto Bolivariano Militarista luce agotado a los 7 años de ofertas halagadoras y muy pocos resultados beneficiosos para la mayoría de los venezolanos que votaron en varios eventos electorales por el Comandante Chávez y por sus candidatos escogidos a dedo por él mismo. De allí que sus invocaciones al Juramento del Monte Sacro de Bolívar, del Vuelvan Caras del General Páez, de la Batalla de Santa Inés del General Zamora, se hayan perdido en el estómago vacío de millones de desempleados, en las desilusiones de misioneros engañados por dádivas transitorias, en la mirada desesperanzada de niños de la Patria deambulando por las calles de las principales ciudades del país haciendo malabarismos para sobrevivir y en la conciencia de una sociedad civil dispuesta a ejercer sus derechos.
Lo democrático sería abrirle posibilidades, en igualdad de condiciones, a la alternabilidad en el poder, pero ello parece no formar parte de la política del régimen, cuando a través de uno de sus voceros defiende la utilización de las máquinas capta huellas y los cuadernos electrónicos, y se niegan a contar los votos manualmente para cotejarlos con lo de las máquinas totalizadoras. De todas maneras es muy temprano para una conclusión definitiva. Hay que esperar los resultados de las conversaciones anunciadas.