miércoles, 23 de mayo de 2012

GLOBALIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN

Juan Páez Ávila

Para un gobierno militar es una operación muy sencilla cerrar una planta revisora o de radio, porque todos los Poderes Públicos obedecen las órdenes verticales que imparte el Comandante en Jefe, pero lo que no le resulta fácil es impedir que las noticias circulen por las autopistas de la información que las nuevas tecnologías han creado en el mundo de hoy. Para nadie es un secreto el papel que jugó la información democrática, que desde distintas partes del mundo traspasó el Muro de Berlín, en el derrumbe de la Unión Soviética sin disparar un tiro. De allí que clausurar Globovisión no sólo es una violación a la libertad de expresión, sino también un error de cálculo del Presidente de la República al pretender incomunicar a la sociedad venezolana, en tiempos de la globalización de la información.
La amenaza del Presidente Chávez de cerrar la planta televisora Globovisión, expresada en su programa del domingo pasado, seguramente será ejecutado por Conatel en los próximos días, tal como ocurre con todos los anuncios que el Comandante en Jefe suele hacer por radio y televisión, aunque la transmisión de la información no violó ninguna norma de la Ley de Responsabilidad Social en la materia, que constituya un delito. Quienes pudimos ver y oír la información que trasmitió Globovisión el lunes por la mañana, minutos después que se produjera el temblor que tuvo como epicentro las inmediaciones de los estados Miranda y Aragua, y que ha sido retransmitido varias veces, somos testigos de la preocupación expresada por el director de dicho canal por el hecho sísmico y su llamado, repetido, a la calma de la ciudadanía.
Si se concreta el cierre de Globovisión la opinión pública lo entenderá como una acto contrario a la libertad de expresión y del derecho a estar veraz y objetivamente informada, porque el ¨tubazo¨ que este canal le propinó a los medios de comunicación del Estado, tiene una explicación muy sencilla: Globovisión transmite las 24 horas del día y como es lógico y elemental estaba al aire cuando se produjo el temblor, a las 4 y 45 a. m. aproximadamente, y los medios oficiales no habían empezado su transmisión, que comienza a los 6 a. m.
Y el hecho de que Globovisión obtuviera la primicia de un centro científico y tecnológico especializado de los Estados Unidos, en una época en que la información y las comunicaciones en general están globalizadas, no puede justificar una medida punitiva por parte del gobierno contra un canal que cumplió con sus funciones de informar al momento en que recabó la noticia. El fondo de la amenaza de cerrar a Globovisión es parte de una política oficial que tiende no ya a la hegemonía de la comunicación, sino al control total de misma, como sucede en los regímenes totalitarios, muchos de los cuales se derrumbaron por los efectos de sus propios errores y no porque un canal de TV informara lo que acontecía en el país.
Si la inflación no es contenida, los trabajadores y gremios protestarán pidiendo mejores sueldos, los conflictos sociales continuarán, y hasta puede volver a temblar, sin que exista Globovisión, pero la información será del conocimiento de los venezolanos.

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