sábado, 14 de noviembre de 2009

SIN AGUA Y SIN LUZ

Juan Páez Ávila

Los gobernantes más inexpertos del mundo o que llegan por primera vez al poder lo primero que anuncian y deciden ejecutar como sus principales obras, son aquellas relativas a la dotación de agua potable a la población que los elige, y luz eléctrica para el consumo de esa misma población mediante alumbrado hogareño y funcionamiento de neveras, televisores y otros utensilios de vital importancia en las sociedades moderas, amén de estimular el desarrollo de la pequeña y mediana industria cuando no de la industria pesada y el desarrollo general de las naciones.
Aunque Venezuela es una país pequeño donde habitamos menos de 30 millones de personas, con una inmensa riqueza petrolera que maneja el gobierno, que con una mediana inversión podía resolver los problemas sociales y económicos que heredamos de más un siglo de guerras destructivas y administraciones caudillescas, resulta inconcebible e inaceptable, que después de la muerte del dictador Juan Vicente y de haber comenzado a construir un país moderno, volvamos a los apagones, para no decir a las tinieblas, y al baño con totuma.
No disponer de agua y electricidad suficiente para mantener el nivel de vida que habíamos alcanzado en la segunda mitad del siglo XX, califica a los gobernantes del siglo XXI como los más incapaces –la ineficiencia y la corrupción son nuestros graves problemas, ha dicho Hugo Chávez, en varios programas de Aló Presidente- para administrar los dineros públicos –de todos los venezolanos. La mayoría de los ciudadanos estamos constatando y sufriendo los efectos de un retroceso de varias décadas, en el desarrollo o evolución de los niveles de vida a los que habíamos llegado a lo largo de muchos años. Después de disfrutar de luz eléctrica todo el día, sin dejar de reconocer que había algunas fallas, como sucede en todas las grandes ciudades del mundo, producto de una planificación y una inversión en grades represas como las construidas en el curso del río Caroní y algunas plantas termoeléctricas, no se puede culpar de despilfarradores de energía a los consumidores, cuando lo que todos sabemos, o debemos saber, es que en los últimos 10 años no se hicieron las inversiones que había que hacer, y que estaban programadas desde hace varias décadas.
La falta de agua en las principales ciudades del país, tiene la misma explicación. En los alrededores de Caracas no se ha construido ninguna otra represa para satisfacer el consumo humano de agua, y aunque el verano se haya prolongado algunos meses, durante los mismos 10 años de gobierno del Comandante Chávez, no se tomaron las previsiones necesarias para evitar el racionamiento en toda la ciudad.
Y algo tanto o más grave, fácil de comprobar, sin electricidad y sin agua ningún país del universo se ha podido desarrollar, algo que está escrito en los manuales del comunismo y del capitalismo, por donde lo prefieran releer los responsables de este colapso, y de lo que nos espera, posibles convulsiones sociales por las protestas que se radicalizarán en la medida en que la población no vea solucionados sus problemas, bien por que siga el racionamiento o se agrave.
La culpa de todo este desastre ya no la podrá ocultar el Comandante en Jefe, señalando al gobierno anterior, porque éste corresponde al período constitucional que va de 1999 a 2005, presidido precisamente por Hugo Chávez, el gran responsable por haber nombrado a varios altos funcionarios ineptos y corruptos, que le ríen los chistes y le han robado los dineros a la nación, es decir, a los venezolanos.

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