viernes, 6 de marzo de 2009

LA CANTV

Juan Páez Ávila

La estatificación de la CANTV ha sido presentada como una acción revolucionaria por parte del gobierno nacional, formando parte de un conjunto de medidas que serán aprobadas a través de la Ley Habilitante que el Presidente Chávez solicitó a la Asamblea Nacional. Pero el hecho cierto es que se trata de una vuelta a la llamada IV República, cuando el Estado tenía la propiedad del cien por ciento de las acciones de dicha empresa considerada estratégica para el funcionamiento del gobierno.
Lo que nos espera a los venezolanos con esta decisión del Presidente de la República es un nuevo fracaso en la administración de una empresa que por sus características tecnológicas, requiere de una gerencia de alta eficiencia, porque las comunicaciones de hoy no se realizan solamente entre Caracas y el interior de Venezuela, sino con todos los países del globo. Con las propias denuncias que ha hecho el Presidente Chávez contra una burocracia que no es capaz de recoger los niños de la calle, talvez porque no hay una comisión que cobrar para ampliar y perfeccionar cada día más la corrupción administrativa que es la otra lacra -denunciada también por el Jefe del Estado -que corroe la administración pública, se puede concluir que la nacionalización de la CANTV agravará las fallas en las comunicaciones de nuestro tiempo.
Si no se han corregido la incapacidad para gobernar y la corrupción denunciadas por el Presidente de la República, poner la CANTV en manos de la misma burocracia ineficiente y corrupta, es echarle gasolina al fuego que amenaza con destruir la economía y la vida política civilizada de los venezolanos.
Y lo más grave es que la estatificación de la CANTV aumentará el poder comunicacional del gobierno y en especial del Consejo Nacional Electoral, para controlar procesos electorales, vigilar y aterrorizar a los ciudadanos que disientan de las políticas oficiales. De allí que lo que es presentado como una medida nacionalista y revolucionaria, en el fondo es una amenaza contra la democracia.
Finalmente, nacionalizar una empresa que viene funcionando entre las mejor administradas del país, prestando un servicio aceptable por la mayoría de los venezolanos, y para lo cual hay que erogar varios miles de millones de dólares, en vez de invertirlos en viviendas, construcción de escuelas, laboratorios científicos, buenos hospitales y créditos para la industria y la agricultura, es una política equivocada, que en vez de producir bienestar y riqueza para los más necesitados, llevará nuestra nación hacia la ruina o por lo menos a un mayor atraso económico y social. Por esta vía el socialismo del siglo XXI lo que hará será repetir errores que destruyeron la economía de muchos países de la Europa Oriental durante la segunda mitad del siglo XX, que hoy tratan de recuperarse estimulando y apoyando la iniciativa privada, otorgándole al Estado un papel rector y no capitalista en la vida de esas naciones..

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