miércoles, 15 de abril de 2009

LAS FARC Y LA PAZ EN COLOMBIA

Juan Páez Ávila

Después de más de 40 años de infructuosa y violenta búsqueda del poder mediante la lucha guerrillera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han perdido a varios de sus máximos comandantes y su capacidad ofensiva, lo cual las coloca al borde de una segura derrota, por lo que todo indica que el momento para evitar un mayor e inútil derramamiento de sangre, obliga a sus jefes actuales y a algunos organismos internacionales a transitar el camino de la negociación y la paz en la sociedad colombiana.
Confirmada por el Secretariado de las FARC la muerte de su primer Comandante, Manuel Marulanda, por razones obvias la lucha guerrillera en Colombia entra en una nueva y difícil etapa, caracterizada no sólo por lo que significa la pérdida de su máximo jefe, unificador de todas las tendencias y comandos que constituyen ese ejército irregular, que ha prolongado la violencia en el vecino país por varias décadas, sino también por la superioridad militar tecnológica que ha demostrado el ejército colombiano en sus últimos ataques a los campamentos de la guerrilla, dentro y fuera de sus fronteras, en lo que parece ser el avance de un cerco o asedio mortal que coloca a las FARC en una posición defensiva, refugiándose en la selva o traspasando los límites los separan de los países vecinos.
La discusión interna que obligatoriamente debe producirse en todos los comandos de las FARC, como sucedió en todos los frentes guerrilleros de América Latina después de la muerte del Ché Guevara en la selva boliviana, repercusión que al parecer había resistido la guerrilla colombiana, tendrá diversas consecuencias políticas, y no por cobardía producirá más deserciones que las conocidas hasta hoy, sino por evaluaciones objetivas de una nueva realidad que racionalmente los incline a buscar la paz, negociando con el gobierno de Uribe Vélez quien ha ofrecido garantías para el ejercicio libre de la política por medios legales.
El final de la violencia en Colombia podría estar más cerca de lo que piensan los más dogmáticos y fundamentalistas jefes guerrilleros, que abandonaron las principales banderas de la liberación nacional, de la construcción de una sociedad democrática con justicia social, para caer en el narcotráfico y en una guerra que viola todas los derechos humanos mediante el secuestro y asesinatos de inocentes trabajadores del campo que no se identifican con sus ideas y acciones criminales.
Y si Colombia logra entrar en una etapa de pacificación que avance inexorablemente hacia un acuerdo definitivo, que inserte a la mayoría de los actuales guerrilleros en la lucha democrática, América Latina puede evolucionar, con mayores posibilidades de éxito hacia una comunidad de naciones democráticas, que les permita superar el atraso económico, la dependencia de materias primas y la pobreza. Colombia y Venezuela también entrarían en paz y podrían actuar conjuntamente para impulsar la Unión de Naciones del Sur (UNASUR)

No hay comentarios:

Publicar un comentario