viernes, 6 de marzo de 2009

INHABILITACIONES Y HABILITANTES

Juan Páez Ávila

Las inhabilitaciones a centenares de candidatos de la oposición para optar a gobernaciones y alcaldías en las elecciones del próximo 23 de noviembre, sumadas a la aprobación de 26 decretos leyes por parte del Presidente de la República en ejercicio de la Ley Habilitante que le otorgó la Asamblea Nacional, se han convertido en los más contundentes argumentos esgrimidos por la oposición para alertar al país y llamarlo a combatir y sufragar contra los candidatos oficiales, para evitar que Chávez imponga impunemente la reforma constitucional rechazada por la mayoría de los venezolanos.
La confabulación de los poderes públicos dirigidos desde Miraflores dejo absolutamente claro la decisión del Comandante Chávez de utilizar todos los recursos a su alcance para imponer un régimen autocrático y militarista en abierta violación a la Carta Magna aprobada en 1999. Pero los cálculos del Presidente no parecen los más acertados. La conciencia democrática de los venezolanos indica que la resistencia será total, firme y de mayor madurez para no pisar el peine de la provocación que le han tendido los poderes públicos dependientes del Comandante en Jefe. Las protestas continuarán sin perder el objetivo de las elecciones del 23 de noviembre, en las que los candidatos escogidos a dedo por Chávez en los estados y municipios más importantes de Venezuela serán derrotados,
Las inhabilitaciones como los decretos leyes violatorios de la Constitución Nacional han provocado incluso el rechazo de la comunidad democrática internacional, lo cual ha contribuido a profundizar el aislamiento del gobierno nacional y como consecuencia de ello un mayor debilitamiento interno, donde se decidirá definitivamente el destino de la Venezuela de hoy.
El desafío del Comandante Chávez a la sociedad democrática no será evadido en momentos coyunturales de gran significación para el país. La oposición unida en la mayoría de los estados y municipios, más el nuevo liderazgo que han comenzado emerger y a posicionarse en los sectores mayoritarios, no le permitirán que asuma fácilmente un régimen dictatorial.
La sociedad democrática debe acudir a todas las instancias legales nacionales e internacionales para dejar constancia del peligro que se cierne sobre nuestro país si se tolera la violación de la Carta Democrática Interamericana y de los derechos humanos en general. Pero el reto definitivo lo tiene que afrontar la sociedad democrática en nuestras propias frontera, hay que oponerle un muro de contención al autoritarismo de Hugo Chávez, propinándole una importante derrota a sus candidatos a gobernadores y alcaldes en las elecciones del 23 de noviembre. La derrota del centralismo que representan algunos candidatos incondicionales de Chávez cambiará el cuadro político del país por la vía electoral y pacífica, y facilitará la lucha por la descentralización y el perfeccionamiento de la democratización de la sociedad.
Juan Páez Ávila

Las inhabilitaciones a centenares de candidatos de la oposición para optar a gobernaciones y alcaldías en las elecciones del próximo 23 de noviembre, sumadas a la aprobación de 26 decretos leyes por parte del Presidente de la República en ejercicio de la Ley Habilitante que le otorgó la Asamblea Nacional, se han convertido en los más contundentes argumentos esgrimidos por la oposición para alertar al país y llamarlo a combatir y sufragar contra los candidatos oficiales, para evitar que Chávez imponga impunemente la reforma constitucional rechazada por la mayoría de los venezolanos.
La confabulación de los poderes públicos dirigidos desde Miraflores dejo absolutamente claro la decisión del Comandante Chávez de utilizar todos los recursos a su alcance para imponer un régimen autocrático y militarista en abierta violación a la Carta Magna aprobada en 1999. Pero los cálculos del Presidente no parecen los más acertados. La conciencia democrática de los venezolanos indica que la resistencia será total, firme y de mayor madurez para no pisar el peine de la provocación que le han tendido los poderes públicos dependientes del Comandante en Jefe. Las protestas continuarán sin perder el objetivo de las elecciones del 23 de noviembre, en las que los candidatos escogidos a dedo por Chávez en los estados y municipios más importantes de Venezuela serán derrotados,
Las inhabilitaciones como los decretos leyes violatorios de la Constitución Nacional han provocado incluso el rechazo de la comunidad democrática internacional, lo cual ha contribuido a profundizar el aislamiento del gobierno nacional y como consecuencia de ello un mayor debilitamiento interno, donde se decidirá definitivamente el destino de la Venezuela de hoy.
El desafío del Comandante Chávez a la sociedad democrática no será evadido en momentos coyunturales de gran significación para el país. La oposición unida en la mayoría de los estados y municipios, más el nuevo liderazgo que han comenzado emerger y a posicionarse en los sectores mayoritarios, no le permitirán que asuma fácilmente un régimen dictatorial.
La sociedad democrática debe acudir a todas las instancias legales nacionales e internacionales para dejar constancia del peligro que se cierne sobre nuestro país si se tolera la violación de la Carta Democrática Interamericana y de los derechos humanos en general. Pero el reto definitivo lo tiene que afrontar la sociedad democrática en nuestras propias frontera, hay que oponerle un muro de contención al autoritarismo de Hugo Chávez, propinándole una importante derrota a sus candidatos a gobernadores y alcaldes en las elecciones del 23 de noviembre. La derrota del centralismo que representan algunos candidatos incondicionales de Chávez cambiará el cuadro político del país por la vía electoral y pacífica, y facilitará la lucha por la descentralización y el perfeccionamiento de la democratización de la sociedad.

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