miércoles, 15 de abril de 2009

LA ENTREVISTA CHÁVEZ-URIBE

Juan Páez Ávila


Una vez confirmada la entrevista entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Álvaro Uribe y Hugo Chávez en las próximas semanas o meses, con la finalidad de mejorar las relaciones económicas y políticas entre ambos países, después de producido el llamamiento del Jefe del gobierno venezolano a las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) para que depongan las armas y se dispongan a participar en la lucha política por la vía democrática y electoral, se puede reafirmar la hipótesis de quienes planteamos la posibilidad de alcanzar un acuerdo pacífico y definitivo para superar el conflicto violento que todavía vive y sufre la sociedad colombiana, se puede convertir en un hecho de dimensiones internacionales a mediano plazo.
Las FARC se encuentran acosadas por un cerco militar adelantado por el Ejército de Colombia, a un extremo tal que las han desplazado de las zonas pobladas por campesinos y obligado a refugiarse en la selva y en algunos países fronterizos donde, hasta ahora, habían encontrado apoyo o por lo menos cierta tolerancia a cambio de no agredir a sus habitantes. Si a la invocación o convocatoria del Presidente Chávez se une la misma actitud del Presidente Correa del Ecuador, el asedio militar por parte de las Fuerzas Armadas colombianas adquiere una dimensión política subcontinental, que independientemente de los objetivos de los gobiernos de Venezuela y Ecuador, a la guerrilla se le hace casi imposible sobrevivir por mucho tiempo en las condiciones militares y políticas sobrevenidas.
La experiencia latinoamericana y particularmente la venezolana con el fracaso militar y el éxito elector de Chávez para conquistar el poder, es evidentemente el arma más convincente que tanto el presidente venezolano como el ecuatoriano, tienen en sus manos para persuadir a algunos jefes de las FARC, porque es posible que no todos se acojan en una primera instancia a la política de paz, para que cambien la forma de lucha sin renunciar a su estrategia de hacerse con el poder en Colombia.
Imposibilitados de salir de la selva hacia zonas pobladas por campesinos y menos hacia las ciudades, los guerrilleros tienen hoy la alternativa de negociar la paz o morir como el Ché Guevara, el más emblemático de los líderes de la guerra de guerrillas, solitarios y aislados. Los que persistan en una guerra inútil, sin posibilidades de victoria, sólo les queda la alternativa del narcotráfico, como forma de vida.
La entrevista de los presidentes Chávez y Uribe no podrá obviar el intercambio de opiniones acerca de las posibilidades de entrar en una etapa de negociación entre las FARC, el ELN y el gobierno colombiano, tomando en cuenta los llamamientos del presidente venezolano y del ecuatoriano Rafael Correa a la guerrilla de Colombia para que deponga las armas y sus dirigentes busquen vías pacíficas y democráticas de participación en la política de su país.
Una negociación política propiciada por los jefes de los gobiernos de Venezuela y Ecuador, que conduzca a la paz en Colombia, dejaría sin efecto el archivo que elaboraba y conservaba para la historia, el Segundo Comandante de la FARC, Raúl Reyes, abatido por el ejército colombiano en territorio ecuatoriano, cuyo contenido conoce parcial o totalmente el mundo político. La crisis que atraviesan las FARC, prácticamente desarticulada por la acción de ejército de Colombia, y la situación difícil que viven en sus respectivos países y sobre todo en el área internacional, los presidentes Chávez y Correa, al ser abiertamente descubierta su complicidad con la guerrilla, los obliga a abandonar el apoyo a la violencia como forma de lucha para buscar el poder. No parece exagerado inferir que para evitar una derrota mortal para los jefes de la FARC y un juicio en tribunales internacionales a sus aliados, éstos pueden coincidir con el Presidente Uribe, en que la paz en la región es fundamental para los colombianos, Latinoamérica y el mundo democrático.

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