miércoles, 22 de abril de 2009

LOS LÍMITES DE LAS FARC

Juan Páez Ávila

Aunque todo venezolano que esté medianamente informado sabe que la guerrilla colombiana ocupa una parte del territorio de ese país limítrofe con nuestro, a nadie, y menos a alguno de los distintos jefes de Estado que hemos tenido en los últimos 50 años, incluyendo el período dictatorial del General Pérez Jiménez, se le había ocurrido admitir o establecer como límite con Venezuela por suroeste y noroeste a las FARC y el ELN. Por eso sorprendió a la mayoría de los televidentes, cuando desde la Brigada Blindada acantonada en Valencia, el Comandante Chávez, luciendo su uniforme militar, lo hiciera en tono desafiante, dando lugar a que cada quien se formule su propia hipótesis de acuerdo con el grado de información que posea, o se dedique simplemente a especular mentalmente, acerca de las razones que lo llevaron a instaurar y expresar nuevos límites de nuestro territorio, ante sus compañeros de armas.
Para quien haya seguido a través de los medios de comunicación el discurso y conozca el temperamento cambiante del Presidente de la República, no le resulta fácil deducir si lo que piensa hoy nuestro Comandante en Jefe, será lo mismo que pensará mañana y hasta cuándo lo sostendrá. Hace 2 ó 3 meses se reunió con el Presidente Uribe, inauguró con su colega colombiano el gasoducto que traerá gas a nuestro país desde Colombia, habló de la amistad y la fraternidad que los unía y de estar dando comienzo a la verdadera integración de Latinoamérica, del sueño de Simón Bolívar, que ambos jefes de Estado adelantaban. Elogios similares hizo del Presidente Uribe cuando éste lo nombró mediador de un posible canje humanitario de colombianos secuestrados por las FARC y de guerrilleros presos por el gobierno.
Del reconocimiento de esos extraordinarios méritos del Presidente de Colombia, pasó a la agresión verbal, a los insultos jamás oídos en un Jefe de Estado contra un colega suyo, cuando éste en ejercicio de un derecho soberano dio por terminada la mediación. Las relaciones diplomáticas y políticas con Colombia se han deteriorado a extremos tan peligrosos, que después de la declaración del Presidente en la que califica a las FARC y el ELN como fuerzas insurgentes y bolivarianas, pareciera que estamos al borde de una confrontación armada con el vecino y hermano país.
Y aunque el Comandante Chávez no cambie de parecer de inmediato, creo que la mayoría de los venezolanos y colombianos nos sumamos al manifiesto que encabezan Ramón J. Velásquez y Gabriel García Márquez.

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