La
supuesta aprobación de una Ley
Habilitante para el cuestionado Presidente de la República, por su contenido puede
constituir uno de los mayores abusos de poder cometidos por un Jefe de Gobierno
contra la soberanía nacional, y una provocación a los sectores democráticos del
país con la finalidad de crear un peligroso desconcierto que los puede inclinar
a una reacción violenta y a olvidarse de las elecciones del 8 de diciembre, en
las que el madurismo tiene asegurada una contundente derrota.
Todo
gobernante de espíritu o tendencia autocrática y personalista puede iniciar su
gestión con un aparente apego a la legalidad del país que le ha otorgado democráticamente el derecho a ejercer
funciones de gobierno, pero en la medida en que considera que puede
perder esas facultades, comienza a restringir los derechos de la oposición y
generalmente termina persiguiendo hasta a quienes le apoyaron para ascender al
poder, si tratan de disentir de algunas de sus decisiones unilaterales.
El
abuso en el ejercicio del poder va rompiendo las reglas que caracterizan a un
régimen democrático, como se operó en los regímenes del socialismo real y del
nazismo alemán. En principio se respetaron ciertas libertades, pero cuando la
legislación imperante no le permitía al gobernante tomar las medidas que a su
juicio único e inconsulto, creía que debía tomar para “bien del pueblo”, se fue
tornando cada vez más autoritario, hasta llegar a la tiranía. La resistencia
nacional no contó con la unidad interna, ni respaldo internacional porque las
naciones democráticas carecían de una organización multilateral para impedirlo,
hasta que se vieron obligadas a intervenir, cuando el abuso del poder traspasó
las fronteras y se manifestó en la invasión a los países vecinos.
En
una época como la actual, en la que las naciones democráticas han creado
organizaciones multinacionales y han hecho aprobar una legislación respetuosa
de los derechos humanos y de las instituciones y poderes públicos independientes,
el camino hacia la tiranía se dificulta. Pero la represión puede aumentar incluso contra algunas individualidades democráticas o sectores
internos, disconformes con las promesas incumplidas y la represión también
recae sobre ellos. Es lo que hemos presenciando a lo largo de casi 15 años de gobierno
autocrático. El abuso de poder se extiende a toda disidencia.
Frente
a ese abuso, la oposición y la disidencia chavista podrían reencontrarse en las elecciones del 8 de diciembre y propinarle otra de derrota definitiva
al autoritarismo madurista.
El mensaje que los voceros de la
Alternativa Democrática, además de Henrique Capriles como Jefe del Comando de
Campaña y Antonio Ledezma que tiene la responsabilidad de coordinar todas las
Alcaldías del Área Metropolitana, todos la candidatos a Alcaldes y a Concejos
Municipales, tienen la oportunidad y la obligación de acercarse a los chavistas
que no se sienten representados por Nicolás Maduro, para llamarlos a la Unidad
Nacional, para contribuir seriamente a sacar el país de la profunda crisis que
atraviesa, y evitar, en lo posible, un colapso total de las instituciones por
la incapacidad y la corrupción de los jerarcas de madurismo.
El
fracaso del régimen autocrático, centralista, que ha llevado a Nicolás Maduro a
desconocer los liderazgos regionales y locales, imponiendo candidatos sin
ninguna vinculación con la sociedad y sin conocimiento de sus problemas
económicos y sociales de la gente de menores recursos, no sólo es un atropello
a los dirigentes sociales y a la base de su Partido, sino también un abuso de
poder que ha generado una mayor crisis interna, que en muchos casos se hace
irreversible. De allí que los desafueros como gobernantes los extienden al seno
del Partido de Gobierno, y pretenden gobernar contra la mayoría de la nación,
para beneficio personal, por lo que sería una tremenda irresponsabilidad
otorgarle una Ley Habilitante al cuestionado Presidente.
Una
Ley Habilitante que extienda los poderes que hoy tiene por la Constitución
Nacional Bolivariana, más las facultades que él asume violando casi todo el
Ordenamiento Jurídico del país, sería una complicidad con el colapso que se
avecina y contribuir a hundir a toda la nación en un abismo insalvable, con
consecuencias impredecibles.
Frente
al intento del madurismo de sobornar a un diputado de la oposición para logar
los 99 votos que se requieren para aprobar una Ley Habilitante, la Dirección
Política de la MUD y los candidatos a Alcaldes y Concejales, pueden darle una
lección de dignidad y de cultura política a toda la población venezolana,
persuadiendo a los disidentes del madurismo, de la importancia de coincidir
para hacer más contundente la derrota que ya tienen asegurada quienes pretender
recibir más poder para profundizar la represión contra todo el que discrepe de
sus planes para imponer una tiranía al estilo de comunismo cubano.
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