miércoles, 23 de mayo de 2012

UNASUR Y BOLIVIA

Juan Páez Ávila

La convocatoria a una reunión de emergencia de la Unión de Naciones Suramericana (UNASUR) por parte de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, para tratar la crisis política interna por la que atraviesa la República de Bolivia, no sólo es un buen comienzo con que se inaugura la condición de Presidenta Pro Tempore de Bachelet, sino como el único camino que deben transitar los países democráticos de esta región cuando alguno requiera la solidaridad del sub continente.
De allí que la amenaza del Comandante Chávez de enviar tropas venezolanas para defender al Presidente de Bolivia, además de ser una injerencia en los asuntos internos de ese país, debe constituir para los gobernantes democráticos de UNASUR una actitud absolutamente contraria a los objetivos para los cuales fue creada esta unión de naciones. Y de allí también que el Comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia rechazara, por intolerable, el ofrecimiento del Presidente Chávez a nombre de la revolución bolivariana y del socialismo del siglo XXI.
Y aunque nuestro Comandante en Jefe aspire llevar a una parte del “Ejército de Bolívar” a refundar la república creada por el Libertador, con los parámetros de la revolución que lleva su nombre, y enfrentar al imperio norteamericano en el mar Caribe comandando el escuadrón de aviones Sukoi y el crucero nuclear “Pedro el Grande” que su hermano Putin ha puesto en camino para realizar algunas maniobras conjuntas en estos mares, la Presidenta de Chile lo llama al diálogo con sus homólogos latinoamericanos.
Los delirios del Presidente Chávez de encarnar una especie de fusión de Simón Bolívar con Fidel Castro, para refundar Bolivia y crear un “Nuevo Viet Nam” en la Cordillera de los Andes, no sólo son rechazados por los venezolanos de pensamiento democrático, que se aprestan para acudir a elecciones en noviembre, sino también por la mayoría de los gobernantes electos libremente en América Latina.
Todo indica que no habrá guerra o que todo el esfuerzo de los demócratas se hará evitarla. Hugo Chávez tendrá que enfrentar las elecciones de sus candidatos escogidos a dedo para gobernaciones, alcaldías y consejos legislativos, donde le espera una segunda derrota. Nadie o muy poca gente sensata parecen estar dispuesta a caer en provocaciones, que sustituyan los votos por la violencia.

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