viernes, 7 de septiembre de 2012

HACER LAS MALETAS












HACER LAS MALETAS



Juan Páez Ávila



El expresidente de Chile Ricardo Lagos recordó en un reciente programa de un canal de TV Internacional, las palabras de otro expresidente de su país el día que perdió las elecciones y un amigo muy cercano lo encontró con las maletas sobre una mesa y le preguntó a qué se debía la premura, a lo que respondió: La Democracia es saber hacer las maletas, con lo cual aludía a su convicción de que la alternabilidad en el poder es uno de los más altos significados de la democracia.

En nuestro país, aunque la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que el gobierno es y será siempre alternativo, federal y democrático, el Presidente saliente, Hugo Chávez, y sobre todo los que han hecho de su apoyo un negocio al margen de la ley, pegan el grito al cielo y amenazan con una guerra civil cuando escuchan que existe la posibilidad de que el candidato de la Alternativa Democrática, Henrique Capriles, gane las elecciones el próximo 7 de octubre, lo que revela no les importa lo que dice la Carta Magna, porque no tienen una cultura democrática.

Para los autócratas no hay Estado de Derecho, aunque lo pregonen, porque se consideran los únicos que pueden gobernar un país, como si fueran escogidos por la providencia y no por los votos de la mayoría de la población en unos comicios transparentes y libres.

Pero como la democracia no sólo es una forma de gobierno, sino también una escuela histórica en la que se han educado muchos bárbaros y hasta reyes que se creían impuesto por Dios, han cambiado sus enfoques y han contribuido a establecer monarquías constitucionales, que se rigen por el Estado de Derecho, propio de las democracias.

La mayoría de los chavistas e incluso el propio Chávez deben comenzar a admitir que existe una clara tendencia que favorece a Henrique Capriles Radonski, y ellos tendrán todas las garantías constitucionales que establece nuestra Carta Magna. Y aunque existan y sigan existiendo importantes diferencias para conducir el país, la democracia y los demócratas no permitiremos, sin protestar, sin denunciar, que un régimen autocrático sea sustituido por otro de signos iguales o peores. Tienen que aceptar que la historia nos enseña que muchos jóvenes oligarcas, como los patricios, que encabezaron la lucha contra el régimen colonial, y que muchos mestizos siguieron a Boves y otros matones de su tiempo. Capriles proviene de una clase media alta, pero no tan alta como los grandes cacaos y dueños de minas de oro que nos dieron la independencia. El candidato de la Alternativa Democrática ha sido muy claro y tajante al exponer su programa de gobierno, y declarar que sólo es enemigo de la delincuencia y se propone gobernar para todos los venezolanos.

Y como no habrá fuerza que contenga la dinámica política y social que moviliza y sacude a todo el país, y agrupa a millones de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, alrededor de Henrique Capriles, lo que está planteado es la reconciliación de los venezolanos, no más discriminación, no más delirios de grandeza en un mundo que tiende a la consolidación de la igualdad, de las libertades públicas e instauración de regímenes respetuosos de los derechos constitucionales.

La hora es de los puentes entre hombres y mujeres conscientes de que hay un camino que conduce al progreso, al bienestar de los ciudadanos, a la convivencia civilizada que prevalece en la mayoría de las naciones del mundo occidental, no de las autocracias de los talibanes, azotadores de mujeres y formadores de oligarquías corruptas y violentas, que asesinan y saquean los erarios públicos, que en buena ley pertenecen a la mayoría de los pobladores, que lo único que conocen y todavía soportan es la pobreza extrema, la miseria humana.

La hora de la sensatez indica que Hugo Chávez debe comenzar a hacer sus maletas y dejar las bravuconerías aparte, que ya no asustan ni a sus seguidores más incondicionales de otros tiempos, como lo expresaron los trabajadores de las empresas básicas de Guayana. Debe olvidarse de que la Institución Armada va asesinar a millones de compatriotas, por la única razón de que él siga en Miraflores. Incluso es posible que ni los compadres, como les pasó a Pérez Jiménez y a Pinochet, salgan a inmolarse por la permanencia de un supuesto mecías en el poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario