domingo, 22 de marzo de 2009

MILITARIZACIÓN

Juan Páez Ávila

La aceleración de las medidas que Chávez ha decidido ejecutar después del referendo del 15 de febrero, para avanzar hacia lo que él llama el Socialismo del siglo XXI, como la militarización del país, sustituyendo los tribunales por la ocupación militar de fincas en producción, pareciera que será impuesta a toda la sociedad, tal como lo anunció con la amenaza de militarizar el Metro de Caracas.
Cuando los trabajadores del Metro de Caracas esperaban que las autoridades del Ministerio de Trabajo atendieran sus solicitudes de hacer cumplir el contrato colectivo y la apertura de un nueva contratación para los próximos años, el Presidente de la República amenaza con militarizarlo, si sus obreros y empleados hacen uso de un derecho constitucional de huelga como instrumento de presión laboral, violando la Carta Magna y demostrando que el Socialismo del Siglo XXI no tiene nada que ver con la clase obrera.
La actuación del comandante en jefe en los últimos días calificando de contrarrevolucionarios a los obreros de las plantas de Guayana, negándoles derechos adquiridos como producto de sus labores durante varios años, le agrega la amenaza a los trabajadores del Metro de sustituirlos por batallones de militares, que no sólo no están preparados para cumplir esas funciones, sino que deberían estar en la larga frontera de nuestro país protegiéndonos de los paramilitares, la guerrilla y el hampa que secuestra a centenares de venezolanos.
De allí que para los trabajadores del Metro de Caracas y de las empresas básicas de Guayana, el Socialismo del siglo XXI les ha resultado, tal como lo están viviendo y sufriendo, con consecuencias graves en sus salarios y en la manutención de sus familias, un régimen típicamente militarista y personalista, que atiende a los intereses del Estado y de la concentración de poder en manos del Presidente de la República, lo cual indica que los conflictos sociales se pueden agravar en los próximos días o meses.
La conflictividad se extiende por todo el país a diversos sectores sociales que esperaban del Socialismo del siglo XXI, no sólo una mejoría en sus ingresos salariales, sino también, y esto es lo más importante, que las empresas que dieran pérdidas por mala administración de sus gerentes, pasaran a ser administradas por los trabajadores, estos han comenzado a recibir el impacto de la violencia que el Estado está dispuesto a ejercer para controlar las principales instituciones del país.
La militarización está más cerca del fascismo que del socialismo, y aunque también existe un socialismo autoritario, que en nombre del Estado vulnera y reprime los derechos de lo trabajadores, cualquiera les resulta represivo a los obreros y empleados del Metro de Caracas, que requieren diálogo y no violencia.
La sociedad democrática del país tendrá que enfrentar la más grave crisis política y social provocada desde el poder, que al lado de la crisis económica que comienza a tener efectos en el bolsillo de los más pobres y de la clase media, puede generar una descomposición y un caos político nunca vivido en Venezuela, pero sí en otros países de América Latina, que después de muchos años de opresión, han unificado todos los sectores democráticos para superarlos.

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