miércoles, 17 de febrero de 2010

GLOBOVISIÓN

Juan Páez Ávila
El Presidente Hugo Chávez no se atrevió a intervenir y sacar del aire a Globovisión, porque el costo político a pagar sería muy elevado, cuando apenas faltan unos 7 meses para las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional y las encuestas le indican que no la podrá controlar con la misma discreción y abuso con que ha manejado a la mayoría de quienes fueron elegidos, previamente escogidos por su dedo de gran elector, con un 15 o 20% del electorado hace cuatro años aproximadamente.
La salida de Alberto Federico Ravel de la dirección de Globovisión y la posible venta de las acciones de los poseedores de la mayoría del capital invertido en esa planta televisora, deja al desnudo la política de hegemonía comunicacional que viene imponiendo su régimen autoritario,, personalista y militarista, restringiendo cada vez más la libertad de expresión y de empresa, utilizando los resortes políticos y económicos que posee el Estado para limitar y violar derechos constitucionales, sin una intervención directa de los cuerpos represivos.
Conociendo las características y condiciones de toda empresa creada para obtener dividendos, mediante la prestación de un servicio público, informando a los teleaudientes de los hechos más importantes que se producen en el país y en el extranjero, pero que por diversas razones afectan el prestigio del gobierno y sobre todo de su comandante en jefe, éste sometió a serias presiones económicas a los empresarios Zuloaga y Mezzerane, al extremo de que pudieran ver amenazados sus intereses con la quiebra total, que los obligó a dar señales de cambiar la línea editorial de Globovisión, cuyo primer paso fue sin lugar a dudas la solicitud de renuncia del Director General y accionista minoritario, con lo cual crearon la crisis interna que enfrentó a los socios y que todavía tiene en suspenso a la opinión nacional.
La empresa privada podría pasar de unos a otros empresarios y la liberad de expresión pasaría a la auto censura. La dictadura perfecta, de la que habló en escritor Mario Vargas Llosa para caracterizar al gobierno del PRI mexicano, cuando era gobierno y controlaba todos los Poderes Públicos, el Presupuesto Nacional y los medios de comunicación social.
Y aunque el país democrático proteste, y debe protestar, por lo que constituye una flagrante violación del derecho a estar plenamente informado a través del canal de televisión que decida escoger, debe estar consciente de que los empresarios pueden hacer un gran negocio, y que Alberto Federico Ravel tiene la alternativa de continuar el camino de su padre, Alberto Ravel, que resistió a la dictadura de Juan Vicente Gómez, con el vigor y la dignidad de un gran luchador democrático de su tiempo, mucho más oscuro y cruel que el nos ha tocado vivir a los venezolanos del siglo XXI.
Sin embargo, cualquiera sea el destino de la política editorial de Globovisión y de sus socios, el gobierno no podrá engañar por más tiempo a millones de venezolanos que creyeron que Hugo Chávez era el hombre necesario para cambiar el país hacia una etapa de mayor desarrollo económico y profundización de la democracia, cuando después de más de una década no ha podido siquiera garantizar la seguridad de las personas, la salud y la vivienda, la calidad de vida del ciudadano y un empleo digno que le permita enfrentar la inflación que se come lo pequeños aumentos recibidos por decreto oficial. Perderá la mayoría de la Asamblea y en 2012 los electores irán por él, democrática y pacíficamente.

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