lunes, 19 de julio de 2010

LAS COMUNAS ELECTORALES

Juan Páez Ávila

Agotado Barrio Adentro como un instrumento, inventado en Miraflores con asesoramiento cubano, para llevarle algunos beneficios a los sectores más depauperados de la población, que generalmente sufragan por quienes les resuelven o les prometen resolver sus problemas, de hambre y miseria que les ocasiona el desempleo, el Comandante Presidente le ordenó a la Asamblea Nacional aprobar una Ley sobre las Comunas, antes Consejos Comunales, para tratar de remontar las encuestas que colocan a su administración pública al nivel de PDVAL y sus containers podridos en puertos y depósitos en diferentes dependencias oficiales.
Las comunas, como las desaparecidas cooperativas, impuestas desde arriba, aunque den la sensación de que el pueblo participa y será protagónico de una revolución social o comunista, no sobrevivirán al 2012, si es que los precios del petróleo experimentan una espiral inflacionaria y superan los 100 dólares por barril. De lo contrario serán otro fracaso más, desde el punto de vista del mejoramiento de la calidad de vida de los más pobres, o del empoderamiento de los mismos hacia el socialismo del siglo XXI. Lo que no es descartable, a la luz de la experiencia pasada, es que el reparto de dinero desde el gobierno central, le dé oxigeno a algunos candidatos oficiales a diputados, y hasta al propio Hugo Chávez como aspirante a la reelección indefinida como Presidente.
Pero como algunos economistas sostienen que ni siquiera con mejores precios del petróleo se recuperará el aparato productivo, porque el reparto de los ingresos petroleros no crea riqueza ni empleo seguro, es posible que los comuneros se coman lo que les enviarán desde Miraflores y continúen soportando sus carencias, hasta que la realidad los convenza de que no son protagonistas de ninguna revolución, sino objetos de manipulación electoral.
El principal soporte de nuestra hipótesis acerca del fracaso de los comunas aprobadas en Miraflores y en la Asamblea Nacional, y no creadas por los sectores interesados en el trueque y en cero ganancias por su trabajo productivo, es que esos sectores no existen en nuestra sociedad, y menos entre los pobres que lo que buscan es progreso y bienestar personal y familiar. De allí el éxito de las cooperativas del Estado Lara y otros estados, creadas por sus propios productores y consumidores, para beneficio de todos.
El dinero que el gobierno pueda gastar en los próximos tres meses, en las comunas, tratando de desplazar a la Alternativa Democrática del primer lugar de las encuestas y del sentimiento de la mayoría de los venezolanos que pide un cambio de rumbo, le demostrará a Hugo Chávez y sobre todo a los chavistas que todavía creen en el discurso del Comandante, que se puede engañar a mucha gente por un tiempo determinado, pero que después de 11 años de mentiras y verdades a medias, de alimentos podridos y enriquecimiento ilícito de unos pocos burócratas corrompidos, los electores más conscientes sufragarán por una Asamblea Nacional plural e independiente del Ejecutivo.
Como ha sucedido en la mayoría de nuestros países latinoamericanos, de cuyas mayorías paupérrimas se han querido aprovechar algunos gobernantes demagogos y antidemocráticos, manipulando a los más incautos, al ser descubiertos en sus planes personalistas y militaristas, han pretendido mantenerse en el poder por el fraude y la violencia, pero han sido derrotado por los votos o por el derrocamiento.
En Venezuela hemos escogido el camino electoral y pacífico, pero nadie puede vislumbrar cual será el desenlace final, si Hugo Chávez, para prolongarse en el poder, apela a la fuerza para consumar un fraude. De eso también hay ejemplos en América Latina. Pinochet y Pérez Jiménez trataron de desconocer los resultados de unas elecciones. Fujimori lo logró por pocos meses. Los resultados para todos, son conocidos. Ni sus más cercanos seguidores, que días antes les juraban absoluta lealtad, obedecieron sus órdenes. Los venezolanos, como lo afirmó

No hay comentarios:

Publicar un comentario