sábado, 23 de junio de 2012

3 MILLONES DE VOTOS

Juan Páez Ávila




El significado que tiene haber obtenido 3 millones de votos en las elecciones primarias del 12 de febrero, es de una proyección nacional e internacional, que calculado según los estándares universales, debe conducir a una votación entre 7,5 y 9 millones de votos en las elecciones del 7 de Octubre, y es lo por tanto la mayor preocupación de Hugo Chávez y de su equipo de asesores, que hasta hoy no han podido dar una respuesta política distinta a la que han utilizado en todos los procesos electorales, contra otros contendores escogidos por las cúpulas partidistas, de la descalificación y el insulto al candidato de la Alternativa Democrática, Henrique Capriles Radonsky.

Ni Hugo Chávez ni los gestores del culto a su personalidad, como lo hacían sus mentores del Partido Comunista de la Unión Soviética con Stalin, con Fidel Castro en Cuba y con Kin Il Sun y sus herederos en Corea del Norte, podrán hacerle creer a los venezolanos que los 3 millones de votos que le dan un piso sólido a Henrique Capriles para ganar las elecciones presidenciales, serán desvirtuados mediante un discurso desgastado, repetitivo y ya sin la emoción de otros tiempos, con que el actual Presidente de República pretende perpetuarse en el poder.

El miedo a la derrota, a perder los privilegios del momento, no sólo ha desconcertado a Hugo Chávez, quien ya no asusta con las afirmaciones de que dirige una ¨revolución¨ armada, de que la Fuerza Armada es Chavista, sino que también ha sacado de quicio a los grandes beneficiarios de sus triunfos anteriores, de su gobierno de más de 13 años de duración, que no encuentran algo qué decir y menos qué hacer, distinto a repetir las ofensas que profiere Chávez contra la oposición, para aparecer más comprometidos con el salvador de sus privilegios, en la inútil creencia de que continuarán en el poder. El dogmatismo de algunos y el oportunismo de otros no los deja ver la posibilidad de una alternabilidad constitucional, tal como lo establece la Carta magna.

Los 3 millones de votos que registran las elecciones primarias del 12 de Febrero, revelan que hasta muchos empleados públicos han perdido el miedo a las represalias de un gobierno ya moribundo, y han visto en Capriles Radonsky, después de un Gobernador exitoso en Miranda, un posible Presidente de la República, que habla poco y trabaja mucho, conciliador, dispuesto a gobernar con todos y para todos los venezolanos.

El país democrático busca y requiere una salida constitucional, bien sea Hugo Chávez el candidato del gobierno, o cualquier otro en el caso de que el Presidente no se recupere totalmente o quede imposibilitado de enfrentar una campaña electoral. Y aunque todo buen cristiano desea que Chávez supere el nuevo tumor que le apareció, según sus propias palabras, en el mismo lugar donde le extirparon el anterior, la situación política tiende a complicarse, aún cuando sane definitivamente, porque las secuelas de ese tipo de enfermedad pueden hacer muy factible que tenga que retirarse de la contienda política. A lo que hay que agregar que la escogencia de un candidato que lo supla, crea serias dificultades a la hora de señalarlo con su dedo de gran elector, porque ya han aparecido las tendencias con intereses encontrados, una vinculada a la política de Fidel Castro y su tipo de gobierno, y otra formada por la llamada burguesía endógena, también chavista, pero no fidelista. Incluso, se habla en los círculos políticos relacionados con el gobierno, de una conformada mayoritariamente por dirigentes civiles y otra por militares, todos chavistas pero con objetivos diferentes.

Frente a este difícil momento político para el país, la Alternativa Democrática, después de las elecciones primarias y la obtención de más de 3 millones de votos, no sólo tiene candidato presidencial, sino que también señala un camino estrictamente constitucional. Nadie tiene facultades para escoger atajos al margen de la Carta Magna, que establece los pasos que hay que dar y todos estamos obligados a respetarlos y hacerlos cumplir, sobre todo las Instituciones de la República, como la Asamblea Nacional por ser electa por el pueblo, y en particular, por poseer el monopolio legal de las armas, la Institución Armada. Si se produce una ausencia temporal o permanente del Presidente, la Asamblea Nacional debe encargar del Poder Legislativo al Vicepresidente, hasta que se realicen las próximas elecciones para elegir un nuevo Presidente, y finalice el mandato del actual Jefe de Estado.

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