domingo, 22 de marzo de 2009

REIVINDICACIONES SINDICALES

Juan Páez Ávila

Después de 10 años de la revolución bolivariana, cuando del Presidente Chávez pretende acelerar la marcha hacia el Socialismo del siglo XXI, sin atender las reivindicaciones de los trabajadores que laboran en las empresas del Estado y en diferentes dependencias oficiales, se ha encontrado con una masa laboral cansada de esperar los beneficios de los cambios sociales y económicos que el gobierno revolucionario ha planteado como política fundamental de su razón de ser, de su condición de gobierno de los pobres, de la clase obrera. Alertas ante la posibilidad y sobre todo necesidad de esos cambios, perciben 10 años después que no se ha aprobado una nueva Ley de Protección Social que garantice el ingreso salarial requerido para el bienestar de sus familias, y por lo contrario su Comandante en Jefe les exige un mayor sacrificio al desconocer, hasta ahora, el derecho a la contratación colectiva, al negarles un aumento sustancial de sueldos y salarios e incluso amenazarlos con la militarización del Metro de Caracas y el despido de miles de trabajadores de las empresas básicas de Guayana, tal como lo hizo con los empleados y obreros petroleros, si paralizan sus actividades.
10 años después de gobierno enrumbado hacia el ¨Socialismo del siglo XXI¨, le muestra a los trabajadores públicos y de las empresas fundamentales del país, el rostro autoritario y militarista, que la oposición ha venido denunciando a lo largo de ese período como violatorio de la Constitución Bolivariana de Venezuela, que tiene como objetivo consolidar el poder personal del Comandante en Jefe y no de la clase obrera.
10 años después de contemplar el accionar del gobierno contra los productores del campo, denunciando la existencia de un latifundio que significaría el atraso del país y el despojo de los campesinos de sus tierras, observan que ni esos trabajadores han recibido parcelas en propiedad, ni ha aumentado la producción de alimentos, que ahora hay que importar. Y todo parece indicar a ahora les toca a los trabajadores de las empresas básicas de Guayana y del petróleo, manejadas por una burocracia militar y civil incompetente y corrupta que las han conducido a la quiebra y se niegan a una nueva contratación colectiva que recoja las reivindicaciones más sentidas y urgentes en momentos de inflación, de un incontenible aumentos de los precios de la comida, que los afecta a ellos y sus familiares con mayor rigor, que los puede llevar a la miseria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario