miércoles, 23 de mayo de 2012

TOTALITARISMO ROJO

Juan Páez Ávila

La arenga del Presidente de PDVSA y Ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, llamando a los gerentes de esa industria y a sus trabajadores en general a identificarse con la candidatura de Hugo Chávez, porque éste los ha colocado en sus cargos, además del escándalo nacional e internacional que ha producido, lo que ha hecho es confirmar la disposición del gobierno de instaurar un régimen totalitario, de ganar las elecciones el candidato presidente el 3 de diciembre.
Y aunque se trata de un sistema de gobierno que fracasó durante el siglo XIX, en todos aquellos países en los que fue impuesto por la fuerza de las armas, el Presidente Chávez -según sus propias expresiones- se considera el líder de dimensiones mundiales capaz de restaurarlo con todas las implicaciones que ello tuvo en el pasado. De allí que de triunfar nuevamente en sus aspiraciones presidenciales, la sociedad venezolana sería sometida a un control total por parte del Estado, por la voluntad única del Jefe del Gobierno. Las primeras víctimas serán desde luego los líderes de la oposición, pero no escaparán, como no escaparon a la persecución, la cárcel y hasta la muerte, los partidarios del “socialismo real” que resultaron sospechosos de diferir del máximo jefe de la revolución roja. Si los miembros del CTN del MVR leyeran o releyeran el Informe de Nikita Kruschov al Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en 1956, se podrían ver retratados entre las víctimas de las terribles purgas y ajusticiamientos de la mayoría de los miembros del Comité Central del PCUS, ejecutados por Stalin, el jefe único.
El país democrático debe cerrar filas para impedir que un régimen totalitario pueda instalarse en Venezuela, por acción u omisión de los electores. Quienes voten por Chávez pueden vengarse de agravios recibidos por gobiernos anteriores, pero también pueden comenzar a construir un estado policiaco que los puede hacer desaparecer selectivamente, acusándolos de agentes de la CIA, como lo hizo el régimen totalitario de Corea del Norte con nuestro poeta Alí Lameda, cantor de El Corazón de Venezuela, por militar en el Partido Comunista de Venezuela y no en el grupo guerrillero que apoyaba Kim Il Sum jefe único de aquel país, y de cuya muerte en la cárcel lo salvaron las gestiones del PCV y de los gobiernos democráticos de Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez.

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