miércoles, 23 de mayo de 2012

PCV Y PPT

Juan Páez Ávila

Aún con todas las diferencias que se tengan con las políticas fundamentales del partidos Patria Para Todos y Comunista de Venezuela, su negativa a formar un partido único de la revolución chavista y su rebelión frente a la imposición de los candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados a los consejos legislativos regionales por parte del Comandante en Jefe, son acontecimientos que deben y serán registrados como una contribución a la consolidación del pluralismo político en nuestro país. Incluso, lo que aparece como una conducta indigna de sus principales dirigentes frente a los insultos del Presidente de la República, no sólo es simplemente una respuesta circunstancial ante un electorado confuso del chavismo, sino también la repetición de una política o comportamiento de todos los grupos disidentes que pretenden arrastrar al mayor número posible de militantes de base de los partidos en crisis.
Después del 23 de noviembre el panorama político venezolano enseñará o revelará un nuevo rostro, un cuadro totalmente distinto al actual, en el cual el PPT y el PCV mantendrán sus objetivos estratégicos y hasta repetirán viejas consignas del marxismo-leninismo, pero podrán convivir pacíficamente con sus adversarios de la oposición e implícitamente con el partido del gobierno. Esa ha sido la dinámica política en Venezuela, especialmente vinculada a las décadas del período democrático que se inicia en 1958 con la caída de la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, de partidos marxista-leninistas como fue el caso del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que con el PCV de entonces, pretendió subvertir el orden democrático, para, una vez derrotados acogerse a la lucha pacífica.
De allí que la hipótesis de la contribución del PPT y del PCV de fortalecer el pluralismo político, tiene una fundamentación histórica. Es más, de acuerdo con los resultados electorales del 23 de noviembre podría robustecer la tesis de que la democracia ha sufrido o experimentado una crisis transitoria con la intentona de los golpes de estado del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992, y con la tentativa autoritaria desde el gobierno del Comandante Chávez. Estamos en camino de rescatar el sistema democrático en las próximas elecciones y sería una mezquindad, un grave error político, no reconocer, aunque no se comparta su ideología, el rol desempeñado por estos partidos.

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