miércoles, 23 de mayo de 2012

AUTOCRÍTICA EN EL CHAVISMO

Juan Páez Ávila

10 años después de acompañar al Comandante Hugo Chávez en el proceso revolucionario concebido y ejecutado por él, en principio inspirado en lo que llamó ¨El Árbol de las Tres Raíces¨, para avanzar en los últimos años hacia El Socialismo del Siglo XXI, un grupo de intelectuales chavistas se reunió en el Centro Internacional Miranda (CIM) en un foro abierto a la discusión, al análisis de la marcha y contramarcha de esa revolución, como un aporte a su progreso y consolidación expresado en las recomendaciones y conclusiones que consideraron pertinentes.
Como en los mejores tiempos de la discusión en los sectores de la izquierda marxista, ese grupo de intelectuales adscritos al proceso revolucionario que encabeza el Presidente Chávez hizo un llamado a la crítica y autocrítica acerca de los avances y peligros que se ciernen sobre la marcha del socialismo del siglo XXI, en la creencia de que nadie se atrevería a llamarlos contrarrevolucionarios, por expresar libremente algunas observaciones críticas con la intención de contribuir a consolidar dicho proceso. Pero como también en los mejores tiempos del estalinismo, el Comandante en Jefe los descalificó como revolucionarios, e incluso alguno de sus más obsecuentes seguidores, el Canciller de la República, Nicolás Maduro, los llamó de dejar de ¨hablar paja¨ e incorporarse al proceso bajo la égida indiscutible del jefe único, con lo que se les advertía que solo el hiperlíder podía hacer uso de la crítica y la autocrítica.
Oyendo el video que circula por Internet, se nota la preocupación de los más formados en la teoría marxista leninista por salvar el proceso hacia el socialismo, en la convicción de que ha comenzado o se le ha abierto el camino a una verdadera revolución de cambio social, y solicitan un espacio para el debate, para la crítica y la autocrítica, como un mecanismo propio del socialismo democrático.
Por cierto que una de las críticas que menos le gustó al Comandante en Jefe fue que lo calificaran de hiperlíder porque se ocupa de todo y no permite que siquiera alguno de sus ministros exprese una opinión que no repita la suya, cerrándole el paso al surgimiento de nuevos líderes que requiere todo proceso revolucionario en el presente y sobre todo en el futuro. Y aunque no se inscriben en el chavismo sin Chávez, y prefieren un Chávez sin algún chavismo –evidentemente formado por la llamada derecha endógena o boliburguesa- el llamado a una dirección colectiva y a la creación de un partido político –que a su juicio no existe- los puede convertir en enemigos infiltrados que torpedean la labor del jefe único, dada la reacción de los indirectamente aludidos como los que se oponen a un verdadero socialismo.
Y aunque algunos reconocen que todavía no hay socialismo y manifiestan estar dispuestos a construirlo, el capitalismo de Estado y el culto a la personalidad –que sí existen- y parecen irreversibles, los pueden conducir al paredón político, una modalidad del Socialismo del Siglo XXI, de fusilamiento en vida. Los que ingenuamente creyeron que estaban viviendo en un socialismo democrático que los conduciría al hombre nuevo, se callarán, ante la línea política, de mando, del hiperlíder. Pero también es factible que algunos de los intelectuales que hicieron diagnósticos y pronósticos a la luz del marxismo-leninismo, crean firmemente en su teoría, sostengan lo expresado en el Foro y corran las consecuencias de los disidentes del siglo XXI: acorralamiento, persecución y cárcel, según el grado de sus discrepancias. El tiempo lo dirá y posiblemente a muy corto plazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario