miércoles, 22 de abril de 2009

LA REVOLUCIÓN DEL WHISKY

Juan Páez Ávila

Después de más de 8 años de gobierno, durante los cuales miles de venezolanos que tomaban cerveza o ron, gracias a su afiliación al proceso revolucionario no sólo dejaron de ser desempleados o empleados de modestos ingresos, sino que también resolvieron mejorar sus gustos en el consumo de bebidas alcohólicas y proteger su salud a través de un aguardiente de mejor calidad como el whisky, primero de 12 años de añejamiento, luego de 15, para terminar popularizando el de 18.
Después de más de 8 años de ejercicio ininterrumpido, salvo por algunas horas, de la Presidencia de la República por el Comandante Chávez, los aludidos han sido colocados en la disyuntiva de abandonar la costumbre, que ya en algunos puede ser una adicción, al buen whisky o poner en peligro su aceptación como militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, decretado por el Jefe del Estado para apuntalar el proceso revolucionario hacia el socialismo del siglo XXI.
Y aunque los que han logrado multiplicar sus ingresos económicos y adquirir camionetas Hummer son menos, posiblemente les sea más difícil ocultar sus nuevos hábitos al disfrute de tan poderosa y elegante máquina rodante por las viejas autopistas construidas durante la IV República, que les permite amortiguar los golpes que producen las caídas en los huecos que los ministros de la revolución no han podido tapar.
Si el Comandante en Jefe cumple con el apretón de tuercas con que ha amenazado a los aspirantes a militar el PSUV, por sus supuestas desviaciones revolucionarias al contribuir a aumentar el mayor consumo per cápita de whisky de Venezuela en el mundo, y a descapitalizar a CADIVI extrayéndole dólares para importar las más caras y vistosas camionetas que circulan por nuestras avenidas y carreteras, el Partido oficial puede quedar reducido a una militancia expuesta a ser derrotada por la de Un Nuevo Tiempo o Primero Justicia, y hasta por PODEMOS encaminado hacia la oposición. Y en cuanto a los que aspiran dirigir el PSUV, si los baja de las Hummers, puede tener dificultades para conformar una dirección revolucionaria tal como la que aspira para avanzar hacia el socialismo del siglo XXI.
Y si el Presidente no cumple con lo dicho le será más cuesta arriba construir una sociedad socialista con revolucionarios adictos al whisky 18 años y capitalistas adictos a las Hummers.

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